UNIR Revista
El turismo cultural busca conocer, descubrir y disfrutar los atractivos materiales e inmateriales de un destino turístico. En él se engloban el turismo literario, cinematográfico, histórico o gastronómico.
Con el pasar de los años, y en especial desde que en 1970 la Unesco presentó la Convención sobre Patrimonio Cultural y Natural —con el objetivo de preservarlo—, turismo y cultura se dieron la mano y se produjo un boom turístico en todo el mundo, especialmente en Europa.
Actualmente en el mundo existen 1.199 espacios declarados Patrimonio de la Humanidad en 167 Estados, de los que España cuenta con 50. Por eso, no está de más pensar en enfocar el desarrollo profesional a este sector iniciándose con un Grado en Humanidades como el de UNIR.
¿Qué es el turismo cultural?
El turismo cultural es un tipo de actividad turística en la cual la motivación esencial del visitante es aprender, descubrir, disfrutar y consumir los atractivos/productos materiales e inmateriales de un destino turístico, según la Organización Mundial del Turismo (OMT).
En una definición más práctica, este tipo de turismo —uno de los más practicados a nivel mundial— busca fundamentalmente descubrir. Y, por eso, comprende aquellas actividades atrayentes (tradiciones, historia, gastronomía, tradiciones…) que hacen que el viajero disfrute de su viaje desde una perspectiva diferente, pudiendo conocer, en primera persona, la experiencia que ofrece la mezcla entre turismo y cultura.
Tipos de turismo cultural
El turismo cultural es una modalidad de turismo tan amplia, casi como cultura existe, por lo que dentro de esta pueden incluirse todas las actividades que representen la identidad de una nación, región o pueblo como puede ser la arquitectura, la arqueología, la gastronomía, el cine, y cualquier otro tipo de expresión cultural.
Basándose en esto, es un campo que ofrece numerosas oportunidades laborales, sea trabajando para alguna empresa que se dedique a estas actividades o decantándose por el emprendimiento cultural.
En cuanto a los tipos de turismo cultural existen algunos muy convencionales y conocidos, y otros más novedosos y alternativos. A continuación, algunos ejemplos:
- Turismo funerario. Espacios como las necrópolis o, lo que es lo mismo, los camposantos de París, Londres, Roma, Barcelona o de la Recoleta, en Buenos Aires, reciben miles de visitas al día por su historia y belleza.
- Turismo cinematográfico. Este turismo de cultura lleva a los fans de sagas como puede ser El Señor de los Anillos, Harry Potter o Juego de Tronos a realizar actividades turísticas en localidades que fueron escenarios durante el rodaje.
- Turismo literario. Su finalidad es visitar lugares relacionados con la literatura. Bien sea por un autor en concreto, una determinada corriente literaria o un protagonista. Sirven de ejemplo las rutas literarias de los hermanos Grimm en Alemania, James Joyce en Dublín, Sherlock Holmes en Londres o Franz Kafka en Praga, entre muchas otras que hay por todo el mundo.
- Turismo gastronómico y enológico. Enfocado en disfrutar de los productos gastronómicos y enológicos propios de una región como pueden ser restaurantes, viñedos, plazas de abastos, plantaciones…
- Turismo negro. Reúne el interés de espacios que se han convertido en históricos por su pasado manchado con sangre, como pueden ser los campos de concentración (como el de Auschwitz) o lugares varios donde se han cometido crímenes.
- Turismo musical. En este caso, el turismo se realiza para acudir a festivales —como el Coachella, que congrega a miles de asistentes extranjeros anualmente—, musicales (como los de Broadway o la Gran Via madrileña) o festivales de música clásica asociados a determinadas figuras y países, como Mozart en Viena o Chaikovski en Rusia.
- Turismo histórico. Ir a destinos que han sido parte de la historia como el Muro de Berlín o el espacio donde estuvieron las Torres Gemelas son un importante reclamo y una de las mejores fuentes de ingresos, así como espacio de práctica profesional para aquellas personas que quieren ser guías turísticos.
- Turismo patrimonial. Relacionado con el patrimonio y el arte en general, es uno de los más amplios e incluye visita a museos, monumentos, cascos históricos…
- Turismo religioso. Vinculado al patrimonial, se centra en visitas a monumentos eclesiásticos como iglesias, catedrales, monasterios, conventos…
El perfil del turista cultural
El turista cultural es un viajero que elige su destino en base a la oferta cultural del mismo, y lo hace con el propósito principal de experimentar y explorar la cultura de esa región o país.
Este tipo de turista es una persona ávida por los conocimientos y el trasfondo de las cosas, se centra en apreciar las expresiones culturales de una comunidad —como su arte, arquitectura, música, danza, gastronomía, historia, religión y tradiciones— y quiere maravillarse y sorprenderse con cada detalle.
Igualmente, busca una experiencia enriquecedora en un destino, valorando siempre la autenticidad, cercanía y diferenciación que se le pueda ofrecer por lo que, para poder acercar cultura y espacios es necesario echar mano en muchas ocasiones a figuras como la del gestor cultural.
Este perfil debe estar formado en la materia con estudios específicos como el Máster en Gestión Cultural online de UNIR, gracias al cual el alumno puede afrontar los retos del sector y conocer las últimas estrategias para desarrollar proyectos exitosos con los que acercar la cultura a la sociedad y así satisfacer sus demandas.
La tendencia global está encaminada a que el turismo cultural siga creciendo y abarcando nuevos escenarios, ya sea revitalizando los clásicos espacios culturales, creando nuevas experiencias o sacando del olvido a espacios subestimados como nuevos recursos turísticos. Todo esto con el objetivo final de atraer y cautivar cada vez más viajeros que conecten con la experiencia que se les ofrece.