UNIR Revista
Una de las técnicas más empleadas para conseguir páginas web fácilmente navegables es el cardsorting. Se trata de presentar al usuario una serie de tarjetas desordenadas que tendrá que agrupar.
Con miles de millones de páginas web al alcance de cualquier persona, resulta más necesario que nunca ordenar, organizar y estructurar toda esa información para ofrecer a los usuarios la mejor experiencia posible. El cardsorting, también conocido como ordenación de tarjetas, es una técnica de investigación que consiste en pedir a un grupo de usuarios preseleccionados que organicen la información en categorías o grupos lógicos.
El cardsorting resulta muy útil para entender cómo piensan y clasifican la información los clientes, lo que puede ser muy valioso para diseñar interfaces de usuario más intuitivas y fáciles de usar. De hecho, la técnica de cardsorting ayuda a crear la arquitectura de la información de una página web o app.
Esta técnica es útil pero, además, es muy divertida de llevar a cabo. Por eso, está incluida como formación imprescindible en el Máster en UX-UI online de UNIR. En este posgrado se enseña a diseñar la experiencia de usuario de una web, app y de cualquier producto interactivo, incluidos los videojuegos.
También se incluye esta formación en el Máster en Producción Multimedia y Diseño online. En este posgrado transversal es incluso más importante saber hacer bien un cardsorting, ya que el diseñador multimedia tiene que construir una arquitectura de información que fluya bien entre los distintos soportes, softwares y dispositivos.
Proceso y tipos de cardsorting
Cuando se habla de cardsorting se hace referencia a una técnica de investigación que pone el foco en el usuario de una página web y que tiene por objetivo deducir los modelos mentales de quienes utilizan los sitios de Internet. Para ello, se presenta al individuo una serie de tarjetas de modo desordenado y se le pide que las agrupe de la manera que le parezca más natural, por semejanza entre ellas. De esta forma, los profesionales responsables de la arquitectura web podrán adoptar las mejores decisiones en cuanto a la estructura de la página.
Principalmente, el cardsorting se puede realizar de dos maneras:
Cardsorting abierto
En esta modalidad, se solicita a los participantes que organicen las tarjetas o elementos en grupos o categorías que consideren lógicos. Es decir, el usuario tiene la libertad de crear las categorías que quiera.
Este formato se emplea más en fases iniciales del proyecto, puesto que es válido para conocer de manera espontánea los modelos mentales de quienes van a utilizar el sitio web. Gracias al cardsorting abierto también es posible descubrir asociaciones nuevas que al responsable del proyecto no se le habían ocurrido.
Cardsorting cerrado
En este caso, las personas que forman parte del estudio reciben las categorías en las que deben organizar las tarjetas. Es decir, el cliente no tiene la libertad de generar sus propias categorías. Esto posibilita trabajar con muestras más grandes, consiguiendo así una mayor representatividad y verificando que el menú cumple con su cometido.
Así pues, en ambas variantes el sujeto recibe un conjunto de tarjetas con diferentes elementos, como por ejemplo nombres de productos o servicios, y se le pide que las organice en grupos o categorías lógicas. Luego, se analizan los resultados para identificar patrones y tendencias en la forma en que los participantes piensan y clasifican la información. Es una técnica muy útil para diseñar interfaces de usuario más intuitivas y fáciles de emplear.
¿Cómo llevar a cabo un proceso de cardsorting?
Realizar un cardsorting es un proceso bastante sencillo que, a grandes rasgos, sigue estos pasos:
1- Elección de las tarjetas
Lo primero que hay que hacer es elegir las etiquetas de contenido que se pretende que clasifiquen los participantes en la prueba. Para ello, el equipo de UX tendrá que ponerse de acuerdo al respecto. Cada elemento debe escribirse en una tarjeta o en un trozo de papel. Así, por ejemplo, una tienda de material de oficina tendrá fichas individuales con etiquetas como grapas, clips, bolígrafos o lápices.
Existen recomendaciones de expertos en UX que consideran recomendable limitar el número de etiquetas a entre 40 y 80 para representar el contenido más importante de su producto. De este modo, se garantiza que haya suficientes elementos para conocer la forma en que los usuarios organizan el contenido, pero no tantos como para que se sientan abrumados.
2- Organización de los elementos por parte de los participantes
Ahora llega el momento de presentar el juego de cartulinas a los participantes después de barajarlas para asegurarse de que no están en ningún orden en particular. Se les pedirá que lean cada una de ellas y que las dispongan en categorías. Si se trata de una clasificación abierta, los participantes organizarán las tarjetas en tantos niveles como deseen. Si se trata de una clasificación cerrada, los participantes ordenarán las fichas en un grupo predeterminado de rangos.
Si hay una tarjeta que el participante no cree que encaje en ningún grupo o que no entiende, debe dejarla a un lado. Es preciso que los usuarios entiendan que se trata de un proceso fluido, por lo que si cambian de opinión sobre algo, deben sentirse libres de reorganizar las cartulinas de la forma que deseen.
3- Análisis de los datos
Después de repetir este procedimiento con al menos 15 participantes de cada grupo de usuarios, es hora de analizar. Será preciso revisar los datos para ver qué elementos tienden a agruparse, si hay grupos o nombres de grupos que aparecen con frecuencia o si hay otros patrones en los datos, como elementos que se apartan con frecuencia. Esto ayudará al equipo de UX a determinar el sistema de navegación y la estructura de la información que proporcionará la experiencia de usuario más fluida.
A la hora de organizar un cardsorting puede hacerse de forma presencial —reuniendo a los participantes cara a cara— u optar por alguna de las múltiples herramientas que permiten realizarlo online. OptimalSort, Miro o UserZoom son tan solo tres de ellas.