Lucía Tello Díaz
A nadie le pasa desapercibido que la figura de Woody Allen, a pesar de toda controversia, ha sido fundamental para la historia del cine. Con independencia de los comentarios en torno a su vida personal, es indudable que su carrera cinematográfica ha sido intachable de principio a fin.
A nadie le pasa desapercibido que la figura de Woody Allen, a pesar de toda controversia, ha sido fundamental para la historia del cine. Con independencia de los comentarios en torno a su vida personal, es indudable que su carrera cinematográfica ha sido intachable de principio a fin, con un corpus cinematográfico plagado de referencias a su propia personalidad que, además, ha conseguido trasladar al público sus angustias vitales.
Ahora que Día de lluvia en Nueva York, su nueva película, luce en todo su esplendor en las carteleras, es un momento propicio para explicar a los alumnos del Máster en Guion online de UNIR algunos de los puntos clave de su filmografía. Obviamente, no todos están presentes en su nueva película, pero todos ellos permiten entender, en toda su extensión, la importancia radical del trabajo de guion en el cine del realizador neoyorkino.
1-Habla de lo que conoces
Woody Allen ha sabido aplicar esta regla de oro desde su primer título, partiendo desde un terreno que conoce a la perfección y llevando a sus personajes a entornos en los que se desenvuelve de forma confortable. El mundo hebreo, la familia tradicional, los problemas de pareja o la ansiedad son solo algunos de los aspectos típicamente allenianos.
De hecho, hablar de lo que se conoce, lejos de tratarse de un consejo, es una aseveración que debería convertirse en un mantra para cualquier guionista. No se trata de convertir una anécdota vital en un escrito, sino en enfocar nuestro completo trabajo desde una perspectiva íntima. No importa si se trata de ciencia ficción o de un drama histórico, porque en esencia, el mensaje apelará a la verdad y, por tanto, será verdadero.
2-Busca lo genuino
Ser genuino no implica llamar la atención por ser excesivo o radical necesariamente, sino por encontrar en lo que se escribe un tono único, inconfundible y tajantemente personal. Este hecho se sustancia en que el estilo no solo define las historias y sus personajes, sino que habla de quien lo ha escrito en cada una de ellas. En el caso de Woody Allen, este hecho es palmario.
Aunque no protagonice todas sus películas, Allen es capaz de mostrarse en cada uno de sus protagonistas, se revela siempre en su cine, ora de forma velada, ora de manera explícita, haciendo inconfundible su presencia.
3-Crea personajes poliédricos
Aunque el cine de Allen está repleto de sus propios clichés (hombres hipocondríacos, femme fatales que arrastran a la perdición, chicas atractivas poco inteligentes, jóvenes cultos incomprendidos, nuevos ricos sin elegancia, etc.), estos son siempre compensados por secundarios multidimensionales, los cuales aportan variedad y riqueza a sus planteles.
En este sentido, es necesario que se ofrezcan unos personajes poliédricos, alejados en la medida de lo posible de los lugares comunes, intentando aportar frescura, realismo y veracidad a las historias.
4-Sé polivalente
Tener fetiches, lugares propios o personajes personales no implica cerrazón ni tampoco negarse a explorar nuevos territorios creativos, lo cual no solo amplía las posibilidades como guionista, sino que demuestra la competencia como escritor.
Allen ha sabido salir de su cómodo Nueva York y sondear las profundidades de París, Londres, Barcelona, Roma u Oviedo, ofreciendo un cine siempre alleniano, pero paulatinamente más complejo.
5-Ríete de ti mismo
El refranero popular menciona la expresión: “Si no puedes con ellos, únete a ellos”, y Allen ha sabido darle un giro creativo, enfrentándose a sus propios miedos y entregando su propia versión del célebre dicho: “si no puedes contigo, únete a ti mismo”. Y si en el camino se puede ofrecer humor en lugar de desaliento, la fórmula alleniana encuentra su máxima expresión.
No importa si se habla de la angustia existencial o del onanismo exacerbado, porque si se puede aplicar comicidad a una realidad sangrante, la lección vital será aún superior. No olvidemos que esto lo ha aplicado Allen en todos sus guiones, desde Annie Hall a Maridos y mujeres, pasando por Memorias de un seductor, Septiembre o Celebrity.
6-Sé diferente
Un falso documental, personajes de la ficción que emergen de la pantalla de un cine, la relectura de la filmografía de Bergman o una versión ampliada y aumentada de los asesinatos de Agatha Christie en pleno Manhattan son solo algunas de las subversiones propias del director neoyorkino.
Allen nos enseña que estancarse es uno de los lastres de la profesión, implicándose activamente en la transformación de su propia filmografía.
7-Apuesta por historias atractivas
No es cuestión de permitir que la comercialidad ahonde en tu guion, sino saber anticiparse a qué le puede gustar a la audiencia. Utiliza la imaginación, enfréntate a tu historia desde la perspectiva del público e intenta descubrir qué le puede interesar a una productora. Si consigues que tu relato sea bueno, es difícil que no lo acepten.
Y es que, como diría Linda Seger, hay que trabajar el guion hasta conseguir hacer de él un escrito excelente.