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La cognición social es un proceso mental que se encarga de percibir, interpretar y analizar las conductas, emociones y comportamientos de los demás y de uno mismo.
La cognición social es el conjunto de procesos mentales encargados de percibir, interpretar, analizar tanto las interacciones sociales como nuestras emociones y las de los demás y generar conductas adecuadas a la circunstancia social. De esta manera, la cognición social es fundamental para dar respuesta y entender las interacciones, las emociones y los comportamientos de otras personas.
Esta misma se encuentra en el lóbulo frontal, donde se localizan las funciones ejecutivas y los diferentes aspectos de la conducta humana. Además, la cognición social es el centro ejecutivo cerebral y en ella se controlan y regulan los procesos psicológicos. No obstante, si esta parte se encuentra alterada, veremos déficits en las funciones ejecutivas, la regulación de las emociones y la metacognición.
¿Qué dominios se encuentran en la cognición social?
La cognición social se desarrolla en base a la observación y un proceso de ensayo de prueba y error. Por esta razón, el aprendizaje se basará en la explotación de las experiencias que se vayan viviendo y, por tanto, las habilidades intelectuales no están implicadas en su desarrollo. Por el contrario, las habilidades sociales sí que son necesarias para trabajar la cognición social, en la que cobran importancia las inteligencias emocionales y culturales.
Los dominios que se encuentran en la cognición social son:
- El procesamiento emocional: está compuesto por la identificación, creación, comprensión y manejo de las diferentes emociones y del lenguaje no verbal, como los gestos, la postura o el tono de voz.
- La teoría de la mente: es la capacidad de percibir, reconocer y diferenciar los estados mentales de los demás, así como de explicar y predecir las conductas.
- Percepción y conocimiento social: la percepción y el conocimiento social es la manera de identificar los roles y las reglas sociales y de comprender el contexto social. Es decir, son procesos perceptivos encargados de dirigir la atención a las señales sociales. Una percepción social es, por ejemplo, discernir una situación formal de una incómoda, mientras que el conocimiento social es el encargado de enseñarnos cuál es nuestro rol y cómo se debe actuar.
- Estilo atributivo: es la capacidad de atribuir causalidades, tanto positivas como negativas, a las situaciones.
¿Qué pasa si la cognición social se encuentra alterada?
La cognición social es una materia cada vez más estudiada por los neuropsicólogos para encontrar métodos de valoración e intervención más eficaces y así mejorar la calidad de vida de las personas.
Por un lado, el neuropsicólogo cobrará gran importancia a la hora de evaluar la cognición social a partir de tests estandarizados, como podrían ser el Impersonal Perception Task o el test Pictures of Facial Affect. En el primer caso, el Impersonal Perception Task está compuesto de varios vídeos de situaciones de interacción social (estatus, parentesco, intimidad, engaño y competencia) en los que se evaluará la percepción social. En el segundo, el test Pictures of Facial Affect evaluará la percepción de las emociones a través de fotografías de expresiones faciales.
Asimismo, el neuropsicólogo valora los posibles déficits de cognición social y sus dominios (procesamiento emocional, estilo atributivo, teoría de la mente y percepción y conocimiento social) en las diferentes enfermedades en la que se encuentra alterada, como son la esquizofrenia, el autismo o el daño cerebral adquirido, ya que esta podría empeorar dichas enfermedades.
Por otro lado, la neuropsicología clínica también es la disciplina que, después de realizar una valoración, realiza intervenciones para rehabilitar y mejorar el funcionamiento de la cognición social. Esto lo hace a través del reconocimiento de las emociones y de la realización de unos programas que combinan intervenciones del funcionamiento cognitivo con el funcionamiento social y otros que trabajan y enseñan las habilidades sociales necesarias para aprender a desenvolverse en determinadas situaciones sociales.
Dada la importancia del papel del neuropsicólogo en la cognición social alterada, es imprescindible que el profesional cuente con la especialización adecuada en neuropsicología clínica para contribuir a la investigación de métodos que mejoren la cognición social.
