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El Plan de Autoprotección recoge la organización y medidas de seguridad para prevenir y mitigar los riesgos para la salud de las personas y su integridad física en un determinado lugar.
El Real Decreto 393/2007, del 23 de marzo, define Plan de Autoprotección como “un documento que establece el marco orgánico y funcional previsto para un centro, establecimiento, espacio, instalación o dependencia, con el objeto de prevenir y controlar los riesgos sobre las personas y los bienes y dar respuesta adecuada a las posibles situaciones de emergencia, en la zona bajo responsabilidad del titular de la actividad, garantizando la integración de éstas actuaciones con el sistema público de protección civil”.
La finalidad del plan debe ser clara y concisa y, para ello en su elaboración e implantación se deben cumplir los siguientes requerimientos:
- Conocer las instalaciones, los medios de protección y los riesgos de los diferentes sectores.
- Asegurar la fiabilidad de todos los medios de protección y las instalaciones.
- Evitar o prevenir las causas que originan las situaciones de emergencia.
- Disponer de personal organizado y formado que garantice rapidez y eficacia en las acciones a realizar para controlar las emergencias.
- Informar a todos los ocupantes del edificio de cómo deben actuar ante una emergencia y las medidas para su prevención.
La creación del Plan de Autoprotección
El Plan de Autoprotección deberá ser definido por personal formado y con conocimientos en PRL para poder determinar la organización y las medidas de autoprotección que den respuesta a los riesgos de la actividad.
Este plan es obligatorio para los centros de trabajo recogidos en el Anexo I del R.D. 393/2007. Se trata de un documento amplio, que consta de nueve capítulos, entre los que se encuentra el Plan de Emergencias junto con otros aspectos. A su vez, cada comunidad autónoma puede contar con legislación más específica y requisitos más estrictos. Los ayuntamientos también pueden requerir un plan de autoprotección para conceder determinados permisos o licencias.
Para implementar el Plan de Autoprotección es necesario seguir los siguientes pasos:
- Formación y sensibilización: consiste en formar y concienciar a todos los trabajadores y, en especial, al personal que forma parte del equipo de emergencias de la empresa, acerca de la organización y las medidas de seguridad que recoge el plan.
- Realización de simulacros: las organizaciones harán al menos un simulacro de emergencias al año cumpliendo lo definido en el plan. La realización de estos simulacros permite detectar las carencias del plan o posibles mejoras de este. Una vez realizado, se hará un análisis y una valoración de los resultados que se hayan obtenido y se introducirán mejoras o se afianzará la formación donde sea necesario.
- Mantenimiento y revisión: el último punto dentro de la implementación de un Plan de Autoprotección es la revisión y la actualización de este como máximo cada tres años. Además, en el caso de requerirse, se coordinará con protección civil.
El Plan de Autoprotección es un documento muy importante en la prevención de riesgos laborales, pues recoge las medidas de índole organizativa y técnica que pretenden evitar y prevenir las situaciones de riesgo que provocan emergencias y los procedimientos de contingencia a realizar si se materializan, para minimizar los riesgos para la salud y la integridad física de las personas