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El analista político está especializado en el análisis social, económico y político para detectar tendencias, definir estrategias y orientar tanto a partidos como organismos públicos o instituciones.
Detrás del éxito de grandes políticos no sólo está el carisma de sus candidatos, sus programas electorales o las personas que los acompañen en las listas electorales; el papel de los asesores es fundamental para ganar elecciones, gobernar y mantenerse en el poder. Dentro de ellos destaca el analista político, un perfil especializado en analizar la realidad para detectar tendencias sociales, económicas y políticas que contribuyan a definir estrategias y campañas.
Este perfil generalmente se asocia con la participación en medios de comunicación, pero sus funciones van más allá. Con una formación de base habitualmente en Ciencias Políticas, Derecho, Económicas, Sociología o Periodismo, es especialista en analizar e interpretar la situación política y social a nivel local y global para ser tenida en cuenta por partidos políticos, organismos públicos o instituciones de ámbito académico.
¿Qué hace un analista político?
El analista político desarrolla principalmente su trabajo en cuatro ámbitos —partidos políticos, medios de comunicación, organismos públicos e instituciones académicas e investigadoras u lobbies— que, a su vez, se interrelacionan entre sí ya que, por ejemplo, el asesor político de un partido puede colaborar como tertuliano en una televisión.
Cada área requiere de sus propias especificidades, aunque hay una serie de funciones comunes entre las que destacan:
Realizar y analizar encuestas de opinión pública
No tienen por qué ceñirse únicamente al ámbito político, sino que también puede incluir datos económicos, sociales, empleo, educativos, salud… y todas aquellas cuestiones que afecten a la vida diaria de las personas.
Hacer y evaluar sondeos electorales
Para predecir los resultados, posibles trasvases de votos, cómo enfocar los últimos días de campaña, etc.
Predecir tendencias
En base a las encuestas mencionadas anteriormente, así como datos históricos y capacidad de análisis.
Analizar resultados electorales
Más allá del dato puro, determinar las posibles causas de que un partido político consiga unos determinados resultados, dónde se obtienen los mejores y peores resultados, perfil del votante de cada formación, posibles pactos, etc.
Diseño de estrategias
Esta función de estratega político, resultará fundamental en el caso de los analistas que trabajen para formaciones políticas, más aún, si se va a ejercer el puesto de jefe de campaña. El analista político se ocupará de idear y planificar la estrategia a seguir en función de los ideales del partido, pero también de las demandas sociales. Este cometido no se limita a la época de campañas electorales, sino que también debe realizarse tanto cuando se está gobernando como en la oposición.
Asesoramiento
Tanto a políticos de ámbito local, autonómico o estatal como a sus equipos. El asesoramiento puede ceñirse a determinados temas, aunque lo recomendable es que sea de forma global para definir una estrategia unificada y consistente. Dentro de esta labor de consultor político también se debe incluir el análisis del discurso político, una tarea que puede marcar la diferencia.
Investigación
Sobre cambios políticos que afecten a un país, ideologías emergentes, política exterior… Deberán realizarse con base científica y rigurosa para redactar informes o artículos para publicaciones especializadas o medios de comunicación convencionales.
Divulgación
Una de las misiones de los analistas políticos es divulgar ante la opinión pública temas de ámbito político y social con tal de crear una mayor conciencia democrática.
Ámbitos de trabajo del consultor político
El analista político es un profesional polivalente que puede ejercer su trabajo en campos muy diversos.
Todas estas funciones pueden ser desarrolladas tanto en el ámbito local, como en el nacional o en el internacional:
● Analistas políticos locales
- Su terreno de actuación es una zona concreta, que puede ser un ayuntamiento, una comarca o una región. Por tanto, están especializados en la política municipal o regional, en cómo se conforman sus órganos de gobierno y cuáles son las especificidades de la zona de la que son expertos. Se involucran en la detección de tendencias políticas dentro de su ámbito de trabajo y analizan la participación de la ciudadanía en los procesos locales.
● Analista nacional
- En este caso, el analista es experto en las dinámicas de la política nacional y se especializa en el funcionamiento de las instituciones y partidos políticos del ámbito estatal. Su trabajo abarca asuntos como el análisis de las elecciones generales, de las políticas gubernamentales, de los movimientos sociales o de las tendencias políticas de la nación. Sus aportaciones contribuyen a la comprensión de las dinámicas políticas de un país, así como a prever por dónde pueden ir en el futuro.
● Analistas políticos internacionales
- Circunstancias como la globalización y la tecnificación de la información han hecho del analista político internacional un profesional cada vez más cotizado. Se trata de un profesional que debe saber interpretar la situación económica, social y política de todo el mundo para poder determinar cómo un suceso que ocurre en un determinado territorio, puede influir en el otro lado del planeta. Así, su tarea principal es la de generar conocimiento acerca de las acciones de gobiernos extranjeros, el papel que juegan las instituciones internacionales o la evolución de la geopolítica. Pueden explicar asuntos como el origen de los conflictos internacionales, el impacto de ciertos conflictos regionales en la estabilidad global o avanzar previsiones de posibles decisiones estratégicas.
Estudios y aptitudes para ser analista político
El trabajo de un analista político requiere de una combinación específica de habilidades, conocimientos y experiencia. Por ello, resulta conveniente conocer los estudios y aptitudes fundamentales para desarrollar de forma exitosa una carrera en el campo del análisis político.
Desde una comprensión profunda de la teoría política hasta la capacidad de análisis crítico y la habilidad para comunicar ideas de manera efectiva, son requisitos que debe poseer cualquier persona que desee convertirse en un analista político competente y respetado.
¿Qué formación se requiere para ser analista político?
El analista político es un profesional que ha de contar con una formación multidisciplinar que le permita desenvolverse con solvencia en todas las materias que va a precisar en su día a día.
La capacitación de base de un analista político está relacionada con las ciencias sociales y la comunicación. Es decir, con formaciones como:
- Grado en Ciencias Políticas. Es la opción obvia para quienes desean ejercer de analista político, ya que estos estudios proporcionan una especialización en muchas de las materias clave, como economía, gestión y administración pública, teoría política o derecho.
- Grado en Comunicación. Se trata también de una formación muy heterogénea en ámbitos diversos, focalizándose en perfeccionar las habilidades comunicativas del futuro analista político.
- Grado en Filosofía, Política y Economía. Estos estudios aportan los conocimientos necesarios para poder realizar los análisis más pormenorizados del mundo contemporáneo, estudiando los cambios de las sociedades y los efectos políticos y económicos que reportan.
- Doble Grado en Derecho y Ciencias Políticas. Supone ir un paso más allá y añadir todos los conocimientos que conforman el Grado de Derecho a la primera opción de Ciencias Políticas.
- Grado en Economía. La economía es uno de los conocimientos esenciales de un analista político, ya que necesita conocer el funcionamiento de los mercados y el comportamiento de los diferentes agentes económicos.
- Máster en Comunicación Política y Marketing. El trabajo en equipo, saber comunicar y conocer las herramientas digitales para gestionar la comunicación política online son otras de las habilidades básicas de un analista político, que pueden obtenerse a través de esta formación.
Estas son únicamente algunas de las titulaciones que pueden ser útiles para aquellos que aspiran a convertirse en analistas políticos. Es importante destacar que la experiencia práctica, la formación continua y el desarrollo de habilidades específicas, también son fundamentales para tener éxito en este campo altamente competitivo.
Habilidades y competencias para ser un buen analista político
Además de la formación académica, ser un analista político competente requiere contar con una combinación de capacidades y aptitudes determinadas. Estas destrezas son determinantes para llevar a cabo análisis políticos rigurosos y perspicaces. Algunas de las habilidades y competencias más importantes para ser un buen analista político incluyen:
Poseer pensamiento crítico
En esta profesión es indispensable analizar la información de forma totalmente objetiva, cuestionando cualquier tipo de suposiciones. Por ello, el analista político tendrá que estudiar las diferentes perspectivas de los datos que recibe y ser capaz de identificar posibles sesgos ideológicos.
Contar con buenas dotes comunicativas
Poder contar los descubrimientos que realice de una forma clara y persuasiva, tanto escrita como verbalmente, es fundamental para cualquier analista político. También resultará crucial su capacidad de síntesis, que le permitirá extraer los datos más relevantes de una información compleja para acercarla al público general.
Demostrar destreza en la investigación
Una de las claves de este perfil es tener una gran capacidad de análisis para detectar tendencias y cambios en la sociedad. Recopilar datos, identificar corrientes de pensamiento y evaluar el impacto de políticas gubernamentales forma parte del trabajo del analista.
Acreditar conocimientos técnicos
Dominar herramientas y técnicas de análisis de datos, así como comprender metodologías de investigación, son aptitudes importantes para llevar a cabo análisis políticos efectivos. Esto puede incluir habilidades en estadísticas, software de análisis de datos y métodos de encuesta.
Saber adaptarse
Dado que el panorama político está en constante cambio, los analistas políticos deben poder amoldarse rápidamente a nuevas situaciones y desarrollar soluciones creativas para problemas emergentes. Esto requiere flexibilidad mental y la capacidad de trabajar bajo presión.
Mostrar integridad y ética profesional fuera de toda duda
Aunque estas dos cualidades son importantes en cualquier trabajo, para la credibilidad de un analista político resultan determinantes. Mantener altos estándares de conducta profesional, evitar sesgos partidistas y ser transparente sobre cualquier conflicto de intereses deben conformar el modo de trabajar del analista político. Para ello, es fundamental mantenerse informado de la actualidad por diferentes medios (a nivel local, nacional e internacional) para disponer de una visión más plural, así como de los cambios legislativos y acuerdos políticos de relevancia.
Para ejercer con éxito como analista político, además de una vasta formación académica, es preciso poseer toda una serie de habilidades y competencias que posibiliten la elaboración de análisis políticos completos, rigurosos y éticos.
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