UNIR Revista
Aunque no existen registros o estudios oficiales, se estima que en España existen unos 50.000 menores con trastorno del espectro del autismo (TEA).
Según el estudio europeo Autism-Europe aisbl (2015), el autismo se manifiesta en uno de cada cien niños, con una prevalencia cuatro veces mayor en hombres respecto. La genética tiene mucha influencia en su desarrollo, aunque no es la única causa que pueda explicar la aparición de este trastorno.
En los últimos años, ha aumentado considerablemente el caso de menores diagnosticados con autismo, por una serie de factores, como la mayor especialización de profesionales cualificados y la existencia de más herramientas diagnósticas consensuadas internacionalmente, como el ADOS-2 y el ADI-R; la disminución de diagnósticos de discapacidad intelectual en favor del TEA y el hecho de que los trastornos del neurodesarrollo están ligados a la edad materna y paterna y cada vez se tienen los hijos más tarde.
A pesar de que la investigación y tratamiento del trastorno del espectro autista ha experimentado avances en los últimos años, desde la Confederación de Autismo España apuntan que “actualmente en España existen importantes vacíos en relación a aspectos básicos para la calidad de vida de las personas con TEA y de sus familias”, que se extienden a todos los ámbitos, desde la detección precoz o la atención temprana, a la educación o los apoyos para que las personas con TEA desarrollen una vida independiente en la vida adulta.
Hablamos sobre ello con la doctora Marina Romero, especialista en psiquiatría infantil y de la adolescencia y profesora del Máster Universitario en Intervención Psicológica en Niños y Adolescentes, de UNIR.
¿Qué es el trastorno del espectro autista?
Es un trastorno del neurodesarrollo complejo en el que están presentes dificultades significativas, desde primera infancia, a nivel cualitativo de la comunicación e interacción social y presentan un conjunto de síntomas que se agrupan formando un patrón donde existen unas conductas atípicas y dificultades a nivel de flexibilidad de pensamiento.
¿Cuántos tipos de trastornos del espectro autista existen?
Acorde a las clasificaciones actuales, solo existe un diagnóstico global que es el Trastorno del Espectro Autista, el cual se clasifica según el nivel de severidad en 3 niveles, de más leve a más severo, tanto en la sintomatología de comunicación e interacción social como a nivel de conductas repetitivas, intereses restringidos y alteraciones sensoriales.
Antiguamente si que existían diferentes subtipos, como el Autismo Infantil, el Síndrome de Asperger, el Trastorno General del Desarrollo y el Trastorno Desintegrativo Infantil y Autismo Atípico, pero estas clasificaciones ya están en desuso por ser poco funcionales y ahora se agrupan todas bajo la nomenclatura de TEA.
¿Cuáles son los síntomas del espectro autista?
Habría que diferenciarlos según la edad del menor, ya que la sintomatología TEA abarca un espectro muy amplio de síntomas. A nivel global podemos decir que existe un desarrollo socioemocional alterado que conlleva alteraciones en la calidad de la comunicación y las interacciones sociales, además de dificultades para comprender “el mundo” como lo hacemos las personas con desarrollo típico.
Las personas con este trastorno suelen tener un pensamiento poco flexible y necesidad de anticipar las situaciones. Asimismo, pueden tener problemas para comprender determinados contextos sociales, segundos sentidos y la ironía. También suelen tener intereses restringidos y posibles afectaciones a nivel de procesamiento sensorial. Lo que suele marcar más la severidad del trastorno del espectro autista es el desarrollo del lenguaje, ya que abarca desde niños con nulo o muy poco lenguaje hasta menores con un lenguaje muy rico, pero peculiar o más adultificado.
¿Cómo se debe abordar la intervención psicológica en estos niños y adolescentes?
El abordaje debe de ser siempre multidisciplinar, ya que hay que trabajar en conjunto con logopedas, terapeutas ocupacionales etc. La intervención psicológica debe de ser individualizada, acorde al perfil de cada niño, y es muy importante involucrar a la familia
¿En qué se diferencia de la realizada con adultos?
Sobre todo en la importancia de integrar a los padres para fomentar el desarrollo del lenguaje y de la sociabilidad. El cerebro de los niños es muy plástico y todo lo que hagamos a edades tempranas va a ser crucial.
¿Los psicólogos están preparados para tratar a este tipo de pacientes?
Se necesita una formación específica para abordar las dificultades que presentan estos menores, ya que estos conocimientos no se suelen adquirir en la carrera, los cuales se centran más en psicoterapias específicas para trastornos mentales puros.
¿Qué características y conocimientos diferenciales debe de tener un psicólogo infanto-juvenil?
Es fundamental conocer muy bien el neurodesarrollo y el desarrollo psíquico normativo para cada periodo etario.
Los trastornos y dificultades que presenta un menor son muy diferentes a los de un adulto, tanto en la presentación de los síntomas, como en las fuentes de información. Los psicólogos que se dediquen a infanto-juvenil deben de tener una formación muy especializada, ya que los niños no son “adultos pequeños”, su psiquismo es muy diferente
¿Por qué consideras necesario formarse con un Máster Universitario en Intervención Psicológica en Niños y Adolescentes?
Porque tenemos en nuestras manos el desarrollo social, emocional y cognitivo de un menor y con el futuro de unos niños no se juega. Solo desde el conocimiento y la formación de calidad se pueden conseguir avances de un menor y más si presenta un trastorno tan complejo como el Trastorno del Espectro Autista.