Héctor Alonso-Misol fue alumno del máster en Inteligencia Artificial y ahora es CEO de GradientIA, empresa que desarrolla software educativo con esta tecnología.
Alonso-Misol lleva más de 20 años dedicado al sector de las tecnologías de la información, comúnmente conocido por sus siglas en inglés IT. Siempre ha estado ligado al desarrollo y la gestión de software, así como a la transformación de esta industria informática, pero su convicción por seguir formándose y especializarse, le llevó a estudiar en 2019 el Máster Universitario en Inteligencia Artificial de UNIR, que le ha permitido lanzarse a emprender en este sector.
Desde 2020, combina la docencia en el ámbito de la Formación Profesional con el lanzamiento de su empresa, GradientIA, dedicada al desarrollo de software educativo con tecnologías de inteligencia artificial. El camino ha sido duro, pero para Alonso-Misol, la satisfacción es plena.
¿Qué te motivó a estudiar el Máster en Inteligencia Artificial de UNIR?
Los profesionales del sector IT no nos podemos permitir estar estancados, hay que estar formándose continuamente para no quedarnos obsoletos. Tenemos que invertir tiempo en estar al día de la evolución tecnológica y conocer cómo se pueden aplicar estas nuevas tecnologías en los sectores profesionales que nos interesan.
La inteligencia artificial es hoy una realidad y no conocerla implica quedarse atrás. En mi caso, quería aprender las tecnologías y su uso aplicado al sector profesional para valorar la opción de emprendimiento.
De hecho, has creado una empresa. ¿Has podido aplicar los conocimientos del posgrado a este proyecto?
Sin duda. Además, he contado con alumnos en prácticas de la UNIR con posterioridad. No hubiera podido emprender un proyecto tan complejo como este sin el Máster Universitario en Inteligencia Artificial.
¿Por qué decidiste estudiar en UNIR?
Esta universidad es un referente en los estudios online, especialmente, en el ámbito tech. A mí me permitía estudiar un temario complejo y ambicioso sin renunciar a continuar con mi desempeño profesional. Además, la mayoría de los docentes tenían una gran experiencia y siempre es más valioso para el alumno intentar absorber este bagaje en tu proceso de aprendizaje.
¿Hubo algún profesor con el que conectaras de forma especial?
No solo uno, tuve varios que me impactaron positivamente, pero sin duda, Pablo Moreno Ger es con el que más he aprendido. Hasta el punto de que hemos publicado juntos recientemente un artículo sobre la aplicación de las tecnologías de Inteligencia Artificial al sector educativo. Es un fuera de serie.
Al margen del claustro, ¿qué más destacarías de la titulación?
Soy un apasionado de la tecnología, la docencia y las personas. Y no se puede estar al día de ninguna de las tres sin conocimientos tecnológicos avanzados. El máster te ofrece la oportunidad de formarte, de poner en práctica los conocimientos y ofrecerte un mundo de posibilidades profesionales delante de ti. Tener acceso a estas oportunidades sin renunciar a tu vida profesional es un lujo.
¿Qué fue lo más difícil de llevar a cabo? ¿Hubo alguna temática que se te resistió?
El máster tiene un grado de complejidad alto. Además, los alumnos tienen que estudiar, realizar prácticas y trabajos y, en mi caso, como en el de la mayoría, combinarlo con el trabajo de cada uno. Así que creo que es un reto, pero si no fuera así, no sería ni útil ni divertido. Este conjunto lo hace especialmente completo.
Si tuviera que destacar una asignatura especialmente complicada, mencionaría Sistemas Cognitivos Artificiales. El estudio de las redes neuronales no es sencillo, sin embargo, es una de las más bonitas y prácticas, así que hay que quitarse los miedos y afrontar las dificultades. Merece la pena.
En este camino, entiendo que el seguimiento del tutor personal fue esencial.
Creo que es una figura relevante. Hay alumnos que lo necesitan más que otros, pero siempre está bien tener un punto de apoyo con quien poder hablar y comentar tus problemas. Especialmente, en las épocas más duras del máster, cuando las materias se van complicando y requieren de más exigencia por parte del alumno.
Ahora que tu trabajo está directamente relacionado con la IA, ¿cómo crees que afectará esta tecnología a la empleabilidad? ¿Los robots nos quitarán el trabajo?
No, sin duda no nos van a quitar el trabajo, pero sí que estamos sufriendo una verdadera revolución tecnológica desde hace unos años. Todos tenemos muy presente 2020, un año en el que, gracias a la tecnología, el mundo no se paró y la mayor parte de las actividades profesionales se pudieron seguir realizando a distancia.
Lo que está claro es que, como consecuencia de la inteligencia artificial, el mercado se está transformando y se están creando nuevos puestos de trabajo. Hoy conocemos sectores, como la robótica (que es muy importante para la industria y la sanidad), la visión artificial, el procesamiento del lenguaje natural… que están ofreciendo nuevos puestos de trabajo, pero es indudable que otros, más administrativos o repetitivos, acabarán desapareciendo. La automatización es una realidad.
Tras haber estudiado en UNIR, ¿recomendarías la experiencia?
Sin duda. Creo que los estudios online son la mejor manera de combinar el aprendizaje sin renunciar a tu actividad profesional. Requiere tiempo, esfuerzo y constancia, y no sería viable realizarlo en fines de semana o con modelos híbridos, porque el temario es largo y exigente. Creo que es una fantástica opción.