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Daniel Caverzaschi: “Todos tenemos nuestras discapacidades. Hay que superarse y aprender a crecer”

El tenista en silla madrileño será uno de los invitados del Máster en Marketing Deportivo de UNIR. Conoce su historia y cómo los valores del deporte le han ayudado a ser quien es.

Inquieto, luchador, intenso. Son adjetivos con los que se identifica Daniel Caverzaschi y que definen su filosofía de vida, el mantra con el que trabaja día a día para convertirse en el mejor tenista en silla de ruedas del mundo o, al menos, entrar en el Top 8 internacional. Por el momento, ocupa el puesto número 20 gracias a su reciente victoria en el Torneo de Setúbal (Portugal), donde logró su primer triunfo fuera de España en dos años, con doblete incluido, tanto en individual como en dobles -con Kike Siscar-.

A sus 27 años, es licenciado con matrícula de honor en Económicas por la Universidad de Warwick (Reino Unido), por lo que además del tenis siente pasión por emprender. Además, siempre que puede, trata de transmitir a la gente todos los valores que le ha aportado el tenis y su discapacidad. Quiere romper estereotipos, hacerles ver que “vale la pierna” luchar por aquello en lo que crees y que no hay limitaciones que te impidan conseguirlo. Él se ha enfrentado a ellas no solo en la pista, también a la hora de financiar su profesión a través de los patrocinadores.

Dentro de su afán por contar su historia, UNIR ha apostado por él para que forme parte de los invitados de este año en el Máster de Marketing Deportivo. Aprovechamos para conocer más sobre su historia y los valores que le han llevado a lo más alto.

Daniel Caverzaschi. Tenista en silla de ruedas madrileño.

Un pequeño o grande ‘problemilla’

Caverzaschi nació en 1993 con una malformación en cada pierna. Mientras que en la derecha le faltaba el fémur y la rodilla -lo que hace que esta sea muy corta-, la situación de la izquierda le obligó a pasar por varias intervenciones para que fuera funcional. Nunca imaginó que esta discapacidad le acabaría trayendo tantos éxitos como tenista en silla de ruedas, tanto es así que ha logrado ser número 1 de España durante 5 años y alcanzar el puesto 12 en el ranking mundial a finales de 2018. Ahora trata de alcanzar estas posiciones, incluso rebasarlas, lo que implica muchas horas de trabajo.

¿Cómo definirías al Daniel deportista?

Intento pensar que no hay mucha diferencia entre el Dani del día a día y el tenista. Vivo con intensidad, y trato de ser coherente, luchador, dentro y fuera de la pista. El deporte saca lo mejor y lo peor de cada uno y es ahí donde se ven a los verdaderos campeones. Yo lucho cada punto, soy bastante guerrero.

¿Qué aporta el tenis a tu vida cotidiana?

Enseña muchos valores y habilidades que luego son aplicables a tu vida. El tenis es un deporte tan solitario, individual y psicológico, que ya desde muy pequeño me he estado enfrentando a canalizar mis emociones, a solucionar los problemas por mi cuenta y a otras habilidades que trato de aplicar a diario.

Trato de normalizar la discapacidad, por su propio bien dentro de la sociedad

 

Dices que tu discapacidad te ha hecho ser quien eres y lograr lo que tienes, algo que igual otros sin ella ni se han planteado. ¿El ser humano es experto en ponerse impedimentos para alcanzar sus metas?

Todos tenemos nuestros fantasmas, nuestras discapacidades. La mía es física y visible, y por desconocimiento hay un estereotipo muy negativo sobre ella, a veces erróneo. Por ello, aprovecho para lanzar un mensaje de que todos tenemos lo nuestro, que hay que adaptarse y no creer en los impedimentos. Trato de normalizar la discapacidad, por su propio bien dentro de la sociedad, más aún entre personas que no han tenido un entorno que les ha ayudado a hacerlo. También quiero transmitir que hay que superarse ante los problemas y aprender a crecer.

De ahí surge también tu lema #ValelaPierna.

Sí, nació del humor entre bromas con amigos, pero transmite un mensaje muy serio, que supone normalizar la discapacidad, no sentir pena o crear prejuicios innecesariamente. Según distintas fuentes, entre el 5 y el 15% de la sociedad española tienen algún tipo de discapacidad de cualquier tipo y yo no los veo por la calle. Mucha gente está en casa, no se integra en la sociedad y creo que tiene que ver con la barrera social. Esta campaña pretende normalizar que te puede faltar un brazo, una pierna, ser ciego o sordo, pero que hay muchas cosas que puedes hacer, incluso mejor que los demás. Cada persona tiene su lugar en el mundo donde puede aportar, con sus limitaciones, y ser feliz.

Daniel Caverzaschi. Tenista en silla de ruedas madrileño.

Cada minuto cuenta para crecer

Un año normal “no COVID”, Caverzaschi puede viajar entre 20 y 25 semanas al año, sumado al entrenamiento semanal (de lunes a sábado), nos hace pensar que le deja poco tiempo libre, pero el tenista madrileño aprovecha cada minuto libre para emprender y sacar adelante proyectos que tiene en mente. Eso sí, sin llegar a descentrarse. Por el momento, hay una aplicación móvil en camino y un proyecto que, si todo va bien, conoceremos en su clase magistral en el máster. Además, debe gestionar sus patrocinadores, a los que costó tiempo y esfuerzo convencer.

Y es que conseguirlos, Daniel, fue toda una historia.

Cuando me lancé profesionalmente en 2016 era muy complicado vivir del tenis en silla. En España, no había el apoyo económico que hay ahora por parte de la Federación. No existía un plan de alto rendimiento para mi deporte. Entonces, resultaba complicado, porque son los mismos gastos que tenía un tenista a pie. Las pasé canutas, al principio no podía pagar ni el presupuesto de lo que costaba un entrenador. Así que la única opción era cubrirlo con patrocinadores. Al principio, mi mánager Álvaro y yo dábamos tiros a todas partes, todo muy casero, pero poco a poco fuimos creciendo y con el tiempo, comenzaron a apoyarnos desde empresas más grandes.

¿Cómo eran las primeras reacciones con las que te encontrabas?

Que no les interesaba, que su política era patrocinar a grupos o a ligas más que a deportes individuales, que no había suficiente presupuesto… Así que, ante ello, yo intentaba cuidar otros puntos: mis redes sociales, cómo hablar mejor en público, ser más creativo, moverme más… en definitiva, ser más proactivo. No podemos esperar que nos caiga un una beca o un patrocinio del cielo. Una vez lo tengamos, como toda relación, hay que cuidarla, nutrirla, encontrar cosas que como deportista puedas aportar. A mí, por ejemplo, me gusta relacionarme con las empresas, aprender de ellas, yo puedo ofrecerles mucho y ellas a mí también. Es recíproco, a través de eventos con directivos, con empleados, participando en sesiones… A mí esto me llena.

El deporte es una herramienta social y educativa muy buena. Enseña muchos valores.

¿Y qué les ofreces? ¿Cómo se benefician de tu imagen?

Sobre todo, el proyecto de ir creciendo juntos remando en la misma dirección. Mi propósito de conseguir ser el mejor tenista en silla, que es un deporte muy profesionalizado y que tiene mucho potencial también a nivel comercial.

Con uno de los patrocinadores, por ejemplo, Liberty Seguros, me ofrecieron trabajar con ellos durante un año a tiempo parcial, con un contrato amoldado a mi tenis, que me permitiera viajar, trabajar solo 4 horas al día. La idea era rotar en distintos departamentos para que aprendiera. Funcionó para ellos y para mí.

En 2019, la inversión en patrocinio deportivo en España superó los 405 millones de euros. Esto supuso un crecimiento con respecto a 2018 de al menos un 10%. ¿Notáis este cambio?

Cada vez más marcas se están dando cuenta de los valores que transmite el deporte, los medios de comunicación nos dan más bola y esto ayuda a crear sinergias positivas. Nelson Mandela dijo que el deporte puede cambiar el mundo y está en lo cierto. Creo que el deporte, a todos los niveles, es una herramienta social y educativa muy buena. Es muy positivo: enseña muchos valores y habilidades que luego son aplicables a cualquier capítulo de nuestra vida. Es un concepto muy vendible y espero que sea aplicable también a los deportes minoritarios. La situación mejora, pero tiene que ser un esfuerzo de todos conseguir una gestión más eficiente de los recursos.

Daniel Caverzaschi. Tenista en silla de ruedas madrileño.

Levantarse ante las adversidades

Este 2020 está siendo el año perfecto para poner en práctica la filosofía de vida de Daniel Caverzaschi, enfrentarse a las adversidades de la mejor manera. Un ejemplo de ello fue la cancelación de los Juegos Paralímpicos de Japón.

¿Cómo te lo has tomado?

Fue una noticia que me dio rabia, pero también le vi su lado positivo. Creo que todo pasa por algo y en mi caso personal tengo un año más de preparación. Vengo de un 2019 malo en lo que a competición se refiere, así que, si tengo un año más de preparación para mejorar y llegar mejor, voy a aprovecharlo.

¿Cuáles son tus objetivos a corto plazo?

Sobre todo, mi tenis. Quiero romper esa barrera de los 8 mejores para poder competir en Grand Slams. Así que tengo que competir a tope. Voy a aprovechar todos los torneos que se puedan hacer si no se cancelan. Me siento muy bien entrenando, quizá mejor que nunca, y físicamente también. Además, a nivel técnico hemos trabajado muchísimo este año y me siento muy bien. Ahora solo falta aplicarlo en pista y para arriba.

De una persona como tú, que irradia positividad, ¿qué mensaje puedes lanzar al mundo en tiempos de COVID-19?

Cuando hay factores externos a mí, me ayuda mucho pensar que hay que hacer todo lo que está en tus manos y no juzgarte. San Agustín decía: “Señor, concédeme serenidad para aceptar todo aquello que no puedo cambiar, valor para cambiar lo que soy capaz de cambiar y sabiduría para entender la diferencia”.

Yo en cuarentena estaba casi más liado que antes y eso que habitualmente tengo poco tiempo libre. De hecho, aprendí a cocinar, destrocé media cocina, pero lo intenté. Así que ese es mi mensaje, hay que aprovechar cada situación, aunque sea complicada.

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