Alberto Pascual García
El mercado ofrece diferentes sistemas de gestión de aprendizaje -en inglés, Learning Management Systems- para favorecer la educación no presencial.
Solo en 2019, la inversión mundial en formación online se acercó a los 145 millones de euros -según datos de la consultora de mercados Metaari- y poco antes de la pandemia, se calculaba que para 2025, el mercado del e-learning podría alcanzar los 300 millones de euros de inversión. ¿Superaremos estas cifras? Todo indica que factores externos como la pandemia mundial por coronavirus han afectado significativamente a la manera en la que estudiaremos en los próximos años. El temor a un nuevo confinamiento, con un probable parón en la formación presencial, hace que muchos se planteen lanzarse a las plataformas online como salida para continuar con sus estudios.
Hablamos con la directora académica del Máster Universitario de E-learning y Redes Sociales de UNIR, Natalia Padilla, para saber hasta qué punto está siendo de vital importancia el aprendizaje virtual para afrontar la ‘nueva normalidad’ y cómo están ayudando las plataformas educativas a sobrellevarlo de forma más eficaz.
The education must go on
Aunque puedan aparecer problemas en el camino, la formación debe seguir hacia adelante. Y es que, por mucho que una pandemia haya pausado durante meses el sistema educativo tal y como lo conocíamos, hay flores que han logrado salir victoriosas entre la maleza, como es el caso del e-learning. Tal y como apunta Padilla, este tipo de formación en línea se ha revelado como la mejor solución para que el mundo no se detenga o, al menos, lo haga lo menos posible:
“Durante la fase más dura del confinamiento hemos sido conscientes de que el uso de la tecnología era casi imprescindible para que nuestros alumnos pudieran continuar su formación. Por tanto, ahora, la comunidad educativa se está rearmando para ser capaces de dar una respuesta eficaz y eficiente a una posible nueva situación de este tipo. Eso es beneficioso para el avance en el uso de este tipo de tecnologías, porque va a permitir que se introduzca de forma habitual en la vida de los escolares y sus familias, generando una larga lista de beneficios”.
Lo cierto es que muchos centros han sabido adaptarse bien a este cambio tan repentino. Algunas escuelas ya disponían de plataformas educativas específicas integradas que servían para informar a los padres sobre tareas escolares, entregar notas sobre comportamientos, notificar tutorías… Había mucho trabajo realizado y eso ya era un gran paso:
“Sabían qué plataforma usar, cómo organizar las asignaturas, los cursos, de qué manera se enviaban las tareas… Tuvieron una experiencia más sencilla que los centros que en ese momento no habían sumado la tecnología en su trabajo con los alumnos. El cambio súbito de lo presencial a lo virtual obligó a dictaminar muchas cuestiones en un espacio mínimo de tiempo. Decidir en solo un fin de semana qué medio se usaba para contactar con alumnos y familias, detectar las necesidades y dificultades de cada estudiante, componer material… ha sido todo un reto”.
¿Qué nivel de madurez tiene la docencia online en España?
“Nuestro país es una potencia mundial a nivel de investigación, desarrollo e implementación de aprendizaje y enseñanza online”. Así de contundente se muestra Daniel Burgos, director asociado al Máster Universitario en E-Learning y Redes Sociales de UNIR y director del Instituto de Investigación, Innovación y Tecnología Educativas (UNIR iTED). Pero ¿en qué ve reflejado este éxito?
“Durante los últimos 15 años, universidades españolas han participado en proyectos de investigación punteros, han contribuido a desarrollar e implementar gestores de aprendizaje de amplia implantación (como .LRN, Moodle y Sakai) y participan en organismos internacionales con grupos de trabajo y cátedras de prestigio (UNESCO, ICDE, Naciones Unidas). Asimismo, España lidera la producción científica en e-learning, desde juegos educativos a Recursos Educativos Abiertos (REA), pasando por analítica del aprendizaje”.
Eso sí, el grueso del claustro universitario y escolar en España debe aún superar ciertos retos sobre la adquisición de competencias digitales. La carga de trabajo, el corto periodo de actualización disponible o la adaptación de los entornos de enseñanza a metodologías híbridas –online y presencial- son factores que retrasan este proceso. Pero para Burgos, “la concienciación es alta y el grado de implementación, creciente”.
Todo ello, favorecerá la enseñanza desde plataformas online y ya no solo en tiempos de pandemia, tal y como plantea Padilla: “Este tipo de iniciativas podrían aplicarse en espacios de confinamiento parcial o en cualquier situación donde el alumno no pueda asistir a clase, por ejemplo, por una convalecencia larga”. Así lo cree también Burgos, “aprender y enseñar online no sirve únicamente para adaptarse a la última pandemia sino a cualquier contexto de crisis y, por lo tanto, representa una inversión para una implementación rápida, internacional y efectiva de un sistema educativo adaptado a cada circunstancia”.
Plataformas para facilitar el homeschooling
En el Máster Universitario en E-Learning y Redes Sociales de UNIR se presentan distintas plataformas para implementar la enseñanza online en un centro de forma efectiva. De hecho, los alumnos trabajan en Sakai, lo que ayuda a que se habitúen a su uso y puedan aprender, desde la práctica diaria, cómo sacar el mejor provecho de esta herramienta.
Pero existen otras muy útiles, como Canvas, Chamilo o Moodle, siendo esta última uno de los Learning Management Systems más habituales a juicio de Padilla: “Tiene una comunidad muy potente y hay mucha información para resolver los problemas que pueden ir surgiendo en el proceso de instalación, configuración, puesta en marcha y uso”.
Pero si queremos que la migración sea más sencilla o no contamos con un equipo de personas para gestionar la plataforma, se puede emplear Saas LMS, lo que significa que se paga por el servicio, bien por licencia o por uso, y hay un equipo de personas que se encargan de mantener la plataforma y su seguridad: “Aunque algunos de los LMS tradicionales cuentan con esta opción, actualmente está utilizándose mucho la Suite de Google for Education, que los centros educativos pueden usar gratuitamente en muchos casos”.
Plataformas de e-learning: la clave del éxito
Para Padilla está claro, lo más importante es que sea usable, que el estudiante pueda navegar intuitivamente por todas las opciones y sepa encontrar la forma de hacer lo que necesita fácilmente:
“Necesitamos que los estudiantes sepan dónde está el contenido y las actividades, cómo preguntar dudas, en qué fecha tiene que hacer una entrega o dónde están sus calificaciones. A veces, la plataforma lo permite, pero la información no se ha colocado correctamente o en el sitio apropiado, por lo que te encuentras con 25 alumnos intentando entregar una actividad sin que puedan encontrar el enlace. Eso, en cualquier etapa educativa, es frustrante. Por tanto, pienso que es fundamental que tanto el docente como los estudiantes puedan trabajar de forma sencilla con la herramienta, de tal forma que esta se convierta en una ayuda, no en una dificultad añadida”.
Si bien las plataformas de e-learning se muestran imprescindibles en este camino de la educación online, las redes sociales han encontrado también su hueco. De hecho, forman parte de las materias del Máster Universitario en E-Learning y Redes Sociales de UNIR: “Muchas de las cosas que los estudiantes aprenden ‘porque les interesa’ lo hacen por medio de ellas: buscan tutoriales en YouTube, se conectan a grupos de Facebook o siguen cuentas temáticas de Instagram. Esto, que forma parte del aprendizaje informal, puede utilizarse también en enseñanzas regladas, como mecanismos de investigación, para conversar con especialistas en un tema, para ensayar formas de interacción en redes sociales…”, concluye Padilla.
