Sara Barbeito
Después de estar encerrados debido a la COVID-19 ocurren secuelas emocionales y muchos sea preguntan si es posible recuperar el bienestar emocional.
En el momento actual que estamos viviendo y tras salir del confinamiento, muchas personas tenían la idea de que ya había pasado todo. Pero lo vivido también deja huella y no sólo a nivel físico sino a en el plano cognitivo y emocional.
Los expertos indican que está existiendo un aumento de la demanda de ayuda psicológica y psiquiátrica, así como un aumento en el consumo de sustancias tranquilizantes. De esta necesidad surge este artículo, las personas reclamamos adaptativamente recuperar nuestro sentimiento de seguridad, bienestar y equilibrio.
Por eso surge la pregunta de si es posible tener o recuperar el bienestar emocional en tiempos de crisis. Para ello vamos a dar 4 claves fundamentales:
1. Acepta y acéptate
Es fundamental este punto, comenzar a ser conscientes y reconocer el impacto emocional de lo que hemos vivido y aceptarnos como seres humanos, es decir, repletos de emociones, y en esa variedad emocional también se encuentra el miedo, la tristeza…. Emociones que en principio no experimentamos como agradables, pero que son necesarias para promover cambios, autocuidarnos y protegernos.
Es importante aceptar e incluso hacer un duelo por lo pasado, vivido o perdido, pero también es forma de curar la herida. Por eso es importante no tratar de desplazar esta emoción, tampoco regodearnos en ella, pero sí permitir que aparezcan, y a partir de ahí, llegar a conclusiones sobre qué podemos hacer ahora, con lo que llegamos a la segunda clave.
2. Modifica aquello que es modificable
Llegados a este punto debemos reflexionar sobre qué cosas que estén en nuestra mano podemos modificar, podemos comenzar con cosas pequeñas. Puede que la vida, metas, ideas que antes teníamos debamos pararlas temporalmente o modificarlas, pero…. ¿no puede ser una oportunidad? ¿esto no puede ayudarnos a valorar otras cosas o de otra forma?
Lo importante es planificarse, organizar lo que queremos modificar, pero poco a poco. Por ejemplo, podemos darnos cuenta que para nosotros es muy importante hacer deporte, quizás introducir todos los días una rutina de deporte en casa, o proveernos de material para poder hacerlo, nos ayudará a ir recuperando el control.
3. Herramientas naturales para poder sobrellevarlo
Tenemos un montón de opciones en cuanto a las rutinas que podemos llevar para ayudarnos a sentirnos más tranquilos, por ejemplo, podemos aprender a realizar respiraciones diafragmáticas o diversos tipos de relajación, que si bien llevan poco tiempo tienen un efecto inmediato. Otras opciones son el yoga u otro tipo de disciplinas afines que nos pueden aliviar.
Por otro lado, mantener rutinas, hacer actividades que requieran nuestra atención como leer, hablar con amigos, hacer actividades creativas pueden fomentar que nuestro pensamiento no se centre únicamente en la parte “más dura” de lo que hemos vivido. Comunicarse en fundamental en este momento y disponemos de muchas herramientas para hacerlo, es importante no temer que podamos generar malestar porque probablemente la otra persona se encuentre en una situación similar y seguramente os podáis ayudar mutuamente.
4. Agradece
En el último punto es importante también aprender a agradecer lo que hemos tenido y lo que tenemos, no centrarnos únicamente en los pensamientos más desagradables, sino en las oportunidades, vivencias, y en despertar a un mundo que quizás si todos nos lo proponemos pueda ser más humano y lleno de oportunidades para ser lo que queremos ser.
Por tanto, las crisis, es decir, los momentos de cambio, ya sean esperados o inesperados, van a remover nuestras emociones, nuestros pensamientos y conducta, pero esto, bien redirigido, puede ser una gran oportunidad para salir de los automatismos, y tomar las riendas de nuestra vida, aprovechando el momento vivido.
- Máster Universitario en Psicoterapia