Vicente Soriano
Hay que presumir que todos los pacientes con síntomas gripales estos días padecen COVID-19 y actuar en consecuencia, con aislamiento y cuarentena.
Más del 75% de los pacientes que han ido a consulta por un cuadro catarral durante el mes de marzo en Madrid han dado positivo en el virus SARS-CoV-2. Por ese motivo, hace unos días se consideró que no era necesario hacer el test a todo el mundo. Hay que presumir que todos los pacientes con síntomas gripales estos días padecen COVID-19 y actuar en consecuencia, con aislamiento y cuarentena.
Sin embargo, para conocer de forma más precisa la propagación del virus es necesario confirmar el diagnóstico y excluir los casos sospechosos que resultan negativos. Solo de este modo se tendrá un denominador más riguroso para estimar mejor la proporción de infecciones leves. En los próximos días, se van a introducir tests de diagnóstico rápido.
Cuando se disponga de pruebas de anticuerpos, además, se podrá conocer la tasa de infecciones asintomáticas. Los datos de China sugieren que superan el 80%.
Cronología de los síntomas del COVID-19
Son varias las observaciones clínicas derivada de la atención de los pacientes con COVID-19 en los hospitales de Madrid. La sintomatología característica suele aparecer alrededor del tercer día tras la exposición, con un rango de 2 a 7 días. Cuanto mayor es el inóculo más corto es el periodo de incubación. El debut clínico se hace con fiebre, tos seca, cefalea, mialgias y, característicamente, alteraciones del gusto y del olfato.
Los niños y jóvenes apenas tienen síntomas o son leves. Se resuelven en menos de una semana. Recuerdan a un cuadro gripal más fuerte de lo habitual. En adultos sanos de menos de 60 años los síntomas son más intensos y pueden sumarse dolor torácico, por los estornudos repetidos y sensación disneica. El siguiente gráfico muestra la cronología más frecuente de acontecimientos en pacientes con COVID-19.
En los mayores de 60 años y en personas con otras patologías, incluyendo diabetes, obesidad, hipertensión, cardiopatía isquémica, cirrosis, cáncer, bronquitis crónica, etc. la infección por SARS-CoV-2 puede progresar a neumonía, con infiltrados pulmonares bilaterales. Es el resultado de una tormenta de citoquinas, más que de una sobreinfección bacteriana. Ocurre como si la respuesta inflamatoria a la replicación viral masiva en el pulmón, inundara los alveolos. El paciente se ahoga por su propio exudado inflamatorio pulmonar.
En Italia se ha estimado que hasta un 5% de los pacientes que acuden al médico con síntomas de COVID-19 desarrollarán insuficiencia respiratoria e hipoxemia (distrés respiratorio) y acabarán en una unidad de cuidados intensivos.
¿Hay empeoramiento del COVID-19 tras una semana?
Muchos de los pacientes con síntomas iniciales permanecen sin cambios durante 5-7 días. A partir de ese momento, la clínica remite o bien se exacerba. Ocurre como si el inicio de la respuesta inmune frente al coronavirus en la segunda semana fuera beneficiosa para muchos, pero reagudizará el cuadro respiratorio en otros enfermos.
La progresión a neumonía por coronavirus pocas veces es muy rápida – como característicamente ocurre con el neumococo-, sino casi siempre diferida una semana. Por eso es conveniente demorar las decisiones de alta hospitalaria más allá de una semana. En cuidados intensivos, la ventilación mecánica es requerida por más de la mitad de los pacientes y la mortalidad supera un tercio de los casos. Los pacientes con COVID-19 que se recuperan tras un ingreso en intensivos pueden desarrollar fibrosis pulmonar residual.
Inóculos mayores se asocian a gravedad del COVID-19
Como ocurrió en 2002 con la epidemia de otro coronavirus (SARS), el riesgo de contagio de COVID-19 para el personal sanitario (médicos, enfermeras, auxiliares de enfermería, etc.) es muy alto por el contacto estrecho con los pacientes hospitalizados. Los aerosoles que se producen llevan una alta concentración de gotitas de Flugge (>5 micras) que vehiculizan el virus. Es fundamental disponer de equipos protectores en todo momento y asegurar que no hay carencia de stocks.
La protección inmune frente al SARS-Co-2 parece depender en gran medida de la inmunidad innata. La respuesta adaptativa sólo aparece tardíamente, tras 2-4 semanas en forma de anticuerpos específicos. De este modo, exposiciones masivas o repetidas al virus -como puede ocurrir en personal sanitario o si no se toman medidas de distanciamiento social- pueden desembocar más a menudo en formas graves de COVID-19, con neumonía bilateral e hipoxemia.
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