Fermín Torrano
El 22% de los trabajadores europeos actúa de forma habitual bajo situaciones de estrés, esto hace necesaria la incorporación de técnicos superiores de prevención especializados en Psicología para implementar dinámicas que reduzcan el impacto del riesgo en la salud.
Actualmente, nadie duda de que la evaluación y prevención de los riesgos psicosociales, como el estrés y el burnout, constituye la asignatura pendiente en gran parte de las organizaciones. Por ejemplo, según la Agencia Europea para la Seguridad y Salud en el Trabajo, España se sitúa en los últimos lugares en el ranking de países europeos que realizan evaluaciones regulares de los riesgos psicosociales en las empresas.
Sumado a esto nos encontramos con la irrupción de unos nuevos escenarios laborales. El teletrabajo o el trabajo móvil han generado importantes cambios en el ámbito jurídico y laboral. Además, han aparecido los llamados riesgos psicosociales emergentes, que comportan efectos negativos sobre las personas. Por ejemplo:
- Mayores niveles de estrés laboral
- Aumento de la incidencia y prevalencia de los trastornos mentales.
En la práctica, como se señala en la última Encuesta Nacional de Condiciones del Trabajo, publicada por el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST), siete de cada diez trabajadores tienen problemas de salud relacionados (originados o intensificados), con el trabajo que realizan, entre los que se encuentran los empleados que sufren estrés, cansancio o agotamiento.
Aumento del estrés
La reacción general del trabajador más conocida ante la exposición a los factores psicosociales de riesgo es el estrés.
Según la Agencia Europea para la Seguridad y Salud, aproximadamente, el 22% de los trabajadores europeos actúa de forma habitual bajo situaciones de estrés; lo cual representa entre el 50% y el 60% del total de días perdidos de trabajo.
El estrés se ha convertido en uno de los grandes peligros para las economías de los países industrializados, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT). De igual modo lo perciben los principales directivos y responsables de la seguridad y salud dentro de las empresas.
En este contexto, desde el ámbito de las organizaciones se hace patente el planteamiento de nuevas políticas de salud laboral que contemplen nuevos aspectos de evaluación e intervención. Si hablamos de promover la salud mental y el bienestar psicológico de los trabajadores, ya no basta con la revisión de las instalaciones y de los equipos de trabajo, y de la realización de evaluaciones higiénicas.
En concreto, las prospecciones realizadas apuntan a la necesidad de incorporar Técnicos Superiores de Prevención especializados en Psicología. Estos trabajadores tienen tres objetivos fundamentales:
- Diseñar e implementar evaluaciones psicosociales y protocolos de actuación ante los riesgos psicosociales, con el fin de eliminar las fuentes de estrés en origen y disminuir el impacto negativo sobre los trabajadores.
- Formar a los trabajadores y proporcionarles los recursos necesarios para reducir el impacto de los riesgos psicosociales sobre su salud y bienestar.
- Recuperar a las personas que han sufrido daños en su salud debido a la exposición continua a los factores psicosociales de riesgo. Estos trabajadores necesitan servicios de salud o distintos tipos de terapia, así como estrategias de afrontamiento y de autoafirmación. Al mismo tiempo, se promueve el cuidado de su salud mediante hábitos adecuados y la fortaleza de los sistemas de apoyo social para que el trabajador no se sienta solo.