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La manipulación manual de cargas es muy habitual en buena parte de las actividades laborales, tanto que es la principal causa de la mayoría de lesiones o dolencias.
Según el artículo 2 del Real Decreto 487/1997, que establece las disposiciones mínimas de seguridad y de salud en este ámbito, se entiende por manipulación manual de cargas “cualquier operación de transporte o sujeción de una carga por parte de uno o varios trabajadores, como el levantamiento, la colocación, el empuje, la tracción o el desplazamiento, que por sus características inadecuadas entrañe riesgos, en particular dorsolumbares, para los trabajadores”.
Por otro lado, el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST) define como carga, “cualquier objeto susceptible de ser movido, incluyendo personas y animales y los materiales que se manipulen por medios mecánicos pero que requieran aún del esfuerzo humano para moverlos o colocarlos en su posición definitiva”.
Una carga que sobrepase los 3 kg supone un riesgo, ya que podría provocar daño dorsolumbar. Aunque no estamos hablando de demasiado peso, la clave radica en cómo se manipula esta carga. Si lo hacemos de manera incorrecta, es decir, en unas condiciones ergonómicas que no son las adecuadas, estamos exponiéndonos al riesgo de que se produzca una lesión.
Pesos aceptables
El Real Decreto recomienda no sobrepasar un peso máximo de 25 kg, siempre y cuando se den las condiciones ideales de manipulación. Así se estaría protegiendo al 85% de la población trabajadora sana. En caso de que los trabajadores que vayan a manipular la carga sean jóvenes, personas mayores o mujeres, la carga no debería superar nunca los 15 kg. De cumplirse esta recomendación, se protegería al 95% de los trabajadores sanos y a un 90% de trabajadores jóvenes, mayores y mujeres.
De manera ocasional, podrían manipularse manualmente cargas de hasta 30 kg si las condiciones son las adecuadas y garanticen la seguridad necesaria. En este caso, la tarea deben realizarla aquellos trabajadores que estén preparados físicamente.
La combinación del peso con elementos, como la posición en la que se encuentra la carga antes de ser manipulada o la postura del propio trabajador, influirá directamente en la cantidad de peso que deba fijarse como máxima para evitar posibles daños.
Análisis del riesgo
Entre las obligaciones que tiene la empresa con respecto a la manipulación manual de la carga, la primera es el evitarla, pero si no es posible, debe minimizarse el riesgo para el trabajador, por lo que es necesario llevar a cabo un análisis de los posibles riesgos. Para ello hay que:
- Comprobar el peso de la carga. Si pesa menos de 3 kg no es necesario seguir con el análisis de riesgo, ya que se considera que ese peso no puede causar daños en la zona dorsolumbar. Si es mayor de 3 kg continuamos con el siguiente paso del análisis.
- Tratar de automatizar o mecanizar la manipulación de la carga, así se eliminará cualquier riesgo. Si no es posible, seguimos con el punto siguiente.
- Recurrir a utensilios o aparatos que puedan facilitar la manipulación, como carretillas o grúas, por ejemplo.
- Si hay alguna tarea en la que no puede eliminarse esa manipulación, el empresario está obligado a un nuevo examen de los riesgos y sus consecuencias, en donde tendrá que llegar a dos alternativas: riesgo tolerable o riesgo no tolerable. En este último supuesto, habrá que replantear la tarea, aplicando las medidas preventivas necesarias para llegar a un riesgo tolerable.
Factores de corrección
Además del peso, hay otros muchos factores que analizar para evaluar el riesgo. Entre estos están:
- La frecuencia de la manipulación. A mayor frecuencia, mayor riesgo de que se produzca un accidente o fatiga física.
- Los agarres que pueda tener la carga, que no siempre son los adecuados. Cuanto peor sea el agarre mayor será el riesgo.
- La distancia entre la carga y el cuerpo. Hay que tener en cuenta la distancia horizontal y la vertical.
- El desplazamiento vertical de la carga. No se recomienda manipular cargas por encima de 175 cm. Lo ideal sería un desplazamiento igual o menor a 25 cm.
- Los giros del tronco. Estos provocan un aumento de la presión en la zona lumbar y pueden calcularse teniendo en cuenta el ángulo que forma la línea que une los talones con los hombros.
Los equipos de protección individual, el calzado, el peso de la carga y su tamaño, el transporte, la inclinación del tronco y las fuerzas de empuje y tracción son cuestiones que también deben ser tenidas en cuenta si no se quiere sufrir una lesión. Y es que las tareas que implican una manipulación manual de la carga, las dolencias más comunes son especialmente las musculoesqueléticas, producidas sobre todo en la zona dorsolumbar. Por lo tanto, esto demuestra que la evaluación de los riesgos y la prevención son fundamentales.
