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En el marketing político ocupa un lugar clave la neuropolítica, una disciplina que explica científicamente cómo reacciona el cerebro humano frente a distintos estímulos dentro del ámbito político.
En el contexto de una campaña electoral tiene mucho que ver la neuropolítica. Este concepto se define como la disciplina que investiga y evalúa las implicaciones de la neurociencia en el ámbito de la política. Es decir, es la ciencia que estudia qué variables influyen al votar a un candidato, la predisposición o no por participar en el entorno político y la inclinación por un partido u otro.
La neuropolítica explica cómo el cerebro interacciona a la hora de tomar decisiones relacionadas con el ámbito político. En este proceso de investigación están implícitas otras ciencias, además de la neurociencia, como la ciencia política, las ciencias sociales y naturales, la psicología y la genética conductual, entre otras.
Gracias a los descubrimientos que se logran al aplicar la neuropolítica, el marketing político puede trazar el plan de acción y definir las estrategias y tácticas de comunicación más adecuadas en las campañas políticas.
¿Cómo funciona la neuropolítica?
Si durante el desarrollo de una jornada electoral se pregunta a quien ejerza su voto qué criterios ha tenido en cuenta para decidirse por un candidato político, probablemente las respuestas obtenidas sean muy diversas, pero la neuropolítica ofrece una respuesta científica y fundamentada a esta pregunta.
Gracias a la aplicación de diferentes técnicas es posible demostrar que los mecanismos que conducen a un individuo a tomar una decisión política están relacionados con la empatía, la cognición social, la implicación de algunas hormonas, las emociones e, incluso, de algunos neurotransmisores como la dopamina y la serotonina.
Las investigaciones se realizan a través de estas herramientas:
- Electroencefalograma. Una técnica que mide la actividad eléctrica del cerebro. Gracias a ella se captan los impulsos que se generan entre las neuronas y se puede ver la reacción cerebral ante determinados estímulos como, por ejemplo, un vídeo de un mitin político en el que aparece un candidato.
- Resonancia magnética. Este método ofrece una imagen de la actividad cerebral. Por ejemplo, permite ver la reacción cerebral de la persona ante una imagen concreta relacionada con la política.
- Reconocimiento facial. Una técnica mediante la cual se muestra el rostro de alguien para estudiar la reacción del observador. Con este test se expone de forma clara cómo reacciona el cerebro y qué es lo que preocupa, disgusta o conmueve al examinado. Entre otras variables, mediante este procedimiento se ha descubierto que la forma de las cejas y la boca son dos variables que pueden influir en la toma de decisiones y en cómo se percibe a un candidato. En este caso, los puntos nodales que conforman los rasgos faciales son determinantes para inspirar más o menos confianza.
- Análisis de niveles de hormonas. Un estudio que permite conocer qué efectos tienen las hormonas sobre la conducta del ser humano.
Estos sistemas explican con hechos fundamentados las relaciones y reacciones que se establecen entre los candidatos y los partidos políticos con los electores. Por eso, conocer en detalle esta relación y sus implicaciones tiene un gran valor para el marketing político, puesto que parte del éxito de su plan radica en conocer apropiadamente al electorado.
El Máster online en Comunicación Política y Marketing de UNIR ofrece una formación muy completa gracias a la cual el futuro profesional será capaz de definir las estrategias para realizar una campaña política, aprovechar las ventajas que ofrece el marketing digital en el ámbito político e implementar las técnicas de la neuropolítica con las que ejecutar un trabajo de comunicación política más eficaz.
Al obtener esta titulación, el perfil que se adquiere es el de un profesional polivalente, capaz de diseñar campañas electorales valiéndose de herramientas de última generación como las redes sociales o el neuromarketing.
