Clara Marchán
El bloqueo ante el papel en blanco es un clásico ¿Cómo empezamos a construir algo de cero? ¿Cómo damos ese salto para llegar a algo no convencional?
La creatividad es, en teoría, un concepto atractivo, deseable. A todos nos gusta pensar que somos creativos, y también que los demás nos consideren creativos, pero al mismo tiempo es fácil ser destructivo con las ideas propias y las de los demás. Muchos son los enemigos ocultos y visibles de la creatividad.
A menudo eso nos lleva a ir retrasando el momento de crear por el puro miedo a no dar con nada suficientemente bueno
La racionalidad extrema a la hora de evaluar lo creado. Lo mejor es tirar, empezar, la creatividad es intuitiva, veamos como se puede incluir aquello que pueda faltar, y si no es compatible con la idea, volvemos a empezar. Y quizás lo más duro: el miedo ante lo que los demás dirán cuando compartamos la idea. “Si la idea les parece mala, pensarán que yo lo soy también”. En realidad, alguien muy bueno puede tener una idea no tan buena, pero será la idea la que no lo es, no necesariamente el creador.
Ese miedo a la opinión de los demás, a ser juzgados, no se forja solo. Nuestro entorno desde la infancia nos envía mensajes que pueden minar la confianza en nosotros mismos con respecto a nuestras capacidades creativas.
Un ejemplo muy claro de esto ocurre con el dibujo. Cuando somos pequeños nuestros padres, profesores, celebran cada una de nuestras pequeñas obras, incluso las ponen en la nevera y las enseñan cuando vienen los abuelos a casa. Sin embargo, en cuanto crecemos un poco, los comentarios comienzan a ser más duros: “pues esto no se te da muy bien (risitas)”, “¿qué dices que es esto?”, “menuda cabeza le has puesto!” … De ahí, la desmotivación que hace que ya en la adolescencia solo aquellos que dibujan bien sigan haciéndolo, siendo esto una auténtica pérdida para la capacidad expresiva personal.
No hay nada más delicado que la creatividad
Las ideas, además, hasta que no se materializan, hasta que no se ejecutan, no existen del todo… están en un papel apuntadas, o en una cabeza dando vueltas, por lo que deben ser protegidas porque es sumamente fácil matarlas. Es tan fácil matarlas, como difícil ha sido llegar a ellas.
Pitch de agencias
Este año, en el primer curso del Grado de Publicidad y tras la iniciativa Copy Star, de la profesora Beatriz Feijoo, en la asignatura de Redacción Publicitaria, comenzamos una nueva iniciativa, esta vez, dentro de la asignatura La agencia de publicidad. Se trata del pitch de agencias. Una actividad del 2º cuatrimestre en la que han participado cuatro equipos que han constituido su agencia, le han dado un naming y una personalidad:
- Grupo Nasev: Paula Sáez, Javier Munárriz, Begoña Oliveira, Nicole Pazos.
- 5 extremos: María Fuertes, Irati Eizmendi, Juanma Zarazaga, Susana Ochoa, Agustín Montaño.
- Making solutions: Helena San Juan Palomares, Mireia Guevara, Ismael Gracia, Mike Fernández.
- Time to brand, Rocío Cano, Nuria Vidal, Diego Gutiérrez.
Los cuatro equipos han desarrollado un DAFO, han creado un nuevo producto, han planteado su formato y han presentado piezas para su lanzamiento. Ejercicios donde han podido poner en práctica la teoría de la asignatura y, además, ejercitar la creatividad trabajando en equipo.
Los jueces han sido el resto de los alumnos, hasta la final en la que contamos con Ignacio Romo, director general de Atos Medical para decidir el ganador. Después de que los cuatro equipos fueran muy ajustados en las puntuaciones durante todas las pruebas, dos de ellos llegaron a la final: Making Solutions y Time to brand, declarándose ganadora esta última.
Todos estos alumnos han sido capaces de saltar sin paracaídas y crear
Enhorabuena a todos y, sobre todo, no dejéis de ejercitar la creatividad; no os autocensuréis ni os dejéis ensombrecer por lo que los demás puedan pensar de vuestras ideas.