Román Rodríguez Curbelo
La metodología Lean consiste en que las organizaciones hagan más y mejores cosas con menos esfuerzo, en menos tiempo y con menos recursos.
Gestionar eficazmente es uno de los principales objetivos, si no el que más, de cualquier organización. Es también una característica primordial en la vida cotidiana de los empleados de cualquier empresa, porque una mala dirección ejecutiva puede provocar una pérdida de motivación, entusiasmo y, por lo tanto, de productividad.
Según la directora académica del curso en Lean Management de UNIR, Ester Sánchez Sierra, una compañía debe centrar sus esfuerzos en mantener la coherencia, la comunicación, la transparencia y la escucha activa bajo el paraguas global de unos objetivos comunes claros.
Si las empresas son conscientes de sí mismas, sobre todo de sus fortalezas y de sus debilidades, estarán en disposición de alcanzar el equilibrio perfecto entre reducir costes y aumentar la calidad, porque evitarán ineficiencias sin perjudicar a sus servicios y productos.
El balance entre reducir costes y aumentar la calidad ha sido, es y será siempre la eterna cuestión de cualquier empresa, reconoce Sánchez Sierra. Una cuestión que la compañía japonesa de automóviles Toyota comenzó a responder a mediados de los 50 del siglo pasado mediante la metodología Lean.
Toyota construyó a partir de entonces vehículos más pequeños y de bajo coste porque entendió que eso era lo que pedía la sociedad japonesa del momento: producía bajo demanda, cuando los clientes lo solicitaban.
“Bajo otros nombres, pero con las mismas premisas y herramientas, el Lean ha estado presente en los últimos y más revolucionarios cambios de nuestra realidad económica, ganando protagonismo e influencia en las últimas dos décadas”, asegura la docente de UNIR.
¿Qué es un proyecto Lean de mejora empresarial?
La definición de mejora empresarial parece evidente, pero su teoría es compleja y su puesta en práctica resulta igualmente desafiante, dice Sánchez. En términos generales, los proyectos Lean se caracterizan por identificar las oportunidades de mejora, implementar cambios e idealmente medir el impacto que provocan.
Para Sánchez resulta esencial comprender la importante diferencia entre el término genérico “mejora de procesos” y lo que implica el Lean Management: la mejora empresarial e industrial desde una mentalidad global, no tan solo mediante una práctica o un evento concreto.
Es determinante, por lo tanto, interiorizar que las organizaciones Lean abordan la mejora continua como una práctica diaria que cumpla con las expectativas de los clientes.
Con este y otros objetivos similares se define el segundo gran objetivo del Lean Management: “Para que los esfuerzos sean efectivos, cada parte de la organización debe estar disponible y dispuesta a evolucionar”, explica la docente de UNIR.
La idea es que los equipos encuentren sistemáticamente formas de entregar más valor y más rápido. Hay detrás un enfoque científico sustentado en cuatro pilares que conforman una especie de ciclo infinito porque el cuarto da pie al primero, y así sucesivamente.
- Identificación de oportunidades.
- Desarrollo de un plan que mejore el estado actual de la empresa.
- Ejecución e implementación de los cambios.
- Revisión y evaluación del nuevo estatus.
Empresas y herramientas
No importa el sector, el tamaño o la actividad de la corporación: cualquier tipo de compañía puede verse beneficiada por la metodología Lean. No obstante, el sector más permeable a sus virtudes es el industrial.
En actividades clave para cualquier economía, como la logística, donde la sistematización y estandarización de operativas cada vez más sofisticadas es la norma, cada vez es más imprescindible frenar y evaluar, según Sánchez.
“Solo así la resiliencia, la flexibilidad y la adaptabilidad de la que el sector lleva siendo un referente desde 2020 puede consolidarse y afianzarse ante cualquier cambio que derive de entornos cada vez más inciertos”, añade la experta.
Kaizen, 5S, Kanban, Focus PDCA… La metodología Lean cuenta con muchas herramientas que ejecutan su filosofía con precisión y la elevan a su máxima expresión.
Pero, pese a sus diferencias, son más los aspectos que las unen: el encuentro de una mejor forma de hacer las cosas con menos esfuerzo, menos tiempo y menos recursos. Todo se reduce a un concepto común: optimización.
Cinturones y empleos
Dentro del Lean Six Sigma, la estrategia de gestión basada en la mejora de los procesos empresariales, se determinan diferentes cinturones (belts) que certifican el nivel de formación de sus portadores dentro de este plan común.
Las certificaciones Green Belt son para aquellas personas que pueden resolver problemas en entornos de transacciones o fabricación liderando proyectos, creando nuevas estrategias de trabajo y apoyando al personal.
Los Black Belt, por su parte, impactan en los procesos denominados de alta complejidad y proponen proyectos de mejora basados en análisis avanzado de datos.
Más allá de las certificaciones, los expertos en Lean Management se han convertido en profesionales esenciales en un mundo corporativo que busca ser siempre más competitivo que ayer.
La presencia de estos profesionales marca la diferencia y asegura la mejora continua, asegura Sánchez. “No sorprende que sus tasas de empleabilidad desafíen a la media”, reconoce.
El Programa Avanzado en Lean Management de UNIR prepara a sus estudiantes para coordinar grupos de trabajo, liderar a personas y asumir hasta el éxito final la dirección de cualquier tipo de proyectos.