José Antonio Puentes Muñoz
Vivimos un momento de extraordinaria transformación impulsado por las nuevas tecnologías y la dirección de proyectos, y el valor que genera está cambiando.
La incorporación del Triangulo del Talento de PMI® señala que ya no es suficiente ser un experto de técnicas y herramientas de gestión de proyectos, sino que es necesario entender que son la personas las que convierten las ideas en realidades y estas deben ser lideradas adecuadamente para maximizar su contribución. De la misma manera que los proyectos no tienen como objeto producir productos y servicios, sino producir soluciones de valor y potenciar la estrategia de negocio de la que nacen.
Así, se incorpora un nuevo término “The Project Economy”, la economía de proyectos, “es aquella en la que las personas tienen las habilidades y capacidades que necesitan para convertir las ideas en realidad. Es donde las organizaciones aportan valor a las partes interesadas a través de la finalización exitosa de proyectos, la entrega de productos y la alineación con los flujos de valor”.
En muchas ocasiones, una empresa son sus proyectos, independientemente del enfoque metodológico que utilicen. Por tanto, es imprescindible un cambio de paradigma, tanto a la hora de resolver problemas, como a la hora de pensar la mejor manera de llevar a cabo el trabajo. Esto incluye el uso de los proyectos para fomentar el cambio organizativo y mejorar el nivel de madurez, y las organizaciones que no lo entiendan corren el riesgo de quedar relegadas.
¿Cuál es el camino a seguir para lograr este objetivo?
Para llevar a cabo este cambio, las organizaciones necesitan líderes de proyectos cualificados, con experiencia en las últimas teorías de dirección de proyectos, mejora de procesos y métodos para aplicarlos a los desafíos cambiantes del mundo real pero, sobre todo, que entiendan y se comprometan con la nueva responsabilidad que este nuevo paradigma les exige “convertir las ideas de una organización en una realidad práctica”.
En el informe de PMI Pulso de la Profesión de 2020®, se recoge que cada vez más lideres empresariales piensan que la “agilidad” es clave para el éxito futuro, que la creación de una cultura que sea receptiva al cambio es una alta prioridad en sus empresas. El foco no es el uso de una metodología concreta o el desarrollo de un producto o servicio concreto, sino que es necesario estar planteando la mejor manera de realizar el trabajo, que significa incluir el punto de vista de cada uno de los interesados y colaborar con ellos para desarrollar las soluciones necesarias en cada momento.
En esta nueva forma de pensar los proyectos, el papel del líder del proyecto es fundamental, ya que no se trata de coordinar e integrar el trabajo de los departamentos funcionales involucrados, sino de pensar cómo las organizaciones deben llevar a cabo el trabajo para asegurar el éxito de su estrategia a través de los proyectos que involucre.
El papel indispensable de un líder de proyecto
Los líderes de proyectos deben incorporar nuevas formas de pensar y nuevas habilidades técnicas y digitales a su currículo, deben ser capaces de trabajar en entornos descentralizados, con equipos remotos online, pero sin olvidar las competencias blandas. Las relaciones interpersonales dan mucha más relevancia a habilidades como, por ejemplo, la empatía para empoderar a los miembros de sus equipos y aumentar su aportación de valor.
En este nuevo paradigma, los líderes de proyectos usan enfoques híbridos centrados en el valor para el cliente, lideran equipos multifuncionales y entregan sus resultados sin dependencias, ni limitación, de otras Áreas del Negocio.
Los datos del Pulso de la Profesión de 2020® señalan que el 11,4% de la inversión se desperdicia debido al bajo rendimiento del proyecto. Las empresas que subestiman la dirección de proyectos tienen una tasa de entregas con problemas por encima del 67%.
Vivimos un mundo que cambia exponencialmente, aparentemente frágil en el que las reglas de negocio o la forma de relacionarnos puede cambiar de la noche a la mañana. Para sobrevivir, las empresas van a tener que realmente repensar la forma en que se hace el trabajo en sus negocios, apostar por la incorporación de nuevas tecnologías y la agilidad organizacional. Por lo tanto, estamos viendo que “el mundo a nivel empresarial se proyectiza” y el líder de proyectos adquiere un papel central es este nuevo escenario.