Israel Sánchez Barragán
Si bien tenemos tendencia a clasificar las relaciones en el entorno laboral de un modo dicotómico (positivas / negativas), lo cierto es que en muchos casos nos relacionamos a diario con compañeros con los cuales mantenemos relaciones ambivalentes (a la vez positivas y negativas) o bien de indiferencia.
Las relaciones interpersonales que se establecen en un entorno laboral son vitales para el bienestar de los trabajadores, ya que son una parte fundamental de su vida diaria, e influyen igualmente en los resultados de las organizaciones. En general, trabajadores con un mayor número de amistades en su trabajo muestran un mejor estado de ánimo y son evaluados más positivamente por sus supervisores; aunque el mantener esos contactos también les puede conllevar un mayor agotamiento a nivel emocional (Methot, LePine, Podsakoff & Christian, 2015).
Si bien tenemos tendencia a clasificar las relaciones en el entorno laboral de un modo dicotómico (positivas / negativas), lo cierto es que en muchos casos nos relacionamos a diario con compañeros con los cuales mantenemos relaciones ambivalentes (a la vez positivas y negativas) o bien de indiferencia. Son los llamados frenemies o amigo-enemigos.
Como ejemplos de relaciones laborales ambivalentes podríamos pensar en un mando intermedio que se siente orgulloso y al mismo tiempo amenazado por algún trabajador a su cargo; o las relaciones que se establecen entre trabajadores y un superior muy exigente pero que al mismo tiempo es una fuente de apoyo; y en general la situación de cualquier trabajador con sentimientos enfrentados hacia sus clientes o compañeros de trabajo.
Las relaciones indiferentes se caracterizan por un contacto poco frecuente o de bajo compromiso, profundidad, importancia o relevancia emocional. Por ejemplo, los contactos con compañeros de trabajo ocasionales o temporales; o cualquier relación sin ningún tipo de intimidad, como la que se establece entre compañeros que simplemente se saludan cuando se cruzan, o que mantienen una conversación trivial frente a la máquina de café.
Las relaciones indiferentes se caracterizan por un contacto poco frecuente o de bajo compromiso, profundidad, importancia o relevancia emocional. Por ejemplo, los contactos con compañeros de trabajo ocasionales o temporales; o cualquier relación sin ningún tipo de intimidad.
A pesar de resultar muy frecuentes, estos tipos de interacciones han sido poco estudiados. Por ello resulta especialmente interesante la revisión realizada por Methot, Melwani y Rothman (2017), en la cual analizan los trabajos publicados hasta la fecha relacionándolos con las emociones que despiertan estas relaciones y sus implicaciones en el entorno laboral. El estudio nos permite acercarnos a cómo operan este tipo de relaciones interpersonales y sus consecuencias sobre el clima laboral.
Los autores argumentan que si bien factores como la edad, sexo, personalidad y estatus social tienen influencia en el establecimiento de relaciones laborales, las emociones juegan un papel primordial. Así, toda interacción social desencadena diferentes emociones, las cuales determinarán el tipo de relación que se va a establecer. Al comunicarnos tendemos a proyectar nuestras emociones sin darnos cuenta, pudiendo reflejar ambivalencia (p.ej. mostrándonos cercanos justo antes de comenzar una discusión) o indiferencia (p.ej. al mostrarnos distraídos o aburridos durante una conversación).
Y nuestros interlocutores pueden responder a estas actitudes mostrando interés y apoyo para proteger y fomentar la relación (se genera un acercamiento), o bien retirándose y dañándola (evasión). De este modo, las emociones que demostramos día a día determinan cómo se desenvuelven nuestras relaciones laborales y si vamos a poder trabajar de forma efectiva con nuestros compañeros.
Los riesgos de tener amigo-enemigos
Debido a la incertidumbre, los mensajes contradictorios y la falta de apoyo emocional que conllevan, las interacciones ambivalentes e indiferentes se relacionan con situaciones de estrés laboral, elevación de la presión arterial e incluso envejecimiento prematuro, mostrando que las relaciones con amigo-enemigos pueden resultar más perjudiciales que con aquellos que consideramos directamente nuestros enemigos. Sin embargo, al mismo tiempo también se asocian con una mayor creatividad, adaptación al cambio y productividad, posiblemente debido a que promueven la competitividad entre compañeros de trabajo. El mantenimiento de relaciones indiferentes también ha mostrado ser importante para la aceptación e integración social.
Las relaciones con amigo-enemigos pueden resultar más perjudiciales que con aquellos que consideramos directamente nuestros enemigos
Otra conclusión extraída del estudio es que los avances tecnológicos están promoviendo la aparición de un creciente número de relaciones indiferentes con baja implicación emocional. Este hecho constituye un nuevo ejemplo de factor psicosocial a tener en cuenta asociado a las tecnologías de información y comunicación (TIC), las cuales también se relacionan con riesgos psicosociales como el cyberbullying o el estrés informático.
Igualmente, las relaciones ambivalentes e indiferentes son susceptibles de evolucionar con el tiempo, pues con frecuencia los trabajadores tienden a tratar de resolver las sensaciones de disconfort, confusión, recelo y falta de control que generan. Así, en ocasiones estas interacciones se refuerzan o se disuelven, derivando hacia relaciones puramente positivas o negativas.
Dado que las investigaciones realizadas en este campo son aún relativamente escasas, los autores proponen varias áreas para trabajos futuros, de las cuales destacamos las siguientes:
Aún disponemos de muy poca información acerca de qué factores organizacionales promueven las relaciones ambivalentes e indiferentes. Los valores, estructura de recompensas y cultura emocional de una organización seguramente tendrán mucho que ver en este ámbito.
Otra cuestión interesante sería analizar cómo se puede ver afectada la objetividad de un supervisor a la hora de evaluar a sus subordinados por el hecho de mantener con ellos relaciones ambivalentes o indiferentes.
Finalmente, también sería necesario explorar mucho más la generación y consecuencias de las relaciones indiferentes (las menos estudiadas hasta el momento), así como sus posibles evoluciones hacia otro tipo de interacción.
Referencias bibliográficas
Referencias bibliográficas:
Methot, J. R., LePine, J. A., Podsakoff, N. P. & Christian, J. S. (2015). Are Workplace Friendships a Mixed Blessing? Exploring Tradeoffs of Multiplex Relationships and their Associations with Job Performance. Pers. Psychol. 69(2), 311-355. DOI: 10.1111/peps.12109
Methot, J.R., Melwani, S. & Rothman, N.B. (2017). The Space Between Us: A Social-Functional Emotions View of Ambivalent and Indifferent Workplace Relationships. J. Manag. 43(6), 1789-1819. DOI: 10.1177/0149206316685853