UNIR Revista
La atención, la memoria, el lenguaje o la comprensión son algunos de los principales ejemplos de habilidades cognitivas. Te lo explicamos en UNIR Revista.
La capacidad cognitiva está formada por un grupo de procesos mentales relacionados con el procesamiento de la información que posibilitan una interacción y una relación adaptativa en nuestra vida diaria. Todas las personas cuentan con diferentes aptitudes o facultades mentales que les permiten procesar la información que les rodea.
Gracias a las diferentes capacidades cognitivas podemos percibir, seleccionar, procesar, aprender, interpretar, analizar y responder de forma adecuada a los diferentes estímulos.
A través de los estímulos que vamos recibiendo durante el desarrollo se generan huellas en el sistema nervioso central que provocan la especialización de grupos de neuronas a funciones específicas. Eso es lo que llamamos capacidades cognitivas, que nos permiten huir en una situación de peligro o recordar información de nuestra vida cotidiana.
Principales capacidades cognitivas
Es muy importante que los psicólogos conozcan las capacidades cognitivas porque permiten a las personas tener un rol activo en los procesos de transformación, recepción, selección, almacenamiento y recuperación de la información. Entre las diferentes capacidades cognitivas encontramos:
Memoria
Es la capacidad de codificar, almacenar y recuperar la información aprendida. Es fundamental para adquirir experiencias de aprendizaje y generar recuerdos que formen parte de nuestra historia vital.
Sería imposible responder a las exigencias de nuestro día a día si no tuviéramos memoria. Existen diferentes tipos de memoria como la semántica (conocimientos generales), episódica (eventos personales), la memoria a corto plazo y la memoria a largo plazo.
Percepción
Esta capacidad cognitiva opera de forma invisible, pero resulta fundamental para el correcto desarrollo de nuestras vidas. Mediante la percepción coordinamos y codificamos los diferentes estímulos recibidos, tanto a nivel externo como interno. Una vez captada y procesada, el cerebro da sentido a la información y nos permite ofrecer la respuesta adecuada.
Atención
Nuestros recursos cognitivos no son ilimitados. Por ello, la capacidad cognitiva de la atención nos permite focalizar nuestros recursos para poder operar y trabajar con ellos. Mediante la atención, la persona puede seleccionar y concentrarse en los estímulos más relevantes.
Comprensión
Es la capacidad cognitiva que nos lleva a entender la información que recibimos. Es un proceso mental mediante el cual el receptor da sentido al mensaje recibido a partir de los datos que le aporta el emisor. Es un proceso de gran complejidad que conlleva reflexionar, contextualizar y analizar, entre otras acciones.
Lenguaje
El lenguaje es la capacidad fundamental para poder relacionarnos con otras personas y transmitir información. No se corresponde solo con el habla sino que también incluye todo lo relacionado con los gestos o las expresiones.
Orientación
La orientación permite ser conscientes de nosotros mismos, así como de la situación espacio-temporal en la que nos encontramos. Se habla de la orientación personal (la relativa a nuestra historia e identidad), la temporal (el día, hora o mes), y la espacial (información relativa a la ubicación en un momento concreto).
El funcionamiento de las capacidades cognitivas
Aunque se han enumerado de forma individual las capacidades cognitivas, la realidad es que estas no funcionan de forma aislada. Las acciones que hacemos, las decisiones que tomamos o las conductas que elegimos son el resultado del funcionamiento coordinado de las diferentes capacidades cognitivas.
La suma de las diferentes habilidades cognitivas posibilita todas las actividades que realizamos en nuestro día a día. Las utilizamos constantemente, aunque no seamos conscientes. Si al comenzar el día nos vestimos, desayunamos y preparamos el material para el trabajo es gracias a nuestra capacidad cognitiva y su coordinación.
En resumen, sin la memoria no podríamos recordar qué alimentos hemos comido o dónde hemos guardado la ropa. Sin la percepción, no nos daríamos cuenta de qué alimentos están en mal estado o la prenda más adecuada para cada época del año. Sin el lenguaje, la comunicación con los demás individuos se vería muy limitada y, sin la orientación, la conciencia espacio-temporal propia estaría muy debilitada.
Cada vez es más importante la formación de nuevos profesionales en este ámbito, ya que todas las actividades que realizamos requieren de capacidad cognitiva. Si estás interesado en especializarte, te aconsejamos empezar con formaciones como el Grado en Psicología y, para profundizar más, realizar el Máster en Neuropsicología Clínica. Con estos estudios, lograrás especializarte en la valoración neuropsicológica de trastornos del neurodesarrollo.