UNIR Revista
La marca política o branding político busca establecer una conexión emocional entre los políticos y la sociedad para influir en la percepción pública, afectando en la toma de decisiones de los votantes.
Una de las principales claves para alcanzar el éxito en política es la imagen que se proyecta al exterior. Es ahí donde entra en juego la marca política, que no se limita a simples logotipos y eslóganes, pues el branding político debe ofrecer una estrategia integral para construir y proyectar la imagen de un candidato.
Las personas que quieran formarse en este campo tienen a su disposición el Máster online en Comunicación Política y Marketing de UNIR, una formación con una metodología práctica basada en la resolución de casos en la que se abordan cuestiones clave como el uso de redes sociales en política o las técnicas de publicidad política.
La marca política y su importancia
La marca política se puede definir como una herramienta de comunicación con la que se trata de humanizar una marca personal con una serie de valores políticos. Esta no solo es importante porque puede lograr que una persona dirija un partido político o, incluso, gobierne un país; también porque influye en la percepción pública, afectando a la toma de decisiones de los votantes. Sucede así porque se establece una conexión emocional entre el electorado y el político, generando confianza y lealtad (o todo lo contrario) en función del modo de trabajarla.
En el siglo XXI, los medios de comunicación y, en especial, las redes sociales, son las principales vías de difusión en las que se focalizan las estrategias de branding de los candidatos y los planes de marketing político. A día de hoy, las sinergias de estos elementos componen la principal forma de hacer política entre los candidatos políticos de la sociedad occidental.
A través de ellos pueden mostrar su lado más personal, tener un contacto directo con los simpatizantes/electores y recibir su feedback casi de forma instantánea. La creación del relato ha cobrado igual o más importancia que las ideas políticas, una circunstancia que queda bien reflejada en casos como el de Javier Milei en Argentina.
Más allá del partido: la marca personal en política
En el escenario político actual, la mayoría de los candidatos y el equipo que tienen detrás comprenden la importancia de proyectar una imagen auténtica y personal que vaya más allá de las siglas del partido. Un claro ejemplo es el que refleja el análisis Branding personal del candidato político. Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. Un análisis comparado, publicado por María Gómez y Patiño en la Universidad Nacional de Jujuy, Argentina. En él se compara la imagen personal de ambos candidatos.
En el caso de Pedro Sánchez se destaca que proyecta una imagen personal que se acerca mucho al hombre común. En sus orígenes “su imagen no estaba asociada al PSOE”; era una presentación sin colores corporativos, solo se “mostraba a la persona”.
Por el contrario, en el caso de Pablo Iglesias, se apunta que se potencia su imagen de profesor, reflexivo y solitario, y que “sí está profundamente vinculado al color corporativo de Podemos, que es el partido que fundó y dirigió”.
Desvincularse parcialmente de las siglas del partido al que representa un candidato le permite conectar de manera más directa con los electores, destacando sus valores individuales y mostrando que es una persona auténtica y no un producto político.
¿Cómo desarrollar una marca política?
En una sociedad cada vez más polarizada e hiperconectada, los candidatos necesitan tener una estrategia elaborada por expertos para guiarse y crear su propia marca. Algunos de los elementos más importantes son:
- Comprender el momento presente. Tanto el candidato como su equipo tienen que hacer un trabajo previo para comprender el contexto en el que se encuentra su proyecto. Una vez identificado, se pueden definir los valores, la visión del candidato y su narrativa.
- Apostar por la naturalidad del candidato. Es recomendable trabajar en aquellos elementos que destaquen su originalidad, mostrar la parte más humana para generar empatía con la ciudadanía.
- Honestidad y coherencia. Dos de las claves para ganarse la confianza de los electores. No solo hay que serlo, sino también parecerlo.
- Rodearse de buenos profesionales. Para gestionar la imagen política de forma integral. Lo recomendable es que este equipo sea multidisciplinario, integrado por expertos en comunicación, periodistas, economistas, psicólogos… y hasta profesionales que posean un Máster en Organización de Eventos y Protocolo.
Ejemplos de branding político
Volodímir Zelenski
Más allá de los casos ya comentados anteriormente de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, fuera de España, uno de los grandes ejemplos de la marca personal en política es la del presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski. Este político dirige un país que está en guerra y, por ello, en todas sus comparecencias públicas cuida mucho el mostrarse como una persona corriente, seria y coherente.
Cuando habla a través de sus redes sociales utiliza un discurso entendible para todos. Trata de dirigir sus mensajes hacia una audiencia amplia y, por eso, se expresa en inglés en vez de en ucraniano.
Esta naturalidad también se ve en su vestimenta, ya que suele aparecer con camisetas y sudaderas para transmitir la imagen de que él, al igual que los demás ucranianos, está defendiendo su país y no está preocupado por el corporativismo que transmite un traje con corbata.
Barak Obama
Barak Obama es otro gran ejemplo de branding político. En 2008 se presentó como aspirante a la Casa Blanca. Gracias a que se rodeó de un buen equipo y a su estrategia en redes sociales —algo insólito en ese momento— logró obtener las donaciones necesarias para financiar su campaña, con la que terminó llegando a ser presidente de Estados Unidos. De aquel momento procede el famoso lema Yes, we can que, a día de hoy, se sigue estudiando en las facultades de marketing.
Obama y su equipo siempre tuvieron clara la importancia de mantener una imagen cercana en su carrera presidencial. Entre las claves de su comunicación destacan su naturalidad y carisma, con mucha habilidad para conectar emocionalmente con el público a la hora de hablar. También su equipo apostó por el uso de las plataformas digitales, influyendo en la percepción pública y movilizando a los votantes más jóvenes.
Otro gran elemento diferenciador fue su enfoque inclusivo, promoviendo la diversidad y la unidad de la nación en sus mensajes. Esto le permitió aglutinar a un electorado muy variado, de diferentes etnias, edades y nivel adquisitivo, a pesar de lo polarizada que está la sociedad norteamericana.
Justin Trudeau
El primer ministro de Canadá, el liberal Justin Trudeau, es otro político que ha apostado siempre por tener presencia en medios y redes sociales, transmitiendo que es una persona accesible y honesta.
El político canadiense destaca por su forma de entremezclar vida profesional y personal en sus redes sociales, compartiendo contenido auténtico y mostrando su lado más humano. Por ejemplo, un detalle muy característico de Trudeau es su afición por el boxeo. En este sentido, asociar la imagen de un candidato a un deporte no solo le dota de una apariencia más joven, también se asocia su imagen con una serie de hábitos saludables.
En definitiva, la marca personal es clave en el ámbito político actual. Para lograr que sea auténtica no basta con tener carisma, sino con saber transmitirla para conectar así con los ciudadanos. Para ello, es importante un dominio de las estrategias del marketing político y rodearse de profesionales que dominen la materia.