UNIR Revista
Este modelo de comprador valora el impacto ambiental, social y laboral que tienen sus decisiones de compra, optando por opciones de cercanía más sostenibles.
La preocupación por el impacto que los hábitos de consumo está generando en el planeta está cada vez más presente en los consumidores y ha propiciado una revolución, reforzada por la reciente pandemia. Esto ha dado lugar a la era del consumidor consciente; es decir, aquel que se da cuenta de las consecuencias que tienen sus decisiones de compra y se preocupa por su entorno y el medioambiente.
El consumismo, que surgió en pleno auge del capitalismo y la publicidad, está en continua transformación dando paso a una ciudadanía más exigente y responsable que demanda a las empresas alternativas más éticas y sostenibles con el entorno.
¿Qué significa ser un consumidor consciente?
El consumo consciente puede considerarse una nueva forma de vida donde el consumidor está al corriente del impacto que generan sus decisiones de compra sobre el planeta y sus recursos y opta por nuevos hábitos de compra que sean más sostenibles (ambiental y socialmente).
En este sentido, el consumidor consciente no solo busca ser más cuidadoso con los productos o servicios que compra, sino también se preocupa por dónde los hacen y cómo se fabrican.
Para esto, realiza sus compras de manera inteligente, selectiva y teniendo en cuenta las condiciones sociales, laborales y ecológicas de producción. Es a través de estas variables donde las empresas también pueden buscar posicionarse y diferenciarse, ya que determinados consumidores otorgan más valor a las marcas responsables.
Para llevar a la práctica el consumo consciente es indispensable plantearse fundamentalmente tres cuestiones:
- Qué necesidad se tiene que cubrir: ¿es una necesidad o un deseo?, ¿se puede lograr sin consumir nada?
- Cuáles son las mejores opciones de consumo al alcance de cada uno (acciones individuales o colaborativas).
- Tomar decisiones basadas atendiendo a dimensiones sociales y ambientales o, lo que es lo mismo, elegir lo que aporta más garantías y causa menos impacto.
Las características del consumidor consciente
Otras de las cuestiones que caracterizan a los consumidores conscientes pueden ser:
- Adquieren productos hechos con materiales sostenibles y que puedan ser reutilizados.
- Tienen preferencia por productos de proximidad y darle valor al comercio local, ya que favorece el comercio y reduce el impacto medioambiental del transporte.
- Reciclan y usan correctamente los diferentes contenedores de reciclaje.
- Evitan comprar algo nuevo si es posible repararlo, lo que evita el gasto energético y contaminante que genera un producto nuevo.
- Optimizan el gasto energético a través de electrodomésticos con mejor eficiencia energética, adaptar los hogares para minimizar el gasto en calefacción o refrigeración y elegir energías renovables.
- Cambian sus hábitos diarios como, por ejemplo, usar el transporte público en lugar del coche, ducharse en vez de tomar un baño o usar bolsas reutilizables.
- Revisan el etiquetado y preferencia por productos con etiquetas ecosociales y que practiquen el comercio justo; es decir, productos de empresas comprometidas con la sostenibilidad y en la que se respetan los derechos de los trabajadores.
- Reducen el consumo individual intercambiando recursos a través del consumo colaborativo.
- Evitan las compras impulsivas y no meditadas para no caer en compras por moda o innecesarias.
- Se decantan por materiales como la madera y los tejidos naturales frente a los plásticos.
- Compran productos de temporada y evitan consumir especies en peligro de extinción.
Oportunidades para las empresas: ejemplos de consumo consciente
Que un consumidor pueda contribuir a un entorno favorable y que su consumo cause el menor impacto posible en el medio ambiente dependerá también de la labor de las compañías y marcas que adapten su oferta y estrategias a las nuevas tendencias de consumo; tendencias donde prima la conciencia individual y colaborativa a través de iniciativas de consumo consciente como:
- Wallapop o Vinted. Empresas que han dado la vuelta al concepto de usar y tirar e impulsan la sostenibilidad alargando la vida útil de toda clase de productos.
- Bla Bla Car. Compañía de carpooling que ha permitido que las personas puedan compartir viajes, reduciendo gastos y el impacto ambiental.
- Too Good To Go. Aplicación que ayuda a reducir el desperdicio de alimentos al permitir a los establecimientos vender sus excedentes diarios de comida y a los usuarios comprarla a precios reducidos.
Si bien son solo algunos ejemplos, las empresas no deben desaprovechar datos como los que arroja el estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), en colaboración con el Foro NESI de Nueva Economía e Innovación Social, sobre los hábitos de consumo sostenible. En el mismo se recoge que el 73 % de la población española tiene en cuenta aspectos éticos y ecológicos en sus decisiones de compra.
¿Cómo llegar al consumidor consciente?
Responder a las expectativas que demandan los usuarios, dar respuesta a sus necesidades y compartirles las actividades que desarrolla la empresa para que puedan hacer un consumo consciente requiere del trabajo eficaz del equipo de marketing, el cual requiere profesionales que sepan implementar acciones estratégicas en la comercialización de productos y servicios.
Por eso, un Máster en Dirección de Marketing como el de UNIR aporta las habilidades necesarias para que, desde un puesto de dirección en áreas como Marketing & Product, Pricing, Trade Marketing y Comunicación, se puedan tomar decisiones estratégicas en torno al proceso de comercialización sin dejar de lado la sostenibilidad.
Las marcas deben mostrar a los usuarios, a través de sus productos y servicios, cómo pueden integrar la sostenibilidad y el consumo consciente en su día a día. Para ello, el rol del director del área de Marketing y áreas afines es determinante.