Octavio Corral Pazos de Provens
El decano de la Facultad de Ciencias de la Salud de UNIR, Octavio Corral, explica la evolución de la medicina hacia una práctica más precisa, adaptada a las necesidades y realidad de cada paciente y cómo ha influido la pandemia en su desarrollo.
El concepto de las 4P en Medicina es la base de la medicina de precisión. Si las analizamos de manera descriptiva estas siglas corresponden a:
- Personalizada: se basa en la obtención de la información individual de cada paciente a través del auge de las llamadas “-ómicas” (genómica, proteómica, metabolómica, transcriptómica, etc.).
- Predictiva: recoge toda la información personalizada del individuo obtenida desde las “-ómicas” y permite pronosticar la probabilidad de padecer determinadas enfermedades.
- Preventiva: se centra en la predicción del riesgo para establecer medidas que eviten problemas de salud, a través de la modificación del estilo de vida, soluciones terapéuticas o de otra índole, para disminuir el riesgo de enfermedad.
- Participativa: estas intervenciones requieren de la necesaria contribución del paciente, empoderando al mismo en la toma de decisiones sobre su salud, e intentando eliminar el excesivo paternalismo de la relación sanitario-paciente.
Incluso se podría añadir una quinta P si englobamos el término “precisión”, ya que se está personalizando al máximo la actividad sanitaria que necesita el paciente con la mayor exactitud posible. Es decir, la aplicación del tratamiento correcto, con unas dosis correctas, un tiempo de administración correcto, al paciente correcto.
Utilizando un símil más gráfico, es como confeccionar un traje a medida: todos los pacientes llevan una prenda (actividad sanitaria), pero el sastre (sanitario) adapta la talla y largo del traje a la necesidad de su cliente (medicina personalizada de precisión).
Antecedentes de las 4P
Hace ya más de una década varios autores, entre los que se encuentran Leroy Hood (Institute for Systems Biology, Seattle, USA) y un grupo de españoles como Patricia Sobradillo, Francisco Pozo o Alvar Agustí (Ciber en Enfermedades Respiratorias, Barcelona), entre otros, empezaron a reflexionar sobre cómo la medicina ha estado tradicionalmente basada en una forma de actuar reactiva con los pacientes y sus enfermedades, es decir, una vez que en el paciente aparece una dolencia, el médico la trata desde un punto de vista de intervención eminentemente reparador.
Esta visión fue el punto de partida hacia una concepción de la salud desde el principio médico, “es mejor prevenir que curar”. Los nuevos avances conceptuales, tecnológicos y biológicos que se produjeron preconizaban dicha transición hacia una medicina con un cariz preventivo.
Toda esta visión se hizo realidad a través del enfoque de las 4P y, con el advenimiento del coronavirus como pandemia mundial y las consecuencias que trajo, el proceso se aceleró.
La evolución de la medicina de precisión y la COVID-19
La actual situación de pandemia por COVID ha tenido un efecto global en la transformación digital de todas las empresas, incluidas las del ámbito sanitario, como no podía ser menos.
Haciendo una búsqueda bibliográfica rápida en PubMed del término “precisión medicine”, para analizar la evolución de las publicaciones científicas relacionadas con la medicina de precisión, se comprueba que el ritmo de crecimiento anual oscila entre el 15% y 20%.
Esto indica una clara tendencia creciente desde hace años, sin que estuviésemos atravesando una pandemia, que empuja a la transformación digital. El coronavirus y sus consecuencias han ayudado a seguir impulsando esta evolución y a un mayor uso de determinadas herramientas de bioinformática como big data, minería de datos, etc., para explotar y predecir datos en tiempo real, poder actuar con mayor precisión y tener mayor agilidad en la toma de decisiones. Este aceleramiento aún continúa.
El futuro de la medicina
Para seguir avanzando es necesario empezar por lo más básico, el conocimiento a través de su actualización, realizando formaciones universitarias con títulos oficiales o títulos propios especializados en esta área.
Se requiere que el sector sanitario, en todos sus ámbitos de actuación -medicina, enfermería, técnicos, administrativos, gestores, etc.- conozcan y entiendan la importancia de la aplicación de estos nuevos recursos. Lo siguiente es ejercitar los conocimientos con las herramientas bioinformáticas existentes, desarrollar otras nuevas, e invertir recursos humanos y materiales para lograr un mayor nivel de salud en la población.
Me gustaría insistir en que el tratamiento de los pacientes con enfermedades no debe ser considerado como café para todos, sino tratamientos “específicos, personalizados y precisos” para esa persona que es única e individual. Esto traerá como consecuencia la aplicación del mejor procedimiento posible, con los menores efectos secundarios posibles, tratando de prevenir antes que curar, y centrando la actuación médica sobre la salud antes que sobre la enfermedad.
En la Facultad de Ciencias de la Salud de UNIR hemos orientado toda nuestra acción a la aplicación de este concepto de medicina de las 4P en aquellas titulaciones en las que es patente.
Tenemos en marcha desde hace ya varias ediciones, un título de Experto Universitario en Genética Clínica y Medicina Personalizada que es puntero e innovador en medicina de precisión, junto con la colaboración de Cambridge Precision Medicine y el Dr. Corpas de la Universidad de Cambridge. También vamos a poner en marcha un Master Universitario en Salud Digital en el que también colabora la Escuela Superior de Ingeniería y Tecnología, y otros títulos que aplican las nuevas herramientas de inteligencia artificial al diagnóstico clínico, como el Experto Universitario en Inteligencia Artificial Aplicada al Diagnóstico Clínico por Imagen que lanzaremos próximamente.
