Salvador Merlos Rodrigo
Una buena conectividad, una buena infraestructura y unas medidas de seguridad adecuadas son las garantías para conseguir que el teletrabajo permita la producción sin necesidad de que se vea afectada.
Con la irrupción de la COVID-19 se ha podido comprobar que el teletrabajo y el cambio en infraestructuras en algunos sectores ha sido la solución para continuar con su actividad.
Anteriormente, cuando se hablaba de teletrabajo se asociaba a empresas extranjeras y tecnológicas que tenían un campo de visión mayor, ya que la idea era contar con profesionales cualificados sin tener que estar en sus oficinas, haciendo que la empresa sea más atractiva laboralmente. Hoy en día todo esto se está transformando y hará que algunos cambios se aceleren en el tiempo.
En el ámbito laboral el teletrabajo se ha destacado como la principal solución para el ahorro de costes tanto para la empresa, al no tener que necesitar un puesto físico destinado al trabajador, como para el empleado, por poder trabajar desde su casa y, por tanto, sin gasto de desplazamiento. Además, ofrece la ventaja adicional de permitir cumplir las tareas desde lugares más saludables y económicos.
Esta ventaja también influye en los costes de personal ya que no es lo mismo trabajar en una gran ciudad que en un pueblo donde el coste de la vida es menor. Un trabajador contento enferma menos, lo que representa un ahorro para la empresa y una conciliación laboral más fácil de llevar a cabo. Existen estudios que revelan que los trabajadores felices son un 88 % más productivos que aquellos con actitud negativa.
Descentralización del trabajo
El teletrabajo aporta también una mejor respuesta a problemas que puedan surgir al descentralizar el equipo: enfermedades, tragedias, etc. En estas situaciones es cuando se pone de manifiesto la robustez de las empresas ante estos cambios inmediatos y se comprueba su capacidad para contestar las necesidades de TI, como ha sido el caso de la COVID-19.
Otro factor que influye en la proliferación del teletrabajo es la eficiencia de las comunicaciones, una buena red de fibra ayuda a que sea más eficaz y productivo.
Por otro lado, la empresa se enfrenta al reto de ofrecer una infraestructura dimensionada para los picos de trabajo, ya que las conexiones se harán desde fuera de la oficina con lo que conlleva esto (acceso remoto, seguridad, ancho de banda, infraestructura escalable, etc.).
Empresas en la nube
Para resolver algunos de estos problemas la nube juega un papel muy importante ya que es escalable, aporta seguridad, tiene servicios autogestionados, es accesible desde cualquier lugar del mundo, el coste es por uso y muchas otras ventajas.
Pero la migración de las empresas a la nube esta siendo lenta por motivos a veces no bien fundamentados y que en épocas de necesidad urgente de infraestructura florecen, como el momento que vivimos actualmente. En ocasiones la empresa no valora el coste de una pérdida de servicio, usuarios desmotivados, pérdida de información, etc.
Además, siempre es necesaria la persistencia de los datos para no tener extravío de información o backup para teletrabajar y poder volver a un estado previo en caso de error. Tener un entorno de trabajo virtual centralizado, donde cada empleado tenga su espacio de trabajo, ayuda a su vez al uso y gestión de las herramientas, permitiendo mantener entornos homogéneos y actualizados.
Asimismo, será necesario el correcto uso de las medidas de seguridad especialmente en estos casos. El cumplimiento de leyes de protección de datos, las certificaciones de calidad, etc., son una parte fundamental de toda infraestructura informática de una empresa. Con estos elementos conseguiremos que el teletrabajo se desarrolle con normalidad.
Soporte técnico
Se requiere de un soporte técnico que responda a las necesidades que puedan surgir. En estos casos, también es necesario contar con este tipo de apoyo con total disponibilidad para evitar la congelación de nuestras tareas.
En esta situación es donde realmente se pondrá a prueba la infraestructura informática de nuestra empresa y donde podremos saber si realmente responde a nuestras necesidades de producción.
Una buena conectividad, una buena infraestructura y unas medidas de seguridad adecuadas son las garantías para conseguir que el teletrabajo permita la producción sin necesidad de que se vea afectada.
Una buena opción para alcanzar un entorno idóneo de trabajo es aplicar la filosofía DevOps, aportando a los equipos de trabajo independencia sobre la infraestructura, una metodología de trabajo y organización. Todos estos conceptos se pueden estudiar en el Programa Avanzado Universitario en DevOps & Cloud, que promueve Inetum con UNIR, creado con el objetivo de formar equipos y generar productos digitales más robustos y en menos tiempo.