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El programa ideado para aprovechar los fallos de un sistema informático, generalmente con finalidad maliciosa, se conoce como exploit. Conocer sus particularidades resulta vital en ciberseguridad.

La generalización en el uso de herramientas informáticas ha propiciado que las empresas adopten cada vez más medidas en cuanto a ciberseguridad, ya que cualquier debilidad puede ser aprovechada con fines maliciosos. Es lo que hacen quienes lanzan ofensivas utilizando un exploit, es decir, un software que puede detectar las vulnerabilidades de un sistema informático para atacar con malas intenciones, accediendo sin permiso, robando información o causando cualquier tipo de daño.
Actualmente, para las compañías es de enorme importancia proteger su información, también por el alto coste que supone sufrir un ataque de manos de la ciberdelincuencia. Por eso, uno de los puestos más demandados hoy en día es el de experto en ciberseguridad. El Máster en Ciberseguridad online de UNIR enseña las técnicas más efectivas para preservar la protección digital de las empresas.
Los exploits en ciberseguridad
Teniendo en cuenta la cantidad de elementos electrónicos empleados en el día a día, seguramente son mayoría los ciudadanos y empresas que han sufrido alguna vez los efectos de un virus informático.
Pero, ¿qué es un exploit, concretamente? Es un tipo de software de código malicioso muy frecuente que utiliza las flaquezas de los sistemas informáticos para ejecutar comportamientos que no son los deseados por quienes han ideado esos programas.
Precisamente, un exploit en ciberseguridad está diseñado para aprovechar las vulnerabilidades del sistema que, previamente, ha tenido que ser estudiado meticulosamente por el atacante.
El término exploit proviene del verbo inglés to exploit que significa ‘aprovecharse o explotar algo en beneficio propio’. Su uso se refiere tanto al ataque en sí, como al código que lo propicia.
Hablando sobre qué es un exploit en ciberseguridad, resulta interesante conocer también el término ERC o ejecución remota de código. Se trata de un dispositivo que es posible accionar en remoto durante un ciberataque para hacer que se ejecute un determinado programa en el equipo de quien lo sufre. A través de la ejecución remota de código es posible que el ciberatacante instale y ejecute los programas que quiera en el dispositivo que desea infectar. Normalmente, estos códigos se programan para que sean accionados en cadena, de forma que un programa dé inicio a otro.
Con todo, un exploit es un ciberataque pensado para acceder a información valiosa o a determinados recursos, tanto de entidades como de usuarios, que se lanzan aprovechando una flaqueza del sistema.
Tipos de exploits
El término exploit engloba muchos conceptos y es demasiado genérico, por lo que para comprender mejor este tipo de ciberataques, es preciso conocer los diferentes tipos de exploits que existen:
- Exploits Se trata de vulnerabilidades del mecanismo que han sido detectadas por los propios creadores del software. Por tanto, suelen repararse en poco tiempo por medio de actualizaciones o parches de seguridad.
- Exploits Suponen una amenaza muy peligrosa para cualquier sistema, puesto que hacen posible que los hackers puedan llevar la delantera a los integrantes del equipo de seguridad informática. Este tipo de exploits son los que facilitan los llamados 0-day o ataques de día cero, aprovechándose de que no existe solución para ellos, al ser desconocidos.
- Exploits para software Este tipo de virus están especializados en acceder a los sistemas informáticos a través de aplicaciones de uso diario. Así, se valen de los fallos de seguridad que presentan programas empleados habitualmente para infiltrarse y ejecutar acciones maliciosas. Instalar las actualizaciones de las aplicaciones cuando aparecen es una manera de evitar estos ataques.
- Exploits para escalar privilegios. Aunque son uno de los tipos de exploit menos conocidos, suponen una de las mayores amenazas para las empresas. Como su propio nombre indica, está diseñado para que el atacante consiga permisos de usuario más altos de los que le corresponde tener, teniendo en su mano llevar a cabo acciones que le estarían vetadas.
- Exploits de denegación de servicios. En este caso, se trata de utilizar los protocolos del sistema operativo para colarse dentro del ordenador que se pretende vulnerar. La forma de proceder es sobrecargar un determinado servicio, consiguiendo que los legítimos usuarios no puedan acceder.
Riesgos de los exploits
Las herramientas que utilizan los ciberdelincuentes para perpetrar sus ataques son cada vez más sofisticadas y peligrosas, lo que provoca que sea necesario extremar las precauciones. Estos son algunos de los principales riesgos asociados con los exploits:
- Sustracción de información sensible. Mediante exploits es posible acceder a documentación confidencial como datos personales, financieros y corporativos. Una vez comprometida, esta información puede ser explotada para fraudes financieros, el robo de identidad digital o el espionaje industrial.
- Propagación de malware. Los exploits pueden ser una puerta de entrada para la instalación de software malicioso, como ransomware, troyanos y spyware. Una vez instalados, estos programas pueden descifrar datos, robar información o espiar las actividades del usuario, causando daños considerables.
- Pérdida de confianza. Tener éxito en un ciberataque que utiliza exploits, implica erosionar la confianza de clientes y socios comerciales. Las empresas afectadas pueden sufrir daños a su reputación, lo cual repercute en su relación con el público y en sus ingresos.
Además de estos riesgos, no hay que olvidar que recuperarse de un ataque con exploits significa un gasto económico en investigaciones, reparación de sistemas, medidas de protección adicionales y posibles sanciones legales.
Claves para la prevención de exploits y su corrección
Prevenir y mitigar el impacto de los exploits es indispensable para mantener la seguridad de los sistemas informáticos. Estas son algunas prácticas recomendadas para la prevención y corrección de exploits:
- Puesta al día de software. Realizar actualizaciones periódicas de todos los sistemas y aplicaciones para que cuenten con los últimos parches de seguridad es una de las medidas más efectivas.
- Seguridad en capas. Optar por un sistema de seguridad en capas que incluya firewalls, antivirus, sistemas de detección de intrusos y sistemas de prevención de intrusos, puede ayudar a identificar y bloquear actividades sospechosas antes de que provoquen algún daño.
- Monitoreo. La supervisión constante de los sistemas ayuda a identificar comportamientos inusuales que podrían hacer sospechar de un posible ataque.
- Formación. Capacitar a empleados y usuarios sobre prácticas de seguridad informática, como la identificación de correos electrónicos de phishing y la importancia de contraseñas fuertes, reduce la probabilidad de que los exploits puedan actuar.
- Análisis. Realizar evaluaciones periódicas de vulnerabilidad y pruebas de penetración identificará las debilidades en los sistemas antes de que los atacantes las descubran.
- Políticas de seguridad. Poner en marcha políticas de seguridad claras y fuertes, que incluyan procedimientos de respuesta a incidentes, ayudará a gestionar los riesgos de forma efectiva.
La ciberseguridad es un campo en constante evolución, por lo que puestos de trabajo como el del ingeniero de ciberseguridad exigen mantenerse informado sobre las últimas amenazas y soluciones.