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El acoso sexual laboral conlleva notables consecuencias profesionales, sociales y familiares para la víctima. Por ello, tanto la empresa como quienes lo sufren deben actuar para prevenirlo.
El acoso sexual laboral incluye cualquier comportamiento de índole sexual, bien sea físico o verbal, no solicitado ni deseado por la persona que es víctima de este y que atenta contra su dignidad a la vez que crea un contexto ofensivo, degradante o intimidatorio. Una conducta que no resulta fácil de reconocer ni delimitar, ya que se manifiesta de maneras muy diversas. Además, en muchas ocasiones está muy vinculado al poder asociado a las posiciones jerárquicas dentro de una empresa.
Hablamos de situaciones que la víctima no desea, pero esto es algo muy subjetivo y personal. Así, por ejemplo, una persona puede sentirse halagada si recibe un comentario sobre su físico mientras que otra, incomodada. Cada quien delimita los comportamientos que aprueba o tolera, lo que complica la detección de este problema.
Son numerosos los ejemplos de conductas que se pueden considerar acoso sexual laboral:
- Solicitar favores sexuales.
- Enviar material sexual ofensivo.
- Contacto físico no deseado.
- Preguntar de forma constante por la vida sexual de una persona.
- Realizar comentarios sobre el aspecto físico.
- Espiar en lugares reservados como los baños públicos.
Criterios para hablar de acoso sexual en el trabajo
El acoso sexual es un fenómeno social con múltiples dimensiones. La RAE lo define como “aquel que tiene por objeto obtener los favores sexuales de una persona cuando quien lo realiza abusa de su posición de superioridad sobre quien lo sufre”. Es un término que tiene un desglose específico en el acoso sexual en el trabajo, que apareció en los años setenta en los Estados Unidos y se delimita al producido dentro del entorno laboral.
Un criterio fundamental para distinguir entre acoso sexual laboral y acoso laboral, es decir, una conducta amistosa, es valorar si el sujeto pasivo acepta o rechaza el comportamiento susceptible de ser considerado acoso. Es el componente subjetivo que mencionamos antes, aunque hay ocasiones donde no es necesaria la reacción de la víctima, ya que el comportamiento sexual es objetivamente ofensivo (por ejemplo, el envío de una fotografía no solicitada).
Tipos de acoso
Son dos los tipos que más aparecen en la documentación sobre la materia:
- El acoso sexual de intercambio o chantaje sexual: en esta situación el acosador suele ocupar un rango superior en la jerarquía y formula una propuesta cohercitiva similar a: “o tenemos una cita para cenar o tendrás problemas en el trabajo”.
- El acoso sexual ambiental: aquí existe una presencia constante de conductas de índole sexual que provocan un ambiente negativo e intimidatorio para la víctima. Incluye comentarios sobre su físico o vida personal y bromas sexuales.
Consecuencias del acoso sexual laboral
Sufrir acoso sexual laboral conlleva notables consecuencias, que se producen no solo en el ámbito laboral, sino también en el contexto social y familiar. Es común que la víctima llegue a tener problemas de salud que se pueden manifestar de maneras muy diversas: ansiedad, estrés, trastornos del sueño, dolores de cabeza o depresión.
También es común la aparición de sentimientos de ira, una baja autoestima, odio hacia el sexo contrario, sensación de indefensión o inseguridad. Todo ello tiene una clara influencia en la forma en que la persona se relaciona con sus amistades o familiares. Hay que añadir que en el contexto laboral la motivación y la productividad de la víctima desciende y se incrementan sus bajas por enfermedad y el absentismo laboral.
El acoso sexual en el trabajo también tiene consecuencias para la empresa. En primer lugar, la imagen y la reputación corporativa se ven seriamente dañadas. Además, este tipo de situaciones generan un clima laboral negativo y de crispación que reduce la productividad del personal.
Dadas las enormes consecuencias derivadas del acoso sexual laboral es fundamental que las empresas cuenten entre su equipo con personal con los conocimientos necesarios para detectar este problema y con la formación requerida para emitir informes periciales psicológicos, es decir, con un Máster en Psicología Forense. En la actualidad, para cualquier organización es vital poder garantizar un clima laboral adecuado en el que no haya lugar para la discriminación ni el acoso.
En ese sentido, las empresas están potenciando la elaboración de protocolos para la prevención del acoso sexual laboral: una herramienta para detectar las situaciones antes de que se produzcan o, en el caso de producirse, de generar las vías de apoyo a la víctima y de minimizar las enormes consecuencias que genera este problema.