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El plan de emergencia consiste en una serie de procedimientos definidos y documentados para realizar ante amenazas graves que ponen en peligro la integridad de las personas.
El plan de emergencia recoge las acciones y medidas para prevenir o mitigar los riesgos de las personas que se encuentren en las instalaciones de una organización, así como los procedimientos de actuación a realizar cuando se produce una emergencia. Es decir, cualquier situación no deseada que pueda poner en peligro la integridad de las personas o de las dependencias que las albergan y que requiere una actuación especial.
Cualquier organización que disponga de trabajadores por cuenta ajena está obligada a identificar y analizar los riesgos que pueden provocar una situación de emergencia e implantar las medidas necesarias para prevenirlos o mitigarlos, especialmente en materia de primeros auxilios e incendios. Además, tendrá que desarrollar un Plan de Evacuación del personal de las instalaciones afectadas. Por eso, es una cuestión básica que debe tener siempre presente el profesional o equipo que se encargue de la Prevención de Riesgos Laborales de una empresa.
El artículo 20 de Medidas de Emergencia regulado en la Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de prevención de riesgos laborales (LPRL), indica que el empresario deberá “analizar las posibles situaciones de emergencia y adoptar las medidas necesarias en materia de primeros auxilios, lucha contra incendios y evacuación de los trabajadores, designando para ello al personal encargado de poner en práctica estas medidas y comprobando periódicamente, en su caso, su correcto funcionamiento”.
Un plan de emergencia para cada situación
La elaboración de planes de emergencia se hará en función del tipo de riesgo identificado, su gravedad, y de la ocupación y medios humanos disponibles en el centro. Se detallan a continuación:
- En función del tipo de riesgo: debe haber una relación de los riesgos asociados a la salud de las personas, al interior del edificio y al entorno de este.
- En función de la gravedad: dependerá del nivel de dificultad para controlar la emergencia, así como de sus posibles consecuencias.
- En función de la ocupación y medios humanos disponibles: pueden clasificarse en diurnos (a turno completo y en condiciones normales de funcionamiento), nocturnos, festivos y vacacionales. Por ello, se deben de tener en cuenta las distintas situaciones y disponibilidades de medios humanos del centro.
Características de los planes de emergencia
Todo plan de emergencia debe contar con las siguientes características:
- Sencillo: recoger de manera sencilla y clara el procedimiento de respuesta ante cualquier situación de emergencia.
- Adaptable: debe poder actualizarse fácilmente de manera continua a los cambios y a las nuevas situaciones de la organización.
- Conocido: fácilmente accesible. Tiene que haber sido comunicado a todos los trabajadores y estos deben conocer su contenido, especialmente los procedimientos de actuación ante las distintas emergencias que se pueden producir.
- Comprobado: hay que realizar simulacros parciales o totales de forma periódica.
- Vivo: debe revisarse y actualizarse periódicamente, incorporando los cambios y modificaciones que se vayan produciendo en el transcurso del tiempo (cambios de personal, nuevas instalaciones, nuevos medios de extinción de incendios…).
En los planes de emergencias se deben especificar los roles, responsabilidades y funciones de los diferentes equipos que actuarán en cada situación de emergencia (jefe de emergencias, jefe de intervención…). Asimismo, debe establecerse la disponibilidad de las personas que desempeñan estos roles en las distintas franjas temporales (mañana, tarde, noche, festivos, etc.), donde se indique su rol, nombre de la persona que lo ostenta y su sustituto en caso de indisponibilidad.
Pasos para definir el plan de emergencias
Para la definición de un plan de emergencias se deben realizar los siguientes pasos:
- Identificar y analizar las amenazas y los tipos de emergencias que pueden afectar a la organización.
- Evaluar la probabilidad de que ocurra una amenaza específica que provoque una emergencia.
- Definir los recursos necesarios para prevenir o mitigar los riesgos y actuar en caso de que se materialice una emergencia.
- Designar a las personas encargadas de actuar y organizar planes periódicos de formación de los trabajadores.
- Nombrar a grupos de apoyo para la coordinación de la evacuación, salvamento y rescate de personas.
Plan de evacuación
Además, se debe establecer un Plan de Evacuación que englobe las acciones necesarias para evacuar al personal que esté en las instalaciones en caso de una situación de emergencia. Hay que detallar tanto la planificación como la organización necesaria para evacuar las instalaciones de manera eficiente y eficaz.
Un Plan de evacuación tiene que estar basado en tres pilares fundamentales:
- Evitar que ocurra un siniestro mediante medidas de prevención adecuadas.
- Establecer los medios necesarios para controlar la situación en caso de que suceda.
- Controlar la emergencia protegiendo las vidas humanas y los bienes.
Una pieza clave es la realización de simulacros de emergencias, ejercicios prácticos que simulan situaciones reales de peligro y en los que participan toda la plantilla y, en algunos casos, también medios externos, como bomberos o personal sanitario. Su realización requiere de planificación previa basándose en posibles situaciones de emergencia.
Es uno de los métodos más eficaces para comprobar si el Plan de emergencia funciona y, en caso de detectar fallos, poder subsanarlos. Además, permite comprobar si todos los trabajadores saben cómo actuar ante una situación de emergencia, si se han cumplido los tiempos de evacuación, si funciona la estructura jerárquica establecida, si los medios son suficientes y adecuados, etc.
Es recomendable realizar simulacros de forma periódica; la ley establece que al menos una o dos veces al año en función del riesgo de incendio de cada empresa.
Cualquier organización debe definir, documentar, comunicar y entrenar con todo su personal un plan de emergencias en el que se analicen y valoren los riesgos para la integridad de las personas y las instalaciones y se desarrollen los procedimientos de actuación, que deben ser claros, concisos y exactos para que todo el mundo sepa qué hacer ante situaciones de emergencia