UNIR Revista
¿Sabes en qué consiste este método de evaluación de riesgos? En UNIR abordamos sus principales características, objetivos y funciones, y de qué manera se aplica en las empresas.
La evaluación de riesgos es la base para una gestión activa de la seguridad y salud laboral. De hecho, la Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales, que traspone la Directiva Marco 89/391/CEE, establece como obligaciones del empresario planificar la acción preventiva a partir de una evaluación inicial de riesgos, evaluarlos a la hora de elegir los equipos de trabajo, sustancias o preparados químicos, así como el acondicionamiento de los lugares de trabajo. Hoy en UNIR os presentamos uno de ellos: el método de evaluación de riesgos del INSHT.
Por si no lo habíais escuchado antes, las siglas corresponden a Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo, actualmente conocido como INSST, y toma como punto de partida una clasificación de las diferentes actividades laborales. A partir de ahí se desarrolla toda la información y particularidades relacionadas con cada actividad. Para ello, hay que analizar las diferentes variables que entran en juego, identificando los potenciales riesgos y peligros para valorar si son o no tolerables.
El proceso que hay que seguir es el siguiente:
Clasificación de las actividades de trabajo
Se trata de preparar una lista de actividades de trabajo de la forma más racional y sencilla posible. Serían, por ejemplo, la diferenciación entre instalaciones externas o en interior o las etapas en una cadena de montaje.
Identificación de peligros teniendo en cuenta la clasificación de actividades
El propio INSHT tiene publicada una lista de riesgos para facilitar esta labor en la que se incluyen, entre otras cuestiones, si hay riesgo de atrapamiento, contactos eléctricos directos o caídas de objetos.
Estimación o cuantificación del riesgo
Para cada uno de los peligros identificados hay que estimar el riesgo, determinando la severidad del daño y la probabilidad de que ocurra. La probabilidad puede ser alta (ocurre siempre o casi siempre), probabilidad media (ocurre algunas veces) o probabilidad baja (ocurre pocas veces).
Valoración del riesgo
Una vez que tenemos identificados los niveles de riesgo, debemos decidir si tomamos otras medidas, mejoramos los controles o implantamos otros nuevos. Para tomar una decisión, el INSHT ha establecido los siguientes niveles:
- Trivial: no se requiere acción alguna.
- Tolerable: no se necesita mejorar la acción preventiva, pero se deben tomar medidas que no supongan un coste económico. Se requiere realizar comprobaciones.
- Moderado: se deben hacer esfuerzos para reducir el riesgo en un período de tiempo determinado.
- Importante: no se debe iniciar el trabajo hasta que no se reduzca el riesgo, pudiendo ser necesarios recursos considerables para reducir el riesgo. El tiempo para disminuir este riesgo tiene que ser menor que en el nivel de riesgo moderado.
- Intolerable: no se debe empezar ni continuar el trabajo hasta que se reduzca el nivel de riesgo.
En conclusión, una evaluación de riesgos tiene que incluir lo siguiente:
- La identificación de todos los puestos de trabajo.
- El riesgo o riesgos existentes y la relación de trabajadores afectados.
- El resultado de la evaluación y las medidas preventivas procedentes.
- Métodos de medición, análisis….
La evaluación de riesgos de cada empresa debe ser un proceso continuo, que sea modificable y se mantenga actualizada en el tiempo. Por eso, se cambiará siempre que existan nuevas condiciones de trabajo, o si se amplían o disminuyen los peligros. Si en la evaluación de riesgos se detectan riesgos, el empresario tiene la obligación de planificar la actividad preventiva con el objetivo de eliminar, controlar o reducir dichos peligros. Esta planificación de la actividad preventiva deberá hacerse conforme a un orden de prioridades, en función de la magnitud de los riesgos y del número de trabajadores expuestos a los mismos.