UNIR Revista
Pionera en introducir la calidad total en la cadena de montaje y fabricar coches más ecológicos, Toyota es ahora también un referente en IA con la aplicación de innovadores sistemas y soluciones tecnológicas avanzadas.
¿Cuándo y cómo comienza todo? Esta infografía descargable de UNIR repasa todas las fechas imprescindibles para comprender por qué la empresa japonesa fue (y sigue siendo) vanguardia en su sector. Casi un siglo separa al camión G1, el primer vehículo salido de la fábrica de Toyota en 1935, y al Concept-i, un sofisticado y futurista prototipo de automóvil biplaza y eléctrico, diseñado y construido a base de inteligencia artificial.
Una disciplina que está transformando el mundo a gran velocidad, al intentar replicar y desarrollar la inteligencia humana y sus procesos implícitos, como el autoaprendizaje, a través de computadoras.
Toyota, el mayor fabricante de automóviles del mundo, en dura pugna con el grupo Volkswagen, ha apostado fuerte por este tipo de tecnologías para desarrollar sus coches, sus factorías y sus métodos de producción.
Ya la emplea en los robots de sus factorías con el objetivo principal de detectar errores o defectos que puedan escapar al ojo humano, y también para ganar en seguridad de los empleados en la construcción de automóviles, pero especialmente a la hora de evitar los accidentes en carretera y gestionar las emergencias a las que se enfrentan los conductores en su día a día al volante.
Un problema a tener muy en cuenta: los accidentes automovilísticos provocan más de 1,25 millones de víctimas mortales cada año en el mundo.
Innovación histórica
El gigante japonés siempre ha ido un paso por delante en una de las industrias más avanzadas e innovadoras que existen. Pionera en implantar controles de calidad y eficiencia en sus plantas de montaje en los años setenta del siglo pasado, con sus métodos de fabricación eficiente, muy estudiados en las principales escuelas de negocios, que buscan mejorar la tecnología de forma continua y en todas las áreas del negocio, desde el diseño a la posventa, el respeto al medioambiente, con la eliminación de residuos en la construcción y la reducción del consumo de energía de sus coches.
La multinacional japonesa, dueña de la marcas Lexus, Hino, Denso y Daihatsu, además de la propia Toyota, también tomó la delantera en 1997 con su Toyota Prius, el primer vehículo híbrido (con motor eléctrico y de gasolina) producido en serie.
En 2015 decide redoblar sus esfuerzos e inversiones en la investigación de nuevas tecnologías con la creación del Toyota Research Institute (TRI), su propio centro dedicado a avanzar en la mejora de la seguridad activa y desarrollar las tecnologías robóticas y de uso autónomo, que se basan en la creación de algoritmos de control que buscan ampliar las posibilidades de la conducción humana.
Un trabajo de investigación en el que la compañía no quiere estar sola y por eso lleva a cabo acuerdos con centros reconocidos, como Stanford o, por ejemplo, con gigantes tecnológicos como Google, con el que desarrolla servicios de voz de última generación, que ya no necesitan una conexión a internet para hablar con el coche, lo que multiplicará, sin duda, las consultas y el feedback entre el coche y el conductor.
Ahora la innovación más disruptiva se desarrolla en una nueva ciudad para más de 2.000 personas que Toyota está levantando en una antigua fábrica del grupo a los pies del monte Fuji, Woven Planet, tanto para las familias de la zona, como para sus empleados.
Un laboratorio de nuevas tecnologías
Se trata de un laboratorio a gran escala centrado en el desarrollo de vehículos autónomos y nuevos avances en los campos de la robótica y la inteligencia artificial.
Está pensada con una estructura urbanística especialmente desarrollada para tener en cuenta las últimas tecnologías de movilidad sostenible, incluyendo vías específicas para vehículos autónomos completos, y con tres tipos de vías en la superficie, las destinadas a vehículos autónomos, las habilitadas a peatones y las creadas específicamente para vehículos de uso personal distintos a los turismos o vehículos comerciales tradicionales, como los patinetes y bicicletas eléctricos.
Cuenta con vías subterráneas destinadas a una flota de vehículos de reparto totalmente autónomos, por lo que estos no van a interferir con el tráfico de la superficie.
Un vivero de nuevas tecnologías donde serán puestas a prueba en condiciones ideales, que servirá como experiencia para poder adaptarlas al entorno urbano de otras localidades. Uno de los últimos tiene que ver con el hidrógeno.
Toyota Motor y la corporación ENEOS firmaron hace unos meses un acuerdo de colaboración para explorar sistemas de producción y uso de hidrógeno sin CO2 en Woven City en 2024-2025. Ambas compañías han decidido producirlo y suministrarlo en esta ciudad del futuro y alimentar de paso los vehículos de pila de combustible, el transporte del mañana. Pero esa es otra historia, de la que también ya forma una parte importante Toyota.
Accede a la infografía sobre la historia de Toyota y cómo se introduce en la inteligencia artificial.
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