UNIR Revista
Se entiende por adicción la dependencia de una persona a una sustancia, actividad, comportamiento o relación que tiene un impacto negativo en su bienestar físico y emocional.

Las adicciones al alcohol y las drogas son las responsables de que, cada año, más de tres millones de personas mueran en el mundo. Esta terrible cifra es una de las principales conclusiones de un informe publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el que también se alerta de que la mortalidad asociada a este tipo de adicciones es mayor en el caso de los hombres que en el de las mujeres. Ahora bien, al margen de las dependencias a sustancias concretas, existen otras vinculadas a la tecnología o a determinadas actividades.
Las adicciones requieren de un tratamiento multidisciplinar que aúne a especialistas del ámbito de la psiquiatría y de la psicología. Estos profesionales, además de contar con el Grado en Psicología, suelen complementar su formación con un posgrado como el Máster en Psicología General Sanitaria online de UNIR.
El concepto de adicción
La Comunidad de Madrid se sirve de la OMS para definir la adicción como “una enfermedad física y psicoemocional que crea una dependencia o necesidad hacia una sustancia, actividad o relación. Se caracteriza por un conjunto de signos y síntomas en los que se involucran factores biológicos, genéticos, psicológicos y sociales”.
Además, recuerda que “es una enfermedad progresiva y fatal, caracterizada por episodios continuos de descontrol, distorsiones del pensamiento y negación ante la enfermedad”. En definitiva, una adicción es una enfermedad que provoca malestar físico y emocional en la persona que lo sufre.
De la reflexión que se realiza en el portal de la Comunidad de Madrid sobre información en la prevención de las adicciones, se observa que es un concepto que ha ido evolucionando con el paso del tiempo. Primero porque ya se considera una enfermedad, segundo porque no se limita únicamente al consumo de una determinada sustancia y también abarca actividades o relaciones mantenidas por los pacientes y que pueden ser generadores de una dependencia.
Las adicciones y sus riesgos
El principal riesgo de las adicciones es que ponen en peligro el bienestar físico, psicológico, social y familiar de las personas que padecen esta enfermedad. El impacto en cada ámbito tiende a depender del tipo de adicción contra el que se esté luchando, aunque de una manera más o menos pronunciada, la realidad es que influirá negativamente:
- En su salud física y mental, al ser dependiente de una sustancia, actividad o relación que daña directamente su bienestar.
- En su vida familiar y social, ya que es una enfermedad que tiende a derivar en el aislamiento de la persona que la sufre y provocar verdaderos daños en su entorno.
- Además, puede ser detonante de problemas en el ámbito profesional, económico o académico del adicto.
Los últimos dos puntos ponen de manifiesto que, a la importante labor de los psiquiatras y psicólogos en la recuperación de este tipo de pacientes, es fundamental añadir el papel de los trabajadores sociales en la lucha contra una adicción. Especialmente porque esta es una enfermedad que no solo afecta a la persona que la padece, sino que su entorno también sufre las consecuencias, especialmente en el caso de la familia del adicto que requiere de un acompañamiento durante el proceso de recuperación de su ser querido.
Tipos de adicciones
Como hemos comentado, el concepto de adicción ha ido evolucionando a lo largo de los años y ya no se limita al consumo de una determinada sustancia, al incluir también actividades o incluso relaciones. En este sentido, es posible identificar los siguientes tipos de adicciones:
- Sustancias: en este punto se recogen el alcohol, el tabaco, los medicamentos o los estupefacientes, por remarcar algunas de las más conocidas. Su relevancia en la lucha contra las adicciones es tan importante que el impacto de algunas de ellas ha sido analizado por la OMS en el Informe sobre la situación mundial del alcohol y la salud y el tratamiento de los trastornos por consumo de sustancias (en inglés).
- Actividades como el juego, el sexo o la pornografía.
- Relaciones concretas basadas en insanos vínculos emocionales, especialmente aquellas románticas enraizadas en una unión tóxica y dañina para una de las partes.
A este tipo de adicciones, que son más identificables, se unen otras que en el siglo XXI han tomado especial fuerza. Es el caso de la dependencia a la comida o el ir de compras de manera compulsiva como mecanismos para ocultar un malestar emocional.
Por último, también es importante remarcar una nueva adicción que se ha identificado en los últimos años por parte de los expertos: la adicción a las tecnologías. Es decir, a la dependencia vinculada a los dispositivos y a la actividad que se despliega en ellos a través de sus aplicaciones, principalmente las redes sociales. Al respecto, mencionar que los más sensibles a terminar siendo víctimas de una adicción son los adolescentes, menos conscientes de los riesgos vinculados a pasar horas y horas dedicadas a navegar en la red.
Claves para la prevención de adicciones
Los planes de prevención de adicciones centran su atención en la importancia de la concienciación, formación e información, como piedra angular para alertar a la sociedad de los riesgos que conllevan tanto el consumo de determinadas conductas como los peligros asociados a ciertas actividades o relaciones. En esta línea, resulta fundamental:
- La comunicación desplegada en los medios, sobre las consecuencias de las adicciones y los canales de ayuda existentes para las personas que lo sufren o sus familiares.
- Las campañas de prevención, impulsadas por profesionales (como los educadores y los trabajadores sociales) y las autoridades públicas, cruciales a la hora de concienciar sobre los riesgos. Pero también es importante poner en valor los grupos de apoyo para la plena recuperación de los pacientes, así como su reintegración social.
- El entorno familiar, en el caso de los más jóvenes o adolescentes, tienen un papel especialmente relevante en la prevención de las adicciones. Precisamente, por la relación que mantienen con sus hijos, no solo es necesario un diálogo abierto con ellos sino también realizar una labor de vigilancia, que les mantenga alerta ante indicadores que les puedan hacer sospechar de una situación de potencial peligro.
Luchar contra las adicciones no es tarea sencilla y, lo que es peor, con el desarrollo de nuestra sociedad no solo parece que no se erradican las existentes sino que surgen otras nuevas. Por ello, la prevención, el acompañamiento y la ayuda a las personas que padecen este tipo de enfermedades, y a sus familiares, son la única vía actual para luchar contra las sustancias o comportamientos que generan dependencia.