Anna Cacciola
La coordinadora del Máster en Escritura Creativa de UNIR, a pesar de hallarse entre vuelo y vuelo, no ha querido perder la oportunidad de dedicar unas palabras a Mario Vargas Llosa. Encontrarse a más de 10.000 metros de altura le ha permitido a Anna Cacciola estar un poco más cerca del gran escritor hispanoamericano.

El fallecimiento de Mario Vargas Llosa, a los 89 años, clausura una de las trayectorias más prolíficas, combativas y comprometidas del panorama hispánico e internacional. Con su desaparición, perdemos a un narrador magistral y también a un intelectual íntegro que dedicó su vida a desentrañar, a través de la ficción y el ensayo, las más complejas tramas del poder, la libertad y la condición humana.
Nacido en Arequipa en 1936, desde muy niño vivió bajo el cuidado de su madre y de sus abuelos maternos, tras la separación de sus padres poco antes de su nacimiento. Esta estructura familiar dislocada, y su posterior reencuentro con la figura paterna, marcarían tanto su carácter como sus primeras inquietudes escriturales. La mudanza a Lima y su ingreso forzado en el colegio militar Leoncio Prado se convirtieron, años después, en la materia narrativa de La ciudad y los perros (1963), obra galardonada con el Premio Biblioteca Breve y, poco después, con el Premio de la Crítica Española, que le otorgó el reconocimiento definitivo.
Estudió Literatura y Derecho en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, donde forjó una temprana conciencia crítica y un ideario político que iría transformándose con los años. En 1957, partió a España, para luego instalarse en París. Desde allí desplegó una carrera internacional que lo convertiría en uno de los escritores más leídos, traducidos y estudiados de las letras hispánicas.
Un narrador esencial
Tras consolidarse como referente del ‘boom latinoamericano’ con La casa verde (1966) y Conversación en la Catedral (1969), alternó la sátira social (Pantaleón y las visitadoras, 1973) con novelas como La guerra del fin del mundo (1981) o Historia de Mayta (1984), en las cuales cuestionó el mesianismo revolucionario en América Latina. Su candidatura presidencial en Perú en 1990 reflejó un compromiso cívico genuino, que se quedó plasmado en sus memorias, El pez en el agua (1993). La década siguiente lo reafirmó como un narrador esencial con obras del calado de La fiesta del Chivo (2000), donde ficcionalizó la figura del dictador Trujillo.
Vargas Llosa también fue un ensayista incisivo. En La civilización del espectáculo (2012) o La llamada de la tribu (2018) muestra su defensa del pensamiento liberal y alerta contra las formas contemporáneas de banalización cultural. Su labor crítica fue reconocida con premios como el Cervantes y el Príncipe de Asturias. En 2010, obtuvo el Nobel de Literatura por su representación de las estructuras del poder, la resistencia individual y su apuesta por una mirada que no rehúye los grandes conflictos de la historia y de la intimidad individual.
Huella indeleble
En 2011, se fundó la Cátedra Vargas Llosa, cuya misión es impulsar el análisis riguroso y la proyección de la literatura contemporánea, fomentar la emergencia de nuevas voces en el panorama literario y propiciar el encuentro fecundo entre creadores y demás agentes de la inteligencia actual. Desde 2021, y gracias a la labor de la vicedecana del Área de Humanidades, Yannelys Aparicio, UNIR mantiene un convenio de colaboración con la Cátedra para enriquecer la formación de los estudiantes del Máster en Escritura Creativa y el Máster en Estudios Avanzados en Literatura Española y Latinoamericana, ofreciendo acceso directo al legado intelectual del autor, quien, además, estuvo vinculado como experto asociado al claustro de nuestras titulaciones.
Su muerte marca el fin de una generación que imprimió una huella indeleble en el imaginario universal, ampliando los márgenes de la novela hispanoamericana hasta inscribirla en la cartografía canónica mundial. Se nos va un maestro de la narrativa, un clásico en vida, un vate comprometido con la palabra y la libertad, cuya herencia formidable nos interpela como lectores y como ciudadanos. Desde el Área de Humanidades, nos unimos al duelo de la comunidad cultural. Sus enseñanzas seguirán vivas en cada lectura, en cada ejercicio de escritura, en cada aula donde se defienda la literatura como espacio de autodeterminación, reflexión y belleza.
(*) Anna Cacciola es coordinadora académica del Máster Universitario en Escritura Creativa de UNIR. Es Doctora Internacional (cum laude y Premio Extraordinario) en Lengua Española y Literatura por la Universidad de Alicante (2019). Ha ejercido como profesora en la Universidad de Murcia. Desde 2022 es profesora de Lengua y Literatura en UNIR.
- Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades