UNIR Revista
El profesor de UNIR, Juan Luis Gozalo, analiza la evolución de esta tecnología de cadena de bloques llamada a revolucionar la economía.
Todos hemos oído hablar en medios de comunicación de la cripto-economía de las monedas virtuales y, en particular, del famoso bitcoin. Y es probable que muchos hayan oído hablar también de otros conceptos vinculados a ese marco económico, como DEFI o finanzas descentralizadas. No es casual, ya que el volumen de dinero que se está moviendo alrededor de estos conceptos es sumamente alto y, en algunos casos, con una rentabilidad excepcional.
Además, estamos empezando a oír hablar de trazabilidad de las cadenas de transporte o suministros o energía. Hemos oído términos como contratos inteligentes (smart contracts). Y se está empezando a hablar de una identidad digital soberana ligada al individuo, lo que apoyará la idea de gobiernos descentralizados y votaciones automáticas.
En breve, como veremos a continuación, estaremos hablando de cómo todos estos términos parecen converger a una nueva economía y sociedad virtual: el metaverso.
¿Qué hay detrás de la cripto-economía?
En 2008, un anónimo Satoshi Nakamoto publicó un artículo técnico describiendo cómo funcionaría un mecanismo de moneda virtual, denominado bitcoin, totalmente digital y descentralizado, con una base criptográfica y apoyado en una red de máquinas que usarían el conocido protocolo punto a punto, P2P, de uso común entre las comunidades de código libre.
Este documento incluía entre sus características usar un libro de registro descentralizado para el control de las operaciones. Este libro es lo que denominamos blockchain o cadena de bloques, que es realmente una aplicación particular de las tecnologías DLT (Decentralized Ledger Technologies). Éstas, a su vez, incluyen una mezcla de otras ya conocidas para poder ejecutar esta labor de mantener el control seguro de las diferentes transacciones que se están realizando en dichas redes: criptografía, sistemas distribuidos, algoritmos de consenso, etc.
Tras bitcoin, empezaron a surgir otras nuevas criptomonedas usando los mismos principios, en redes separadas.
Hasta el momento hay censadas más de 3.000 diferentes monedas cuyas valoraciones varían desde valores puramente simbólicos hasta los más de 40.000 dólares que hoy cuesta un bitcoin
Aun así, este tipo de activos económicos tienen unas fluctuaciones importantes y, por ello, hay voces encontradas que indican por un lado que podríamos estar frente a un valor especulativo y por otro, que es un valor refugio como el oro.
¿Blockchain solo sirve para las criptomonedas?
Blockchain es independiente del bitcoin y las otras monedas. Esta tecnología se está demostrando útil para otros sectores no ligados a la economía mediante el uso de sus dos características principales: confiabilidad e inmutabilidad. En concreto, hablamos de su uso en trazabilidad de materias primas, transporte, notarización, sanidad, arte, vivienda, etc. Todo ello gracias al concepto de “token”, que no tiene que ser necesariamente una moneda, y al concepto de contrato inteligente o smart contract. Para ayudar a entender estos conceptos, no es de extrañar que todas las escuelas de negocio y las universidades, entre ellas la UNIR, hayan incluido la materia de blockchain entre sus diversas titulaciones.
Una aplicación que recientemente se ha hecho muy conocida son los NFT o Non-Fungible Tokens, que en castellano llamaríamos elementos no divisibles, aplicados al arte bien en su faceta puramente digital o como representación de un ente físico. Es algo que cualquier coleccionista va a estar dispuesto a buscar siempre que se asegure que el elemento es verdadero, no ha sido falsificado y la transacción no ha sido manipulada. Esto es lo que el uso de blockchain puede garantizar.
La creación de un token sirve para poder hacer colecciones, pero también para poder distribuir el valor de un elemento en partes más accesibles de un modo seguro, tal vez, para ser propietario de un trozo de una gran mansión como parte de una inversión colectiva “tokenizada”. Esta fragmentación de un bien es, también, aplicada a los propios elementos monetarios en los que se apoya un nuevo concepto económico denominado Finanzas descentralizadas, que se basa en la articulación de productos financieros utilizando tokens como elemento estructural.
En paralelo, la idea de token virtual es la base con la que se está construyendo la economía de un nuevo mundo virtual, el metaverso, que grandes compañías tecnológicas, lideradas por Facebook está empezando a idear. No será casualidad que esta compañía ya promovió la creación de una moneda virtual denominada libra, como contraposición de la economía tradicional dominada por los bancos centrales. Y es que en el mundo virtual se mueven también ingentes cantidades de dinero usando NFT y criptomonedas para comprar y cambiar elementos entre los habitantes de esa nueva realidad.
Conclusión
Aunque hay promotores y detractores de las finanzas apoyadas en criptomonedas, lo que es evidente es que se ha provocado una revolución sobre el modo en que hasta ahora se había definido la economía, que abre nuevas perspectivas y funcionalidades desconocidas hasta ahora tanto en el mercado financiero como en otros sectores que ven en este tipo de tecnología la solución para evitar la lentitud de pagos, sobrecarga de burocracia y falta de confianza entre las partes.
Blockchain ha venido para quedarse, no asociado a monedas virtuales como bitcoin o ether que tal vez sí o tal vez no sean burbujas especulativas, sino como elemento estructural de soluciones reales en el mundo actual como la trazabilidad o el registro documentario
Y, por si fuera poco, al igual que otras tecnologías novedosas como la realidad aumentada, la realidad virtual y la IA o Inteligencia Artificial, parece que blockchain va a ser una de las tecnologías de base para el nuevo mundo virtual, el metaverso.