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El estrés laboral tiene sus causas en las condiciones de trabajo y en su organización y su prevención incluye medidas organizativas e individuales. Descubre las claves para manejarlo en tu día a día.
El estrés laboral no solo afecta a la salud de las personas, sino que condiciona también el desarrollo de la empresa y de la propia economía global, al haberse convertido en una de las principales causas de baja laboral.
No debe entenderse como un problema de origen personal, sino que se produce como consecuencia de algún fallo en la organización. El estrés laboral surge tras la exposición del trabajador a los riesgos psicosociales, aquellos riesgos relacionados con las deficiencias en la organización del trabajo y las condiciones que lo rodean.
Según la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo (OSHA), los riesgos psicosociales y el estrés laboral encabezan la lista de problemas que más dificultades plantean en el ámbito de la seguridad y la salud en el trabajo. Se calcula que alrededor de la mitad de los trabajadores de la UE están en contacto con el estrés laboral, lo que supone cerca de la mitad de las jornadas laborales perdidas.
Entre las causas que producen estrés laboral están:
- La carga excesiva de trabajo.
- La falta de concreción en las labores a realizar.
- La mala organización o cambios en ésta.
- La inseguridad laboral.
- La ausencia de comunicación.
- La violencia ejercida por terceros.
Sus consecuencias pueden ser tanto físicas como mentales y, por supuesto, afecta a la productividad del individuo y a la calidad de su trabajo.
Podemos clasificar sus síntomas en:
- Emocionales (ansiedad, depresión, insomnio).
- Cognitivos (falta de concentración).
- Fisiológicos (defensas bajas, hipertensión).
- Conductuales (abuso de sustancias como alcohol, tabaco o drogas).
Manejar el estrés laboral
Para abordar el estrés laboral es necesario asumir que depende tanto de las condiciones que rodean al trabajador en su puesto, como de la interpretación que este puede hacer. Por ello, en su evaluación deben analizarse tanto esas condiciones como los factores de riesgo psicosocial.
La clave estará en localizar el origen, es decir, los agentes estresores, para poder focalizar las actuaciones que se vayan a llevar a cabo. Otra cuestión que puede someterse a análisis es la salud del trabajador para calcular los daños que puede estarle provocando este estrés.
Consejos y medidas para prevenir el estrés laboral
La prevención del estrés laboral ha de abordarse tanto desde el ámbito de la organización—con personal propio o externo formado en este ámbito, como con un Máster en Sistemas Integrados de Gestión— como desde el propio trabajador. Las medidas que se apliquen serán distintas en un caso y otro, pero siguiendo lo marcado en el art. 15 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, antes de adoptar medidas individuales han de aplicarse las colectivas.
En ningún caso las medidas aprobadas y los cambios que implican deben implementarse al mismo tiempo; es mejor introducir esas variaciones paulatinamente para comprobar su eficacia y de ser necesario, ir ajustándolas hasta obtener un mejor resultado. Según cómo se haya planteado el tema de la prevención en la propia empresa desde sus inicios, dependerá y mucho su capacidad para controlar el estrés laboral y todas las modificaciones que haya que incorporar deben contar con la implicación de los trabajadores y sus representantes.
Algunas de las medidas recomendables a nivel empresa son:
- Revisar el planteamiento de cada puesto y también del propio sistema de trabajo en sí, pues probablemente sea necesario un rediseño de estos que podría incluir la creación de grupos por tareas. Será necesario definir claramente la labor que tendrá cada individuo.
- Respetar la jornada laboral de los trabajadores.
- La planificación de la jornada laboral y sus horarios ha de tener en cuenta el tiempo para los descansos.
- Fijar objetivos realistas que permitan a los trabajadores finalizar sus tareas al ritmo adecuado.
- La carga de trabajo debe ser compatible con la cualificación del trabajador.
- Favorecer la conciliación entre vida laboral y familiar.
- La dirección de la empresa y los jefes de sección deben mantener un diálogo fluido con los trabajadores, para conocer sus demandas, por ejemplo en cuestión de recursos, o participar en la toma de decisiones que afecten a su trabajo.
- Facilitar la formación continua a todo el equipo aumentará el grado de motivación.
Cuando las medidas organizativas no son efectivas, se debe proporcionar al trabajador una estrategia a base de medidas individuales que recomiendan entre otras cuestiones:
- Mantener un estilo de vida saludable, con una correcta alimentación y la práctica de ejercicio físico.
- Respetar las horas de sueño, un mínimo de 6. El descanso es imprescindible.
- Desconectar de las responsabilidades laborales una vez que termina el horario de trabajo.
- Organizar las tareas asignadas estableciendo prioridades.
Que el estrés laboral provoca daños en la salud física y mental del trabajador y en el desarrollo de sus funciones en la organización es un hecho constatado. De ahí la importancia de implementar estrategias de prevención que afecten a toda la empresa. Cualquier trabajador en cualquier puesto puede padecerlo.