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En España la normativa de gestión de residuos abarca desde la generación hasta la eliminación final de los desechos. Estos son sus principales aspectos y puntos clave.
En un mundo cada vez más consciente de los desafíos medioambientales, la gestión adecuada de los residuos se ha convertido en una prioridad indiscutible. En España, al igual que en otros países, la normativa vigente sobre la gestión de residuos desempeña un papel crucial en la regulación y promoción de prácticas responsables.
La gestión de residuos está regulada por una serie de leyes y normativas que abarcan desde la generación hasta la eliminación final de los desechos. En términos generales, buscan promover la transición hacia una economía circular, en la que se reduzca al máximo la generación de residuos y se promueva la reutilización, el reciclaje y la valorización de los materiales.
Las claves de la ley de gestión de residuos en España
En España, la gestión de residuos es una competencia que implica a distintas Administraciones; sin embargo, uno de los pilares jurídicos fundamentales es la Ley 7/2022, de 8 de abril, de residuos y suelos contaminados para una economía circular. Esta sustituye a la anterior Ley 22/2011, de 28 de julio, de residuos y suelos contaminados.
La ley actual introduce una serie de medidas ambiciosas para avanzar hacia una gestión más sostenible de los residuos y promover la transición hacia una economía circular. Algunas de las novedades más destacadas son:
- La reducción de residuos. Se establecen objetivos de reducción en peso de los residuos generados, con una meta del 13 % para 2025 y del 15 % para 2030 en comparación con los niveles de 2010.
- La limitación del uso de plásticos. La normativa impulsa la reducción de la comercialización de productos de plástico de un solo uso, con el objetivo de reducir en un 50 % para 2026 y un 70 % para 2030 en relación a los niveles de 2022.
- La prohibición de plásticos de un solo uso. Se prohíbe la comercialización de productos de plástico de un solo uso, como pajitas, bastoncillos, cubiertos y platos, así como productos hechos con plástico oxodegradable. También se prohíben las microesferas de plástico de menos de 5 mm en productos como cosméticos y productos de limpieza.
- Nuevos requisitos de diseño. Hay otros productos con plástico de un solo uso que no se prohíben, pero se condiciona su uso a unos requisitos de diseño y etiquetado, que son obligatorios a partir del 3 de julio de 2024. En este sentido, las tapas y tapones deberán permanecer unidos a las botellas de hasta tres litros.
- Un etiquetado especial. En el caso de productos como las compresas y tampones higiénicos o los filtros para tabaco, deberán ir marcados con un etiquetado, conforme a la Directiva europea de plásticos de un solo uso. Informando en él sobre la presencia de ese material y su impacto en el medio ambiente.
- El fomento de la venta a granel. Se promueve la venta a granel en grandes superficies comerciales y se incentiva a los establecimientos hosteleros a ofrecer agua no envasada de manera gratuita.
- Más responsabilidades de los productores y gestores. Se establecen obligaciones para los productores y gestores de residuos, abarcando desde la gestión y almacenamiento hasta el envasado y etiquetado de los mismos.
- Impuestos especiales. Se introducen dos nuevos impuestos a nivel estatal: el impuesto especial sobre envases de plástico no reutilizables y el impuesto sobre el depósito de residuos en vertederos y la incineración.
Promoviendo la economía circular
La Ley de residuos y suelos contaminados introduce definiciones como la de “residuos de construcción y demolición”, “valorización de materiales” y “relleno”, con el objetivo de mejorar la gestión de residuos y promover una economía circular.
Una de las definiciones clave es la de “residuos de construcción y demolición” (RCD). Estos residuos son generados por actividades de construcción y demolición, y la ley de gestión de residuos enfatiza que estos no deben considerarse como residuos municipales.
Otra definición importante incluida en la legislación es la de “valorización de materiales”. Esta definición se refiere a operaciones de valorización que no implican la valorización energética ni la transformación en materiales para generar energía.
Por último, la ley también incorpora la definición de “relleno”. Esta se refiere a una operación de valorización en la cual se utilizan residuos no peligrosos para regenerar zonas excavadas o llevar a cabo obras de ingeniería paisajística.
En conclusión, la normativa vigente en la gestión de residuos en España refleja un compromiso con la protección del medio ambiente y la promoción de prácticas sostenibles. Su finalidad es clara: reducir la generación de residuos, los residuos ya generados, así como promover su reutilización y reciclaje.
En el Máster en Gestión Ambiental de UNIR se aborda esta normativa, así como los objetivos que persigue y los compromisos adquiridos por España.