UNIR Revista
El uso de herramientas audiovisuales para difundir mensajes políticos es lo que se conoce como videopolítica, una poderosa herramienta de marketing empleada sobre todo para llegar a los más jóvenes.
Uno de los principales instrumentos de marketing con los que cuentan los partidos políticos a día de hoy es la videopolítica o, lo que es lo mismo, el uso estratégico de producciones audiovisuales con finalidades políticas.
Dentro de los contenidos que se consideran videopolítica es posible encontrar debates, anuncios, vídeos de campañas o retransmisiones de eventos en directo, que se emiten tanto por televisión como por cualquier red social.
La inmediatez y el enorme alcance que ofrecen las redes sociales son dos ventajas que permiten influir en la opinión pública y movilizar a los posibles votantes.
No se puede hablar de videopolítica sin citar al politólogo italiano Giovanni Sartori (Florencia, 1924 – Roma, 2017), que en su obra Homo Videns propone esta denominación para la especie humana. Considera que con la aparición de la televisión y, posteriormente, con internet, el Homo sapiens, producto de la cultura escrita, ha pasado a ser un Homo videns porque su comprensión es mucho mayor a través de imágenes que de textos escritos o hablados.
Objetivos de la videopolítica
El objetivo principal de cualquier campaña política es posibilitar que el mensaje llegue a su target, a su audiencia clave. Los principales objetivos de la videopolítica pasan por:
- Conectar con los posibles electores. Los vídeos se emplean como una forma de llegar al público de manera cercana y próxima. Así, los políticos los utilizan para conectar con su electorado y mostrar su cara más humana y amable, empatizando con los problemas más comunes de la sociedad.
- Dar a conocer el mensaje. Existen múltiples teorías sobre la facilidad de comprensión de la imagen frente a la palabra y esa es la base en la que se fundamenta la videopolítica para hacer llegar sus mensajes clave y posibilitar su comprensión. A través de atractivos vídeos perfectamente ideados se transmiten las ideas y propuestas que pretenden calar en los votantes, que al llegar en este formato los comprenden y retienen mejor.
- Generar movilización y compromiso. La videopolítica puede hacer que el electorado se movilice y, como consecuencia, aumente la participación en unos comicios determinados. En campaña electoral, los debates televisados suelen ser programas con índices de audiencia muy elevados. Además, las nuevas tecnologías permiten a los electores interactuar en tiempo real con sus candidatos políticos y exponerles sus preocupaciones e inquietudes.
- Combatir la desinformación. La facilidad con la que se comparten los vídeos hoy en día, los convierte en una herramienta muy útil para contrarrestar datos falsos. Es posible comparecer públicamente prácticamente en tiempo real y desmentir cualquier tipo de bulo o información imprecisa.
- Dar una respuesta rápida a crisis repentinas. El hecho de que los vídeos faciliten la comprensión del mensaje que se intenta transmitir, los convierte en el mecanismo perfecto cuando se trata de instruir a la población sobre cómo actuar ante una situación nueva para todos. Fue lo que sucedió durante la pandemia de COVID-19 con los vídeos que el Gobierno de España empleó para comunicar medidas de salud pública a la población, al tiempo que intentaba transmitir confianza y seguridad.
Ejemplos de éxito de la videopolítica
La videopolítica ha transformado la manera en la que los candidatos se comunican con su electorado. Así, a través de plataformas como YouTube, TikTok, Instagram o Facebook, los políticos pueden lanzar sus mensajes a audiencias masivas y moldear la opinión pública. Desde su irrupción, la videopolítica ha demostrado tener un impacto notable en los resultados electorales. Algunos ejemplos destacables son:
Campaña de López Obrador en México
En 2018 el candidato de la izquierda a las elecciones presidenciales de México, Andrés Manuel López Obrador, conocido como AMLO, empleó los recursos que la videopolítica ponía a su disposición para alcanzar de forma efectiva a un electorado diverso y acceder así, a la presidencia del país. López Obrador usó principalmente la plataforma Facebook Live para responder preguntas de posibles votantes en tiempo real, así como para presentar sus propias propuestas electorales y hacer llegar su mensaje.
Especialmente novedosa fue la idea de lanzar vídeos matutinos en los que AMLO daba a conocer sus acciones como presidente directamente a través de las redes sociales y de los canales de noticias. Estos vídeos, conocidos como “las mañaneras”, pronto se convirtieron en la seña de identidad de este candidato, permitiéndole tener un canal abierto para comunicar cualquier decisión u opinión a sus seguidores. La estrategia fue todo un éxito para alcanzar la presidencia y continúa formando parte de sus tareas como presidente.
Campaña de Ada Colau a la alcaldía de Barcelona
En España, la exalcaldesa de Barcelona Ada Colau supo emplear de forma hábil e inteligente las redes sociales haciendo videopolítica para difundir sus mensajes y transmitirlos al público que le interesaba. Fue destacable la apertura de un canal propio de YouTube a través del cual compartía entrevistas, vídeos y discursos de campaña. Esta conexión con el electorado más joven y urbano resultó clave para que Colau consiguiera la victoria en las elecciones municipales de 2015.
Primera campaña presidencial de Barack Obama
El equipo de Obama creyó que las elecciones serían imposibles de ganar a través de una campaña tradicional, por lo que decidieron utilizar los medios digitales como su punto fuerte. Así, durante 2008, Obama empleó vídeos en línea de manera estratégica y brillante para alcanzar a un electorado muy jóven y diverso. Hoy, su discurso “Promesa estadounidense”, aceptando la nominación del Partido Demócrata en el estadio Invesco Field de Denver, que fue visto por millones de personas conectadas en línea, se ha convertido en un momento icónico de la campaña.
La videopolítica ha transformado las campañas electorales y su irrupción en la vida política ha tenido un gran impacto en los resultados electorales, permitiendo que los candidatos conecten de forma más directa y humana con sus electores.
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