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En cualquier actividad profesional existen riesgos laborales que hay que intentar prevenir o mitigar y, en el caso de que se materialicen, reducir su impacto. El área de Sanidad no es una excepción.
En el caso del sector sanitario existen una serie de riesgos generales y otros específicos derivados de las particularidades de este área. En este post se detallan los principales riesgos laborales en Sanidad y las medidas preventivas que se deben adoptar para intentar eliminarlos o reducirlos.
Los trabajos de los sanitarios deben disponer de los protocolos de PRL y las medidas de protección adecuados en función de las actividades que realizan los distintos perfiles o roles involucrados (personal médico, de laboratorios, limpieza, celadores…).
Riesgos higiénicos
Se denominan factores de riesgos higiénicos a aquellos derivados de la exposición de agentes contaminantes en el ambiente de trabajo.
Riesgo de exposición a agentes biológicos
Destacan principalmente los que se producen por agentes biológicos patógenos, como es el caso del personal de laboratorio. La exposición a agentes biológicos se produce cuando se mantiene contacto directo con los enfermos (sangre, vendajes…). Las causas principales de la exposición pueden ser por falta de orden y limpieza, material usado o salpicaduras, entre otros.
Medidas preventivas: medios de esterilización y desinfección que sean necesarios en cada caso (lavabos, salas de ducha, etc.) tanto para personas como para instrumentales y superficies.
Riesgo de exposición a contaminantes químicos
Los riesgos de contacto con sustancias nocivas o tóxicas puede darse por inhalación al aplicar medicamentos y productos en forma de aerosol, así como por inhalación con óxido de nitrógeno oxidado. Las causas son fundamentalmente grandes concentraciones en el ambiente producidas por fugas en aparatos o instalaciones.
Medidas preventivas: al trabajar con este tipo de sustancias es necesario actuar en función de lo indicado en los productos y las fichas de seguridad de estos. Además, hay que usar correctamente los equipos de protección indicados.
Riesgo de exposición a contaminantes físicos
Incluiría las vibraciones, el ruido (por la utilización de determinados instrumentos electromecánicos), las radiaciones, el disconfort térmico (por un exceso de calor o justo lo contrario en el caso de almacenamiento y conservación de determinados productos hospitalarios) o el exceso o falta de iluminación (por ejemplo, las luces del quirófano o de las clínicas dentales).
En este ámbito, destaca la exposición a radiaciones ionizantes en áreas como la radioterapia, el radiodiagnóstico o la medicina nuclear (uso de escáner, placas de rayos x…).
Medidas preventivas: los focos de luz y monitores deben situarse de modo que no provoquen deslumbramientos y deben limpiarse periódicamente. Respecto al ruido, es importante adoptar las medidas protectoras necesarias (como mantener los elementos y carcasas de protección de las máquinas) y realizar mediciones periódicas.
Al igual que con los sistemas de climatización. Las medidas preventivas asociadas a la radioprotección pasan por reducir los tiempos de exposición, realizar mediciones periódicas, así como por una gestión adecuada de los residuos.
Riesgos ergonómicos
Manipulación de cargas
El trabajo en el ámbito sanitario requiere muchas veces de la transferencia de pacientes (de la cama a una silla, por ejemplo) o la movilización de los mismos, lo que puede provocar lesiones, especialmente en la zona de la espalda. El arrastre o levantamiento de mobiliario, bolsas con sábanas sucias, cajas con medicamentos… también requiere de un esfuerzo físico.
Medidas preventivas: mantener una buena higiene postural, emplear medios mecánicos siempre que sea posible y seguir las técnicas adecuadas para manipular las cargas (que en muchos casos son pacientes). Por ejemplo: utilizar puntos de apoyo exteriores o el contrapeso del propio cuerpo para realizar los movimientos y cuando se cojan las cargas doblar las rodillas y la cadera (nunca la espalda).
Movimientos repetitivos
Asociados a trabajos y acciones habituales con pacientes, como el cambio de la ropa de cama, pañales, aseo e higiene, curas…
Medidas preventivas: disponer de herramientas y métodos de trabajo adecuados y evitar las tareas repetitivas, en la medida de lo posible.
Posturas forzadas
Se producen asociadas a la propia intervención/asistencia a los pacientes, como puede ser el estatismo postural tras intervenciones quirúrgicas que se prolongan durante horas, aplicación de tratamientos, posturas forzadas en la asistencia…
Medidas preventivas: respetar los tiempos de descanso, mantener una buena higiene postural evitando, por ejemplo, las posturas incómodas.
Riesgos psicosociales
Producidos por exigencias de distintos tipos que se dan en los puestos de trabajo relacionados con el ámbito sanitario —la carga de trabajo, la valoración que hacen los superiores de este, la toma de decisiones— y las emocionales, sobre todo las relativas a la situación de los pacientes y su entorno.
Pueden afectar al sistema respiratorio, cardiovascular, inmunitario, digestivo, musculoesquelético (ejemplo: ansiedad, dolores de cabeza, problemas de sueño, depresión). En los casos más graves pueden derivar en el denominado síndrome de Burnout: trabajadores que se sienten “quemados” y estresados a causa de la presión de su actividad laboral.
Medidas preventivas: romper la monotonía y repetitividad, impartir la formación requerida a cada trabajador según su puesto y/o establecer protocolos para la detección precoz de riesgos psicosociales.
Riesgos de seguridad
Caídas al mismo nivel
El personal sanitario se desplaza de un lugar a otro en su jornada de trabajo, pudiendo sufrir caídas. Los daños que pueden producirse en los trabajadores son lesiones como heridas leves, o bien, lesiones graves como fracturas, en función del tipo de caída.
Medidas preventivas: mantener limpios y ordenados los espacios comunes, además de utilizar calzado debidamente homologado CE.
Caídas a distinto nivel
Las caídas a diferente nivel en el personal de la sanidad se dan en actividades en altura donde se necesitan usar medios de elevación que se encuentran en mal estado o no se han colocado correctamente. Los daños que se pueden producir son contusiones, rozaduras, torceduras, entre otros.
Medidas preventivas: revisar las escaleras y comprobar el estado del material (banquetas…) antes de acceder a zonas elevadas.
Caída de objetos por desplome o manipulación
Las causas son principalmente el mal estado de las estanterías o por materiales indebidamente ubicados. Puede darse también durante la manipulación y transporte de monitores y equipos de trabajo generalmente durante emergencias o urgencias sanitarias. Se pueden producir torceduras, cortes…
Medidas preventivas: utilizar elementos mecánicos para ayudar a manipular los equipos de trabajo, no sobrecargar los estantes y colocar los materiales más pesados en los estantes inferiores.
Riesgo por pinchazos o cortes por el uso de material clínico
Se da generalmente cuando el personal sanitario manipula instrumental clínico cortante o punzante. Los daños principales que pueden sufrir los trabajadores son lesiones leves como heridas, o bien, lesiones graves. Otro riesgo de este tipo al que se ven expuestas las personas que trabajan en la sanidad son las infecciones víricas o bacterianas transmitidas por los pacientes a través de estos utensilios.
Medidas preventivas: mantener el instrumental clínico o quirúrgico en un buen estado de limpieza, esterilización y conservación siguiendo los protocolos establecidos, y la utilización de EPIs para el trabajo con este tipo de material.
Riesgo de atrapamiento
Este riesgo se da generalmente en el trabajo en las instalaciones de radiodiagnóstico, al estar en contacto con los elementos mecánicos de los equipos de trabajo, puertas basculantes, ascensores, etc. Los daños que se suelen producir en las personas son torceduras, desgarros o incluso amputación de extremidades en las lesiones más graves.
Medidas preventivas: todos los elementos móviles de las máquinas y las instalaciones médicas deben estar provistos de los correspondientes sistemas de protección que impidan el acceso a los puntos peligrosos.
Riesgo de contacto térmico
Se presenta este riesgo cuando se trabaja con equipos que presentan temperaturas elevadas tales como hornos utilizados para procesos de desinfección. Esto puede producir quemaduras de distintos grados.
Medidas preventivas: disponer de los procedimientos de operación adecuados para el trabajo con estos equipos.
Riesgo de proyección de fragmentos, partículas o líquidos
Puede darse la proyección de fragmentos al manipular materiales de trabajo y sustancias utilizadas durante operaciones quirúrgicas. Los daños que ocasionan son leves, graves, o muy graves, especialmente si alcanzan los ojos.
Medidas preventivas: utilizar EPIs adecuados como gafas y mascarilla o pantalla facial cuando exista el riesgo de proyección de fragmentos o partículas.
Riesgo de contacto eléctrico
Puede darse en los centros médicos por incidencias en las instalaciones eléctricas o en los equipos médicos, como aparatos de lectura y control de diagnóstico, de reanimación, así como en el equipamiento informático. Se pueden producir lesiones leves como calambres, irregularidades cardiacas o bien lesiones graves o muy graves.
Medidas preventivas: si se nota alguna anomalía se debe desconectar la corriente eléctrica, y no realizar las conexiones de los equipos sin clavija.