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Analizar de forma crítica un discurso político implica conocer sus elementos, pero también enmarcarlo en el contexto político, cultural y social adecuado.
Desde que surgieron las civilizaciones, grandes filósofos y pensadores de todas las épocas han realizado aproximaciones críticas al análisis del discurso político. Si bien antes la comunicación se analizaba desde un punto de vista de la semiótica o la filosofía, la creación de las ciudades como elemento básico de la organización política asentó las bases de lo que entendemos hoy como un discurso de carácter político.
Con el tiempo, los sistemas políticos se han desarrollado y se han vuelto más complejos. Además, se han multiplicado las formas de comunicarse entre los actores políticos (desde los medios de comunicación hasta los aspirantes a ejercer cualquier tipo de poder en la organización de una sociedad). Los medios de comunicación de masas y la evolución histórica y social han modificado hasta la médula el análisis del discurso político.
La propia aproximación al mismo se ha visto modificada por corrientes de pensamiento y, a día de hoy, un discurso concreto puede estudiarse desde multitud de campos de las ciencias sociales (desde la sociología, la ciencia política, el periodismo y la comunicación e, incluso, la ciencia del derecho).
Sin embargo, para realizar una aproximación crítica al discurso político es necesario tener en cuenta algunos elementos básicos, sin los cuales adentrarnos en el análisis discursivo no tendría sentido. Estas son las tres claves para realizar un análisis crítico del discurso político desde la comunicación política.
El contexto y el medio del discurso político
El discurso político no es simplemente una sucesión de palabras que pretende transmitir un mensaje. Los oradores (y políticos en general), además de transmitir ideas buscan generar una respuesta en el interlocutor. Esa reacción puede ser un cambio de opinión, un sentimiento o incluso una llamada concreta a una acción real. Es por eso que el discurso político está orientado a persuadir y no a comunicar.
El mensaje que se transmite, por tanto, no depende únicamente de quien lo emite sino que está realizado e ideado para una audiencia concreta. Un discurso en una sociedad democrática no se parece en nada a las alocuciones propagandísticas que podría hacer un dictador en un régimen autoritario. Pero no es necesario irse tan lejos, incluso entre sociedades democráticas los discursos políticos que calan en Alemania no convencen en ocasiones en España y, mucho menos, en Japón.
Por todo ello, la primera clave que debe analizarse para una aproximación crítica a cualquier análisis discursivo es la del contexto: quién, cuándo, dónde y cómo realiza ese discurso. Para analizar el contexto de un mensaje político es necesario tener en cuenta la situación social, económica e histórica del lugar. Por ejemplo, los discursos en la Europa actual han abandonado muchos de los elementos discursivos que se utilizaron por los nazis en sus campañas de propaganda, pues sus interlocutores (la audiencia) reacciona con sentimientos de rechazo a esos símbolos.
Entre los elementos del contexto a tener en cuenta no están solo las referencias históricas, sino también las culturales y lingüísticas. Por eso, es muy importante saber si el discurso a analizar se trata de una traducción o un original, y si la persona y la audiencia comparten el mismo sistema cultural y de códigos. Esto se aplica tanto a lenguas diferentes (por ejemplo, muchos traductores tendían a suavizar las palabras y expresiones soeces utilizadas por Donald Trump durante sus alocuciones para que encajasen mejor en su lengua y esto varía el sentido del texto), pero también a culturas diversas que comparten lenguaje (por ejemplo, los presidentes o políticos latinoamericanos que realizan discursos en España utilizan códigos y referencias distintas pese a compartir un idioma común).
Elementos para analizar el discurso político
Para conseguir reacciones en la audiencia se recurre a diferentes elementos discursivos que es necesario identificar y analizar en un discurso político. Son los siguientes:
- Retórica
- Metáforas y comparaciones
- Metonimias y personificaciones
- Paralelismos
- Pares de contraste y regla de tres
- Eufemismos
- Ironía y sarcasmo
- Preguntas retóricas
- Hipérboles
Todos estos elementos requieren de un análisis que los encuadre en un marco contextual concreto ya que, por ejemplo, los eufemismos pueden no tener el mismo significado en un contexto u otro.
El medio de comunicación del mensaje
Aunque cuando pensamos en el discurso político nos imaginamos a un orador frente a un micrófono y una gran audiencia que aplaude, la realidad es que los mítines políticos son relativamente infrecuentes. En las democracias consolidadas como la española, las citas electorales se dan cada cuatro años (salvo excepciones), por lo que los mítines de campaña no son ni mucho menos diarios.
En la era de la comunicación e Internet, la realidad es que la mayor parte de los discursos políticos (orales) se difunden a través de mensajes grabados o ruedas de prensa que se emiten a través de medios de comunicación de masas como la radio o la televisión, o digitales (redes sociales, webs, blogs, etc.). Estos medios disponen de sus propios códigos y características, por lo que un discurso que puede resultar muy influyente ante una audiencia, puede ser ineficaz ante una cámara.
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