UNIR Revista
Los costes energéticos suponen una parte significativa de los costes de una empresa; implementar medidas de eficiencia energética es imprescindible para garantizar un resultado económico positivo.
En las empresas, la energía es un insumo que se utiliza en prácticamente todo los procesos productivos. Por eso, hacerlo de forma eficiente es una máxima para las organizaciones. Producir lo mismo consumiendo menos energía, con menor impacto medioambiental y al menor coste posible es el objetivo de las medidas de eficiencia energética de una empresa.
A lo largo de 2022 las compañías españolas tuvieron que enfrentarse a una subida extraordinaria de los costes energéticos, y en las empresas industriales estos costes pueden llegar a representar entre el 60 y el 70 % de los costes totales, según un informe de KPMG. Pero mejorar la eficiencia energética de la empresa no es solo una cuestión de ahorro económico, sino que también viene impuesto por las legislaciones nacionales y comunitarias.
La Unión Europea se ha propuesto como objetivo avanzar hacia una economía climáticamente neutra en 2050 y cumplir así los compromisos del Acuerdo de París. En concreto, la UE ha establecido la obligación de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero al menos un 55 % por debajo de los niveles de 1990 para 2030.
Además, la Comisión, el Parlamento y el Consejo han llegado a un principio de acuerdo para incrementar el objetivo de reducir el consumo energético en 2030 del 9 al 11,7 %. La propuesta recoge que los Estados miembros deberán animar a las empresas con gran consumo energético a ser más eficientes.
Así, todas las empresas, incluidas las pymes que superen los 85TJ (terajulios) de consumo anual de energía, tendrán que implementar un sistema de gestión de la energía. De lo contrario, serán objeto de una auditoría energética.
En España, el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030 (PNIEC) incluye los objetivos nacionales de reducción de gases de efecto invernadero, uso de energías renovables y medidas de eficiencia energética. En cuanto a estas últimas, las pensadas específicamente para las empresas abogan por la mejora de la eficiencia energética de los equipos, sistemas y procesos industriales, y la reducción del consumo de energía de los edificios existentes de uso terciario y de sus instalaciones de climatización.
Claves para conseguir la eficiencia energética en las empresas
Un punto de partida que pueden aplicar las empresas en sus procesos de mejora de la eficiencia energética es la realización de auditorías energéticas. A través de este procedimiento pueden conocer cuáles son sus consumos y costes energéticos, e identificar y cuantificar sus posibilidades de ahorro introduciendo medidas de eficiencia energética y sustituyendo los combustibles fósiles por energías renovables.
Algunas de las medidas que las empresas pueden aplicar para reducir el consumo energético son:
- Monitorizar los consumos de energía: el primer paso es conocer qué tipo de energía se consume, cuánta y cuándo, y comprobar si se están produciendo consumos superfluos
- Reducir los consumos: con esa visión general del consumo energético que realiza la empresa, se pueden tomar medidas para reducir los consumos, bien eliminando los que no sean necesarios, bien cambiando los equipos por otros más eficientes.
- Optar por fuentes de energía renovable: instalar placas fotovoltaicas puede suponer un ahorro considerable en la factura eléctrica; según un informe de la Asociación de Empresas de Energía Renovable para una instalación “tipo” de 4,6 kW, el ahorro sería de 1.553 € al año.
- Comparar ofertas de proveedores y renegociar los contratos: Una opción es firmar PPA (Power Purchase Agreement), acuerdos de compraventa de energía limpia a largo plazo.
Para implementar medidas de eficiencia energética, las empresas pueden, además, solicitar ayudas públicas que les permitan sufragar parte de los costes de estas medidas. A este respecto, el IDAE, Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía, mantiene actualizado un boletín de ayudas.
La gestión ambiental, y en particular la gestión energética, es una tarea que, aunque no sea la actividad principal de una compañía, tiene gran repercusión tanto en la cuenta de resultados como en la política de responsabilidad social empresarial. Por ello, requiere estar dirigida por profesionales capaces de implantar sistemas de gestión y medidas concretas de eficiencia energética que logren reducir la huella ecológica de la empresa.
Para todo ello prepara el Máster en Gestión Ambiental de UNIR, que permite emplearse como responsable del departamento de medio ambiente y energía, auditor interno, auditor energético, o consultor en servicios medioambientales y energéticos, entre otros perfiles. Otro posgrado relacionado sería el Máster en Energías Renovables, también de UNIR.