UNIR Revista
El "storydoing" humaniza la relación entre la marca y sus consumidores; los convierte en embajadores y protagonistas de una experiencia real con la que conectan emocionalmente.
El storydoing es la evolución del storytelling. Es una estrategia en la que ya no se busca exclusivamente contar una historia; ahora se trata de implicar al público, proponiéndole que viva la experiencia de la marca. El consumidor deja de ser un simple espectador pasivo para pasar a ser el protagonista activo.
Partimos del hecho de que el público es cada vez más exigente con las campañas y las marcas. No se conforma con una bonita historia; ahí es donde el storydoing ha encontrado su particular hueco.
Si el storytelling se ha convertido en una de las herramientas más utilizadas en comunicación, publicidad y marketing al conectar con el público a través de una historia, el storydoing lo que pretende es pasar a los hechos, nos invita a vivir una experiencia. La narración va un paso más allá, la historia que se cuenta forma parte del mundo real, los consumidores pueden experimentar el mensaje que se transmite. Es lo que sucede en las campañas de Starbucks, que han logrado una conexión emocional con sus clientes y acuden a sus locales no únicamente a comprar un café, pero porque son lugares cálidos.
En esta estrategia hay una clara apuesta por las emociones y la creatividad juega un papel muy importante a la hora de dar forma a ese relato vivencial. Tiene que conectar emocionalmente con el consumidor, porque si el público participa, se acerca más a la marca.
Esto es algo que han entendido a la perfección en Apple. La empresa no se limita a vender teléfonos, tabletas u ordenadores sin más, lo que ha logrado gracias a sus campañas de storydoing es que sus clientes se sientan identificados con la marca, que se sientan especiales, llegando a generar en ellos una relación de ”enamoramiento” con sus productos. Ha convertido a sus usuarios en sus mejores embajadores y son ellos quienes promocionan la marca.
Lo mismo sucede con empresas como Coca-Cola, que identificamos por algo más que sus refrescos: vende un estilo de vida a través de campañas en las que sus consumidores son los protagonistas.
Cómo elaborar una estrategia de storydoing
Una campaña de storydoing ha de contar con una buena historia que terminará por convertirse en una mejor experiencia. Para diseñar esa experiencia la empresa debe antes tener claras una serie de cuestiones:
- Objetivo — es el primer paso, definir qué es lo que se quiere transmitir sobre un determinado producto y la marca. A partir de ahí, comienza el diseño de la estrategia, atendiendo a esos valores.
- Reacciones — qué queremos provocar en el público. Por supuesto, serán emociones, pero ¿cuáles? La idea es establecer un grado de conexión tal que convierta a los usuarios de la marca en sus embajadores.
- Las cuestiones técnicas — tampoco pueden quedarse al margen. Como en cualquier campaña, también en el storydoing hay que prestar atención a las cuestiones corporativas, aquellas que identifiquen a la marca, como colores y logos, pero también a las líneas de estilo. Eso sí, la experiencia sigue siendo la prioridad.
Ventajas del storydoing
El storydoing se ha convertido en un factor de diferenciación. Los clientes ya no quieren ver anuncios, buscan realidad y experimentar, algo que el storydoing puede ofrecerles.
- Implica a la audiencia, logrando un mayor retorno y feedback. Llega incluso a crear grupo o comunidad vinculada a la marca con la que interactúan y a la que le ofrecen fidelidad.
- Logra una clara diferenciación con la competencia reforzando su reputación y credibilidad y alcanzando un posicionamiento positivo.
- Tiene una mayor presencia en las redes al compartir esas experiencias reales y convertirlas en recomendaciones.
- Genera apariciones gratuitas en los medios.
- La inversión en este tipo de campañas es menor, ya que son los usuarios quienes asumen buena parte de la difusión, por lo tanto el retorno es mayor.
- Supone una mejora de la comunicación interna de la empresa y una mayor motivación para sus trabajadores.
El storydoing humaniza la relación entre la marca y sus consumidores, quienes son embajadores de la misma. La audiencia, además, no considera invasivas las campañas. Hablan de valores, beneficios y del espíritu de la compañía pero no teorizando, sino convirtiendo todo eso en una experiencia. Lo que realmente importa no es el producto, sino que el usuario pasa a ser el protagonista de la acción.
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