UNIR Revista
El lxD o diseño de interacción trata de predecir el comportamiento de un usuario de un producto digital —como una web o una app— para que su experiencia sea sencilla, intuitiva y satisfactoria.
¿Cómo lograr que un usuario sea capaz de acceder y usar las diferentes herramientas de un smartphone, una app de seguimiento de actividad física o el carrito de la compra de una tienda online de ropa? El diseñador de interacción a través del lxD (learning experience design o LX design) sabe cómo: prediciendo, en la medida de lo posible, cómo las personas van a interactuar con un determinado dispositivo/sistema digital.
La experiencia de usuario (UX) es una de las claves para el éxito de un producto digital, independientemente de que este sea una página web, una aplicación, un software, un videojuego, etc. Por lo tanto, es importante conocer sus diferentes disciplinas y áreas: dentro de ella se enmarca el diseño de interacción, el cual busca facilitar la interacción entre un determinado producto y el usuario.
La principal función de un diseñador de interacción es predecir el comportamiento de un usuario, saber cómo piensa para entenderlo y ajustar así un determinado producto a su forma de uso para que su experiencia resulte sencilla, intuitiva y satisfactoria. Así, entre los cometidos de un diseñador de interacción, figuran:
Investigación.
Cada producto digital requiere de su propio trabajo de investigación para determinar sus particularidades, cuál será el usuario más habitual y qué tipo de problemas pueden surgirle al interactuar con el mismo.
Análisis y creación.
En base a la investigación preliminar y en colaboración con otros especialistas, como programadores, el diseñador de interacción propone cómo será el producto desde el punto de vista del usuario, es decir: cómo navegará por una web, cómo se desplegará el menú de un eCommerce, cómo será la interfaz de una app… El objetivo es buscar su funcionalidad y legibilidad e intentar predecir los pasos del usuario.
Diseño de prototipos (maquetas o wireframes).
Más o menos fieles al producto final para determinar cómo se dispondrán los diferentes elementos siempre teniendo presente la máxima de facilitar la usabilidad y simplificar los procesos.
Anticiparse a fallos.
En lxD permite anticiparse a posibles errores, así como crear mensajes que alerten al usuario de algún fallo o dato incorrecto.
Formación de un diseñador de interacción
El diseñador de interacción juega un papel fundamental en el éxito de un producto digital. De nada sirve contar con una web o una aplicación si el usuario no entiende cómo llegar a la información o el proceso resulta demasiado complejo y lento. Por eso, cada vez son más las empresas especializadas en desarrollo de apps, agencias de diseño web, diseño multimedia, videojuegos… que incorporan a estos especialistas entre sus plantillas.
La formación de base de un diseñador de interacción está asociada a áreas como el diseño digital, gráfico o multimedia, las bellas artes o el marketing pero también a la informática, la ingeniería de software o las telecomunicaciones. La especialización viene de la mano de posgrados como el Máster en Diseño y Producción Multimedia online de UNIR.
Las claves del diseño de interacción
El LX design tiene su propio lenguaje y claves. Para lograr una buena experiencia de usuario hay que tener en cuenta los siguientes factores:
Palabras.
Deben ser sencillas y significativas para ofrecer información al usuario y ayudarlo a navegar e interactuar. Por ejemplo, si es la aplicación de un banco es posible que quiera realizar gestiones relacionadas con transferencias, saldos, movimientos, ingresos…
Representaciones visuales.
Los elementos gráficos deben guardar una coherencia entre sí, mantener un estilo uniforme y un tamaño adecuado. Es importante que sean fácilmente interpretables; por ejemplo: si es una app para contar pasos, un icono de un reloj podría indicar el tiempo de ejercicio.
Espacio.
A la hora de predecir cómo interactuará una persona con un determinado producto digital hay que tener en cuenta en qué contexto lo hará y a través de qué medio, ya que no es lo mismo estar sentado delante de un ordenador de sobremesa en una oficina (en el que habitualmente se utiliza un ratón y un teclado) que consultar un smartphone mientras se viaja en transporte público.
Tiempo.
Definir el tiempo medio de interacción, saber si se puede reanudar, hacer un seguimiento de los progresos (por ejemplo, en el caso de una aplicación para aprender inglés) es otra de las cuestiones básicas del diseño de interacción.
Comportamiento.
La clave del lxD. Para predecir cuál será el comportamiento de un usuario hay que tener en cuenta los puntos anteriores para tratar de emular sus acciones, es decir: en qué botones hará clic, qué parte del menú desplegará, cómo se moverá por una web, etc.