Cuando el desarrollador web necesita trabajar en los estilos con CSS encuentra en la herramienta SASS a su mejor ayudante, puesto que le ahorra tiempo evitando las repeticiones.
Entre los profesionales que se dedican al desarrollo web, hay quien define la herramienta SASS como un CSS con “superpoderes” por todas las posibilidades que ofrece. Literalmente, sus siglas significan “hoja de estilos sintácticamente impresionante” y sus creadores lo califican como el lenguaje de prolongación CSS de grado profesional más maduro, estable y potente del mundo.
SASS es un preprocesador de CSS compatible con todas sus versiones. Por lo tanto, se trata de una herramienta utilizada por los desarrolladores web para traducir un código de hojas de estilo no estándar a un código CSS estándar, legible por la mayoría de los navegadores. La principal utilidad de SASS es la de hacer más simple la escritura del código CSS, además de brindar diversas utilidades que a día de hoy el CSS no puede ofrecer.
Ventajas de utilizar SASS frente a CSS convencional
Las hojas de estilo de un sitio web cada vez son más complejas y difíciles de mantener. En este punto es dónde un preprocesador de CSS puede ser de gran utilidad y SASS permite emplear funcionalidades que no existen en CSS. Algunas de las principales ventajas del uso de SASS serían:
Establecer variables.
Al igual que sucede en cualquier lenguaje de programación, las variables aquí van a permitir guardar información para volver a emplearla cuándo sea preciso. Lo más habitual es establecer variables para colores o fuentes, por ejemplo. Si por alguna razón, hubiese que cambiarlas, solamente sería necesario ir al lugar en el que están declaradas y asignarles un nuevo valor.
Anidación más simple.
Usar anidamiento en SASS permite escribir el código CSS con la misma estructura visual que el HTML. De este modo, se simplifica el uso de los selectores y se ofrece a los programadores un formato más visual y jerarquizado para seleccionar elementos anidados.
Utilizar mixins.
Se trata de grupos de código que se definen con la norma @mixin seguida del nombre que quiera darse y que, posteriormente, se pueden emplear con la regla @include más el nombre que se haya establecido. El mixin es algo comparable a lo que sería una función en otro lenguaje de programación y permiten reutilizar secciones íntegras de código escribiendo funciones con los parámetros que se definan.
Herencias.
A través de SASS será posible unificar declaraciones, otorgándoles un nombre que irá siempre precedido del signo del tanto por ciento (%). Después, a través de la regla @extend seguida del nombre de la declaración, será posible emplear esas órdenes. Su peculiaridad es que no se procesan si no se utilizan, por ello, el código procesado estará totalmente libre de declaraciones no empleadas.
Importar.
A través de la norma @import es posible dividir el código CSS en diferentes ficheros y esto constituye una ventaja, puesto que hace posible tener el código distribuido en varios ficheros y luego generar un solo CSS.
Rapidez.
Empleando SASS los desarrolladores ahorran mucho tiempo porque es posible acortar el código que deben escribir, así como el número de ficheros a implementar. Aumenta, por lo tanto, la productividad.
¿Cómo aprender SASS?
Los desarrolladores habituados a trabajar con este tipo de preprocesadores pueden obtener todas las claves del aprendizaje de SASS a través de su guía oficial, en la que es posible adquirir paso a paso los conocimientos necesarios para comenzar a emplear SASS en el diseño web.
Aunque existen otros preprocesadores que simplifican la escritura del código CSS, lo cierto es que SASS se ha convertido en el más utilizado y, por ello, es un requisito cada vez más demandado para trabajar como desarrollador web. En el Máster en Full Stack Developer de UNIR esta formación ocupa un lugar destacado, con un módulo dedicado tanto al desarrollo con HTML y CSS como al uso de preprocesadores con SASS.