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Lograr que una web, una app o un programa sean atractivos para el usuario y al mismo tiempo le resulten sencillos de utilizar es el reto al que se enfrenta un diseñador de interfaces.
Una interfaz es el entorno visual o medio a través del cual un usuario interactúa con una máquina (habitualmente un ordenador). Un programa, un sitio web, una aplicación… necesitan de una interfaz que ayude a los usuarios comunicarse con el equipo de una manera fácil y eficiente. El diseñador de interfaces se encarga de la definición y desarrollo de estos entornos, con el fin último de mejorar la usabilidad y experiencia del usuario.
Una interfaz básica de usuario (como la de una web) incluye diferentes elementos, como pueden ser ventanas, menús, barras, botones, imágenes, formularios, enlaces y sonidos, a través de los cuales se facilita la comunicación entre la persona y la computadora. El objetivo de un diseñador de interfaces es conseguir que la interacción entre máquina y usuario sea lo más sencilla posible, por lo que ha de desarrollar una interfaz que sea fácil de entender y de usar, sin necesidad de conocimientos previos, sin tener que leerse una guía de instrucciones o recurrir al método ensayo-error hasta dar con el uso adecuado. Lograr que la interfaz sea usable e intuitiva es el reto al que se enfrentan los diseñadores.
A la hora de elaborar la interfaz de una aplicación o una web, el diseñador debe trabajar la forma y la imagen, pero sin olvidarse nunca de la funcionalidad. Por muy bonito que sea un sitio web o un programa, si su uso genera problemas o dificultades a sus usuarios, no se habrá conseguido el objetivo. Por tanto, debe haber un equilibrio entre la estética y la usabilidad.
Para planificar una interfaz gráfica, el diseñador de interfaces aplica sus conocimientos y experiencia. Tiene que saber cómo se produce la interacción entre personas y ordenadores (IPO), disciplina también conocida como Human Computer Interaction (HCI), para tratar de mejorarla por medio del diseño. Además, debe conocer:
- Los elementos conceptuales básicos del diseño, como puntos, líneas, planos y volúmenes.
- Los elementos visuales, como formas o colores.
- Los elementos de relación entre los distintos objetos, como la dirección, la posición o el espacio.
- Los elementos prácticos del diseño, como la representación, la función y el significado.
También debe seguir los principios del diseño centrado en el usuario y las reglas de usabilidad, y debe lograr que toda la interfaz tenga una consistencia en colores, tipografías e iconos. Para ello, es útil elaborar una guía de estilo para que todo el equipo que intervenga en el proceso de desarrollo del proyecto lo tenga en cuenta.
Formación para trabajar como diseñador de interfaces
Son muchos los aspectos a los que ha de prestar atención un diseñador de interfaces para que su trabajo logre su objetivo. El Grado en Diseño Gráfico Digital online de UNIR permite obtener los conocimientos para ello, para lo que cuenta con asignaturas específicas como Usabilidad en Sistemas de Información e Interfaces, Diseño web y Fundamentos de lenguajes web. Quienes cursen esta carrera se graduarán conociendo los lenguajes, los recursos y las herramientas necesarias para poder trabajar en diferentes sectores profesionales.
Otra formación también relacionada con el diseño de interfaces es aquella que tiene que ver con el diseño UX/UI, como es el caso del Máster en UX de UNIR, también online. En el ámbito de las nuevas tecnologías y el desarrollo de software, por ejemplo, estarán capacitados para desarrollar productos multimedia, contenidos digitales o para convertirse en expertos en usabilidad o en diseño de interfaces.