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Dado que un psicópata no percibe como errónea su conducta, este no tiene motivación para cambiarla. Por tanto, es complicado decidir cómo tratar a un psicópata.
A la hora de decidir cómo tratar a un psicópata es importante tener en cuenta que la psicopatía es un tipo de trastorno mental incluido dentro de los trastornos de la personalidad. Esta se caracteriza por una alteración del carácter o de la conducta social de una persona, sin tener lugar una alteración de su capacidad intelectual.
Existen diferentes tratamientos, algunos más eficaces que otros, como podría ser la terapia cognitivo conductual. Si bien es cierto que esta es la que resulta más efectiva, es necesaria una intervención en todos los niveles, incluyendo la terapia familiar, comunitaria e institucional.
Terapias más utilizadas
Algunas de las terapias más utilizadas para tratar a un psicópata son las siguientes:
- Terapia cognitivo conductual: a partir de esta terapia realizada por un psicólogo especializado en psicoterapia, se abordan las características más disfuncionales de la personalidad del psicópata y los pensamientos sobre sí mismo, los demás y el mundo que le rodea. Se profundiza en sus creencias irracionales y en sus conductas, y se le entrena en habilidades sociales, reestructuración cognitiva o técnicas expositivas.
- Terapia conductual: se centra en las conductas del psicópata, utilizando reforzamiento positivo para premiar determinadas conductas y dejando de lado el reforzamiento negativo o aversivo que aboca la terapia al fracaso. Llevar a cabo esta terapia con psicópatas resulta difícil porque es necesaria la cooperación y la motivación, ausente en muchas de estas personas.
- Terapia familiar o interpersonal: está centrada en trabajar la calidad de las relaciones con los demás. Constituye una terapia complementaria a la terapia individual.
- Psicoterapia psicodinámica o psicoanalítica: aunque no tenga tantos beneficios como otras para tratar a un psicópata, cabe mencionar que centra su foco en el carácter del paciente, concretamente, en rasgos individuales o intrapsíquicos.
- Terapia ambiental o comunidad terapéutica: funciona como creación de ambientes consistentes para ayudar a modificar la conducta y las circunstancias de la vida del paciente.
- Tratamiento farmacológico: también es importante para tratar a un psicópata. Se utilizan los fármacos para tratar los síntomas y las conductas propias de la psicopatía.
En definitiva, no existe una única respuesta a la pregunta cómo tratar a un psicópata, pero una intervención a diferentes niveles aumenta la probabilidad del éxito terapéutico, ya que permite intervenir y controlar los posibles factores causales. Este éxito puede ser aún mayor si la terapia psicológica la realiza un psicólogo formado con un Máster en Psicología General Sanitaria.
De entre las terapias que puede desarrollar un psicólogo formado, las que resultan más efectivas para tratar a un psicópata son la terapia cognitivo-conductual, la terapia conductual, la terapia familiar o interpersonal y la terapia ambiental.
Dificultades y posibilidad de fracaso
La realización de estas terapias resulta difícil y muchas veces existe la posibilidad de que la terapia fracase debido a las características de la psicopatía. Las personas con psicopatía no encuentran errónea su conducta o no tienen motivación para esforzarse en cambiar su comportamiento. La falta de angustia y la poca capacidad de planificación a largo plazo no facilitan la búsqueda de ayuda psicoterapéutica.
Durante la realización de la terapia, existe una carencia en la relación y el lazo afectivo entre paciente y terapeuta. Al no contar con una recompensa inmediata y dada la impulsividad de este paciente y los largos períodos de terapia necesarios para obtener beneficios, es complicado que se cree una adherencia a la terapia.
Estas características de la psicopatía se engloban en el listado creado por Cleckley (1976), donde podemos encontrar:
- Encanto superficial.
- Buena inteligencia.
- Egocentrismo patológico e incapacidad para amar.
- Ausencia de delirios, remordimientos, vergüenza.
- Nerviosismo.
- Infidelidad.
- Mentira.
- Conducta antisocial.
- Poca capacidad de juicio.
- Falta de relaciones afectivas.
- Bajo insight y baja capacidad de respuesta en las relaciones interpersonales.