Víctor Gil Herrero
Salud tiene uno de los mayores tasas de empleo registrada en España, en algunos puestos específicos se roza el 100% de la colocación, como el caso del Monitor de Ensayos Clínicos (CRA), detallado en una Openclass de UNIR.
El sector de la salud es uno de lo que mayores tasas de empleo registra en España, y en algunos puestos específicos se roza el 100% de colocación. Es el caso del Monitor de Ensayos Clínicos (CRA), tal y como detallaron en una Openclass de UNIR las expertas en captación de talento de tres de las multinacionales más importantes del sector:
Tatiana Abascal, Senior Recruiter en PRA Health Sciences
Cristina Ollora, Talent Acquisition en ICON plc
Lucía Díaz, Corporate Recruiter en IQVIA
La oferta de titulaciones para acceder al puesto de CRA ha crecido mucho en los últimos años y UNIR cuenta con el Máster de Monitorización de Ensayos Clínicos. Aún así, las empresas del sector son capaces de absorber toda esta demanda de empleo, ya que “las ofertas se han multiplicado. El paro ha sido casi igual a cero durante la época de crisis y ahora nos encontramos en un momento estable”, asegura Tatiana Abascal.
Esta mejora en la calidad académica se traduce en una mayor oferta “para puestos específicos”, apunta Cristina Ollora. Las empresas se han vuelto más exigentes y valoran más a los alumnos procedentes de los masters para puestos de más responsabilidad. Se trata de “un sector activo y en continuo cambio que demanda formación”.
Las prácticas, una rampa de lanzamiento
Uno de los momentos críticos para la trayectoria profesional de un alumno, según las tres expertas, se da cuando el estudiante termina un Grado o un Máster y se enfrenta al mundo laboral. Lo hace como becario y esa primera impresión de su nuevo trabajo es clave.
Para acertar dónde hacer las prácticas, las expertas recomiendan valorar las ‘opciones que ofrece cada compañía y enfocar un objetivo. No hay que buscar las prácticas sin sentido, sino mediante una estrategia’ para situarse en un camino aspiracional
“Es importante hacer bien las prácticas y aprovecharlas”, asegura Tatiana Abascal. En un sector en el que la tasa de empleabilidad es tan alta, las becas son el canal habitual para comenzar la carrera profesional. Lucía Díaz estima que “el 99% de los alumnos se quedan en las empresas, aunque siempre depende de su desempeño”. Y define los primeros meses como una etapa de “aprendizaje” para el alumno.
Ante esta gran probabilidad de continuar en la empresa, las expertas recomiendan elegir bien, valorar las “opciones que ofrece cada compañía y enfocar un objetivo. No hay que buscar las prácticas sin sentido, sino mediante una estrategia” para situarse en un camino aspiracional. Esto se consigue, por ejemplo, “mirando LinkedIn o preguntando a conocidos cómo han llegado a puestos a los que el alumno quiere acceder”.
Cristina Ollora afirma que los alumnos con beca de Monitor de Ensayos Clínicos están muy bien valorados. Primero, porque “son una inversión que la empresa hace en formación”. Y segundo, por otro motivo muy importante en un sector relacionado con la investigación: “El becario tiene acceso a la información interna de las compañías” de la Industria Farmacéutica y de Contract Research Organizations (CROs).
Las tres expertas coinciden, a grandes rasgos, en que los candidatos deben “investigar acerca de la empresa y de sus valores en la página web” para acudir con una base a la entrevista de trabajo. Ya sea para un perfil junior o senior, es lo más conveniente “para hacerse una idea sobre lo que te pueden preguntar”.
Una vez comienza la entrevista, las multinacionales del sector valoran en los candidatos con poca experiencia profesional “la versatilidad, la globalidad, la organización y la capacidad de priorizar”. Lucía Díaz da un ejemplo concreto para este perfil: “En la entrevista se pueden poner ejemplos de vida diaria o de estudiante que se puedan trasladar al trabajo. Quién soy yo, qué competencias tengo y como las muestro al exterior”.
Las multinacionales del sector valoran ‘la versatilidad, la globalidad, la organización y la capacidad de priorizar’. Entre las habilidades, demandan ‘la flexibilidad, la capacidad de adaptación, la motivación, la empatía, la inteligencia emocional y las dotes comunicativas’.
Además de competencias, en las entrevistas también valoran lo que se conoce como las ‘skills’ (habilidades personales). Entre las que más destacan se encuentran “la flexibilidad, la capacidad de adaptación, la motivación, la empatía, la inteligencia emocional y las dotes comunicativas”.
