UNIR Revista
Samuel García, médico y egresado del Grado en Comunicación de UNIR, realza la importancia de esta disciplina en cualquier ámbito profesional y humano, y cuenta su experiencia en un grado que inició, en parte, como un homenaje personal a su abuelo.
Samuel García inició y concluyó el Grado en Comunicación de UNIR porque, entre otras cosas, su intuición siempre le dictó que, más allá de la profesión que desarrolle una persona, esta disciplina es esencial porque la comunicación influye en todo. García está de acuerdo en que aquello que no se comunica no existe; de hecho, entiende que algunas ramas profesionales padecen un mal o escaso conocimiento en esta área, más allá de su formación particular.
El médico afirma en esa línea que todo servicio público necesita mejorar su comunicación con las personas a las que precisamente sirve. Cree que este impulso aumentaría la eficiencia de unos recursos públicos que, además, le parecen escasos.
Pregunta: ¿Por qué decidiste cursar el Grado en Comunicación de UNIR?
Respuesta: Realicé la carrera en UNIR por varios motivos. La divulgación de calidad es para mí esencial y la comunicación es uno de los pilares sobre los quiero sustentar mi carrera profesional, junto a la investigación, los conocimientos médicos –asistencia– o la docencia.
Estudiar esta carrera es también un pequeño homenaje personal a uno de los mejores comunicadores que he tenido la suerte de conocer: mi abuelo materno. Aunque él no era periodista, tenía una enorme habilidad para contar historias y me abrió los ojos a la importancia del cómo, más allá del qué. Incitó mi curiosidad desde pequeño a través de las fábulas de Iriarte o Samaniego que nos contaba: tenía pendiente desarrollar esa faceta de storyteller, y en la carrera de Comunicación he podido empezar a recorrer ese camino.
Además, cuando empecé la carrera en UNIR necesitaba una flexibilidad horaria que me permitiese compatibilizar el estudio con mi profesión. Comencé en un segundo cuatrimestre con pocas asignaturas, pero la buena evolución me motivó y aumenté el número en años sucesivos. El orden, la organización, la calidad de los contenidos y el reto de dar respuesta a propuestas que no siempre son fáciles, como ciertas actividades de evaluación continua, fueron enganchándome. Creo que la UNIR tiene una enorme calidad docente.
P: ¿Qué crees que hace diferente la UNIR de otras universidades online?
R: Creo que la calidad de sus contenidos, su metodología equilibrada entre teoría y práctica, la flexibilidad de poder ver las clases en diferido en caso de no poder asistir a las mismas en directo, la calidad docente de su profesorado, la calidad humana de sus tutores, su solidez como institución, su capacidad tecnológica y su afán por mejorar siempre.
Están abiertos a sugerencias. Comprobé que mis propuestas de mejora se aplicaban. Y también destaco su carácter internacional y, en definitiva, una asombrosa capacidad para la formación de un alumnado global, de diferentes ámbitos del conocimiento y culturalmente diverso.
P: ¿Qué nivel docente demostraron los profesores de UNIR?
R: Según he podido constatar en estos años, son todos profesionales con un amplio bagaje profesional y docente. Eso se traduce en una enorme calidad. He comprobado que los profesores de UNIR aúnan, en general, calidad profesional en diferentes campos, como economía, derecho, empresa, marketing o periodismo, y calidad magisterial.
Se percibe en ellos la voluntad de impartir los contenidos con profesionalidad, con rigor y con seriedad. Al mismo tiempo, demuestran un empeño encomiable en el buen trato, en la consideración y en el respeto a sus estudiantes. En general, el nivel de los profesores de UNIR me parece muy alto, y no creo que sea fácil conseguirlo y mantenerlo, como hacen en UNIR.
El nivel de los profesores de UNIR me parece muy alto, y no creo que esto sea fácil de conseguir y de mantener.
P: ¿Qué ha sido lo más positivo de tu formación en UNIR?
R: Mi formación en UNIR ha supuesto una maduración personal considerable: pasar a formarme en otra rama de conocimiento diferente, “buceando” en una cuyo valor primordial es la búsqueda de la veracidad, ayuda necesariamente y amplía las perspectivas. En primer lugar, es una oportunidad y una riqueza enorme poder mirar la realidad desde diferentes prismas. Por un lado, los conocimientos son compatibles, y por otro, permiten una observación sosegada del mundo que nos rodea. Esto lleva necesariamente a considerar la propia limitación: es muy difícil abarcar diferentes conocimientos tan diversos.
Creo que los humanos solemos tender a disgregar la realidad para intentar entenderla, limitando en cierto modo nuestro campo de trabajo, y nos vemos casi compelidos a elegir entre especialización y versatilidad, o una visión holística de las cosas. Es casi imposible combinar ambas cosas y eso denota la complejidad del mundo en que nos movemos, y también nuestra propia complejidad.
Con este auspicio, todo suma: el contacto con los compañeros (más difícil en la formación a distancia que en la presencial, pero igualmente posible), la posibilidad de incorporar habilidades e iniciativas a otros campos y profesiones, conocer a otras personas y contactar con sus orientaciones, debatir con ellos… Hay muchísimos motivos que me permiten considerar positiva la formación en UNIR.
P: ¿Cómo ha sido el trato con tus compañeros?
R: Fantástico y enriquecedor. Siempre es un placer conocer a personas en diferentes situaciones vitales, de diferentes procedencias, con diferentes percepciones de la realidad. El ambiente universitario facilita el debate, el intercambio de pareceres y también la amistad: la agrupación en torno a conocimientos de interés compartido, la superación conjunta de retos, la posibilidad de conocer diferentes formas de enfrentarse a las mismas problemáticas… Todos esos aspectos brindan a los estudiantes un enriquecimiento personal muy importante.
Considero que la universidad debe ser una escuela que estimule la génesis de relaciones interpersonales sanas, la deportividad, el reconocimiento, el respeto y la consideración al otro en todas sus vertientes. Pero en general considero que es un reto continuar fomentado esta características. Me motiva seguir en la búsqueda honesta de la veracidad y en la independencia de todos los tipos de comunicadores. Por todo ello recomiendo el Grado en Comunicación de UNIR.
Un grado para alcanzar la excelencia
UNIR ha diseñado un programa de estudios para el Grado en Comunicación que aborda esta disciplina desde todas las perspectivas posibles, cuyos contenidos se adecúan a la realidad profesional del sector y se orientan especialmente hacia el entorno digital, un aspecto determinante en el sector y muy demandado por el mercado laboral.
