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El posicionamiento de marca ayuda a las empresas a destacar en el mercado actual y ocupar un lugar en la mente del consumidor empleando diferentes estrategias para conseguir el éxito.
En un mercado cada vez más competitivo, gran parte del éxito de una empresa radica en la forma en la que los consumidores y potenciales clientes la perciben. Para ello, el posicionamiento de marca se alza como una estrategia fundamental. Estudios como el Máster en Dirección de Marketing de UNIR aportan las claves para comprender el mercado y sus necesidades y desarrollar acciones de posicionamiento sólidas y eficaces.
¿Qué es el posicionamiento de marca?
El posicionamiento de marca es el proceso o conjunto de estrategias que definen el lugar que ocupa una marca dentro del mercado y entre sus consumidores y clientes potenciales. Se trata de un concepto distintivo que define las características que diferencian a una marca de sus competidores.
Desde la creación de una identidad distintiva hasta la comunicación estratégica, el posicionamiento de marca es un proceso transversal a los diferentes departamentos de una empresa que requiere análisis, creatividad y una profunda conexión con el público objetivo.
Son tres los pilares sobre los que se sustenta el posicionamiento estratégico de una empresa:
- Propuesta de valor: objetivos tangibles e intangibles que ofrece al público.
- Público objetivo: el segmento de mercado al que se dirige.
- Diferenciación: imagen que distinga de la competencia.
Con estos elementos, el posicionamiento de marca ayuda a asociarla con atributos específicos alineados con las necesidades, deseos y valores del mercado, y eso lo convierte en esencial para la estrategia empresarial.
Esto no solo implica cómo la marca se presenta a través de su identidad visual y acciones de comunicación, sino también en cómo se relaciona con sus clientes, cuál es su propuesta de valor y cómo se diferencia de la competencia.
Estrategias de posicionamiento de marca
Existen diferentes estrategias para posicionar una marca, cada una con características diferenciadas en función de los objetivos específicos de la marca y las necesidades del mercado al que se dirigen. Entre las más habituales destacan:
- Posicionamiento por precio: es una estrategia muy común, basada en ofrecer un precio más bajo que la competencia. Es una estrategia efectiva para atraer a clientes sensibles al precio, pero puede afectar la percepción de calidad de la marca.
- Posicionamiento por calidad: en este caso, la marca se centra en ofrecer un producto o servicio de mayor calidad que la competencia. Es una estrategia efectiva para atraer a clientes que buscan productos o servicios prémium, pero puede requerir una mayor inversión en marketing y producción.
- Posicionamiento por público: busca dirigir la marca hacia un segmento de mercado específico. Por ejemplo, una marca de ropa deportiva puede posicionarse como la preferida por los atletas profesionales, lo que atrae a aquellos consumidores que se identifican con ese estilo de vida.
- Posicionamiento por atributos: esta estrategia se basa en destacar características específicas del producto o servicio que lo diferencian de la competencia. Por ejemplo, una marca de automóviles puede posicionarse como líder en seguridad, mientras que otra puede enfocarse en su eficiencia energética.
- Posicionamiento por beneficios: se centra en destacar los beneficios específicos que la marca ofrece al consumidor. Es una estrategia efectiva para diferenciar la marca de la competencia y conectar con las necesidades del público objetivo.
- Posicionamiento por uso: se enfoca en asociar la marca con un uso particular o aplicación específica. Es una estrategia efectiva para llegar a un público objetivo específico y comunicar los beneficios de la marca de forma clara y precisa.
- Posicionamiento por competencia: implica posicionarse directamente en comparación con un competidor específico. Por ejemplo, una marca de refrescos puede lanzar una campaña publicitaria comparativa destacando las diferencias entre su producto y el de su competidor líder en el mercado.
- Posicionamiento por estilo de vida: en este caso se trata de asociar la marca con un símbolo, imagen o estilo de vida específico. Por ejemplo, una marca de bebidas energéticas puede asociarse con la idea de juventud, energía y aventura, creando una conexión emocional con su público objetivo. Es una estrategia efectiva para conectar con las emociones del público objetivo y crear una comunidad alrededor de la marca.
- Posicionamiento por categoría: se basa en asociar la marca a una categoría específica de productos o servicios. Es una estrategia efectiva para construir una marca líder en su categoría y aumentar la confianza del consumidor.
Estas estrategias de posicionamiento de marca son algunas de las más destacadas a la hora de situar a una empresa en el mercado, si bien cada una está diseñada para destacar aspectos específicos de la marca y satisfacer las necesidades y expectativas del público objetivo.
Lo habitual es que las empresas opten por combinar varias de estas estrategias para crear una imagen de marca completa y efectiva. La elección de la estrategia adecuada dependerá del tipo de producto, los objetivos de la marca, el mercado objetivo, el entorno competitivo en el que opera o del presupuesto disponible para las estrategias de marketing.
Para elegir la que mejor se adapta a las características de una marca en concreto es recomendable realizar un estudio amplio antes de elegir una estrategia. Para lograr una imagen de marca potente se deben tener en cuenta aspectos como el público objetivo, la competencia, los beneficios de la marca, la propuesta de valor o las acciones de comunicación.
Beneficios de trabajar el posicionamiento de una empresa
El posicionamiento de una empresa es fundamental por varias razones:
- Diferenciación: en un mercado cada vez más competitivo el posicionamiento efectivo permite a las marcas destacar entre sus competidores definiendo qué hace única a la empresa y por qué los clientes deberían elegirla.
- Atracción de clientes: una empresa bien posicionada atrae a clientes que se identifican con sus valores y propuesta de valor.
- Fidelización: las estrategias de posicionamiento de marca claras y eficientes crean una conexión emocional con los clientes, que se sienten identificados con la filosofía de la empresa y son más leales y propensos a repetir sus compras.
- Relevancia y reputación: el posicionamiento ayuda a asegurar que la empresa sea percibida como relevante para su público objetivo. Al comprender las necesidades, deseos y valores de su mercado objetivo, la empresa puede posicionar su marca de manera que resuene con sus clientes potenciales. Al mismo tiempo, una empresa bien posicionada es vista como una empresa confiable y creíble.
- Ventaja competitiva: el posicionamiento estratégico puede proporcionar a una empresa una ventaja competitiva sostenible. Al ocupar un espacio único en la mente de los consumidores, la empresa puede protegerse contra la competencia directa y aumentar su participación en el mercado. Esto hace que pueda cobrar precios más altos y obtener mayores márgenes de beneficio.
- Atracción de talento: el posicionamiento ayuda a atraer a los mejores profesionales, que quieren trabajar en una empresa con una imagen positiva. Al mismo tiempo, las marcas bien posicionadas tienen mayor poder de negociación con proveedores y distribuidores.
- Crecimiento y valor: por un lado, un posicionamiento sólido puede aumentar el valor de la marca a largo plazo, puesto que una marca bien posicionada es más atractiva para los inversores, lo que resulta en un crecimiento empresarial sostenible. Por otro lado, el posicionamiento ayuda a construir una marca fuerte y reconocida, lo que facilita el crecimiento a largo plazo.