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Un stack agrupa los lenguajes de programación, el sistema operativo, los frameworks y las herramientas necesarias para desarrollar aplicaciones web o móvil.
El desarrollo de aplicaciones web está en constante evolución. En un mercado cada vez más exigente, los desarrolladores han de dominar las distintas tecnologías con las que trabajar tanto en el front-end como en el back-end, o lo que es lo mismo, en la parte que interactúa con los usuarios o clientes (client-side) y en el lado del servidor o la base de datos (server-side). Así surgen los stack tecnológicos o stack de soluciones, unas agrupaciones de herramientas de software que pueden funcionar individualmente o en conjunto a la hora de crear un determinado producto. MERN y MEAN Stack son las más populares. Cada una de las piezas que integra un stack cumple con una función específica, desde la recogida de datos al diseño.
Un desarrollador Full Stack debe tener conocimientos tanto para trabajar en el front-end como en el back-end. Un stack tecnológico agrupa todos los lenguajes de programación, el propio sistema operativo, los frameworks y las herramientas que un desarrollador necesita para trabajar en el contenido de la aplicación. Existen varias alternativas, elegir una u otra dependerá del tipo de aplicación y de las necesidades que vayan a plantearse durante todo el proceso; incluso puede darse el caso de que sea preciso emplear stacks tecnológicos distintos.
Para elegir un stack es necesario conocer las características del proyecto en el que se va a trabajar. Una vez que están claras, el programador o programadores deciden qué tecnología y lenguaje de programación van a emplear. Lo habitual es que cuando se ha decidido el lenguaje de codificación central, se vayan sumando el resto de herramientas. Los conocimientos y la experiencia previa de las personas que integran el equipo de trabajo también condicionarán la elección y lo mismo sucede con la escalabilidad.
Es fundamental implementar la metodología agile, en la que priman las interacciones de los usuarios durante todo el proceso y se presenta una importante capacidad de respuesta ante los cambios e imprevistos.
El agrupar todos esos elementos con los que se va a trabajar tiene una gran ventaja y es que tanto su descarga como su aplicación simultánea es más sencilla. Existen diferentes tipos, tantas soluciones como necesidades se planteen, desde los stacks más genéricos a los más específicos. Dos son los más populares:
MERN vs. MEAN Stack
MEAN Stack
Responde a las siglas de sus componentes:
- MongoDB
Base de datos que permite almacenar la información de las aplicaciones como archivos JSON.
- Express o Express.js
Framework o estructura base de back-end sobre la que desarrollar el proyecto.
- Angular.js
Framework de front-end que ejecuta el código JavaScript en el navegador.
- Node.js
Entorno de tiempo de ejecución en tiempo real que ofrece todas las herramientas necesarias para ejecutar un programa escrito en JavaScript.
MEAN Stack es un conjunto de herramientas basadas en JavaScript. Se utiliza para desarrollar tanto webs como apps. Al emplear un único idioma en todo el paquete, permite reutilizar el código. Se trata de tecnología de código libre, que se adapta especialmente al trabajo en la nube. También incluye su propio servidor.
MERN Stack
Es muy parecido a MEAN, la principal diferencia está en que no emplea AngularJS sino React:
- MongoDB
- ExpressJS
- ReactJS
Biblioteca que ofrece la posibilidad de crear aplicaciones web de una sola página, de alta calidad, lo que acelera el trabajo y simplifica la introducción de cambios.
- NodeJS
MERN es un stack fiable a la hora de diseñar aplicaciones avanzadas y dinámicas. Ofrece flexibilidad y escalabilidad.
Ambos stacks garantizan poder trabajar con arquitectura MVC (Model View Controller), lo que hace que sea todo más fluido. La curva de aprendizaje es aceptable y abarcan todo el proceso de desarrollo: lo importante es elegir el que más se ajuste a las exigencias del proyecto para asegurar así el éxito del mismo.