Erika Fernández-Gómez
Si hablamos de obesidad infantil y publicidad, surge el debate sobre la industria audiovisual y publicitaria y la promoción de alimentos poco saludables. Analizamos los puntos claves.
Como señala UNICEF, “la obesidad infantil es uno de los problemas de salud pública más graves del siglo XXI”. La causa fundamental del sobrepeso y la obesidad infantil es el desequilibrio entre la ingesta calórica y el gasto calórico. Situación que se agrava con los cambios de hábitos por parte de la población infantil, los juegos tradicionales al aire libre se han sustituido por el uso de pantallas. Algo que sintetiza muy bien el jugador de baloncesto Pau Gasol “antes costaba meter a los niños en casa y ahora cuesta sacarlos de casa”.
Autorregulación en mensajes publicitarios
En este sentido, la industria audiovisual y la publicitaria han sido de las más señaladas a la hora de evitar la promoción de alimentos poco saludables. En España se ha optado por la autorregulación, tanto en materia de contenidos televisivos dirigidos a los niños como en relación a la publicidad de alimentos para esta audiencia.
El Código PAOS contempla que los mensajes publicitarios de alimentos o bebidas no deberán promover o presentar hábitos de alimentación o modos de vida poco saludables tales como comer o beber de forma inmoderada, excesiva o compulsiva, ni deberán fomentar, aprobar o presentar de forma condescendiente hábitos de vida sedentarios.
También establece que cuando el alimento o bebida promocionada se presente en el contexto de una comida, deberá mostrarse acompañado de una variedad razonable de alimentos con el fin de que el mensaje publicitario fomente su consumo como parte de una dieta variada y equilibrada.
En Portugal la decisión ha sido más tajante, así ha elaborado un Manual de Perfil Nutricional con el que limitar la publicidad de alimentos dirigida a menores de 16 años. Entre los productos que no se pueden anunciar se encuentran alimentos que presentan un elevado valor energético, sal, azúcar, ácidos grasos saturados y ácidos grasos trans. Los productos afectados no pueden publicitarse en pantallas, redes sociales, radio y televisión.
Publicidad en canales infantiles
Nuestro Gobierno también ha apuntado a la necesidad de limitar la publicidad de productos con perfiles nutricionales bajos que influyen en los comportamientos y preferencias de compra en los niños menores de 15 años.
Otra medida es Nutriscore, un etiquetado frontal que clasificará los productos del supermercado para indicar si se trata de consumo saludable o no saludable. Algo que aunque resulta necesario es quizá insuficiente, si tenemos en cuenta que hace ya cinco años el análisis de la publicidad insertada en los canales temáticos infantiles españoles arrojaba los siguientes resultados:
- El sector alimentación es el que presenta una mayor inversión publicitaria, el 39% de los anuncios estudiados.
- Los anuncios de alimentos se basan en la promoción de ventas. Es decir, se presentan los productos junto a un regalo para el consumidor, que en la mayoría de los casos es un juguete.
Así, aunque el código PAOS se ha aplicado fundamentalmente a la televisión, se requiere una revisión para cubrir los distintos medios y dispositivos a los que los mas pequeños tienen acceso: apps, videojuegos, redes sociales, etc.
Otras de las afectadas han sido las bebidas azucaradas no vendidas en hostelería, que verán incrementado su IVA.
No solo televisión
Debe tenerse en cuenta que muchos estudios han abordado la relación publicidad-influencia-niños. Aunque la exposición al medio televisivo y a los anuncios publicitarios son factores a considerar en los desórdenes alimenticios de los más pequeños, en ningún caso son los únicos desencadenantes. La elección de alimentos realizado por los niños es el resultado de la combinación de varios factores y no se puede atribuir exclusivamente al contacto con la publicidad televisiva. Pero desde luego, la presión publicitaria realizada sobre los más pequeños pode al sector en el ojo del huracán.
Ahora este debate se ha traslado también a nuevos formatos, como los contenidos subidos por los youtubers. Pues en este canal, las marcas de alimentación son más conscientes de promocionar hábitos saludables que los kid influencers.
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Así, la prevención de la obesidad infantil requiere de una respuesta coordinada por parte de diferentes entes: organismos públicos, padres, educadores, medios de comunicación y agencias de publicidad. Si bien, las empresas deben asumir un papel relevante en este proceso.
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