UNIR Revista
La cultura de la seguridad del paciente se basa en la formación del personal sanitario, en el acceso a infraestructuras, recursos y atención centrada en el paciente.
Garantizar la seguridad del paciente es una prioridad clave en la prestación de servicios sanitarios de calidad. Todas las personas deben recibir servicios de salud seguros, independientemente del lugar donde se presten. Por ello, y según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la cultura de seguridad del paciente representa un elemento fundamental y la base de la prestación de una atención de la salud de calidad. Se trata de una prioridad sanitaria mundial y, por esta razón, la Asamblea de la Salud de Naciones Unidas acordó el establecimiento del Día Mundial de la Seguridad del Paciente todos los 17 de septiembre.
Entre los puntos clave que componen esa cultura de seguridad del paciente se debe partir de la idea de que esta no puede garantizarse sin un uso seguro por parte de los pacientes de la asistencia sanitaria —que deben estar bien informados por un personal sanitario cualificado— ni tampoco sin un acceso a las infraestructuras o a la última tecnología sanitaria. Esta atención de calidad debe centrarse en el paciente y convertirse en el eje dinamizador de todas sus actuaciones.
Además, contribuye a la cultura de seguridad del paciente el acceso a los medicamentos y a otros productos básicos seguros, eficaces, asequibles y de calidad, así como su correcta administración y uso.
A su vez, la cultura de seguridad del paciente se basa en una educación y formación continua y de calidad por parte de los profesionales sanitarios. Esta garantiza que estos tengan las aptitudes y competencias profesionales adecuadas en sus respectivos cometidos y funciones. Desde UNIR recomendamos formaciones especializadas y oficiales como el Máster en Seguridad del Paciente online.
Evitar los eventos adversos
Promover una cultura de seguridad del paciente implica igualmente tener presente el principio en Medicina de no hacer daño y, además, hacerlo en el conjunto del sistema sanitario a todos los niveles, entornos, y sectores. Será importante en Atención Primaria, pero también en los servicios de urgencias, rehabilitación o atención ambulatoria.
A juicio de la OMS, la cultura de seguridad del paciente es un requisito “previo e indispensable” a la hora de fortalecer los sistemas de atención sanitaria y de avanzar hacia una cobertura sanitaria universal efectiva.
“Inculcar una cultura de seguridad del paciente y un enfoque centrado en el mismo, así como mejorar y garantizar la seguridad de estos, requieren de la creación de capacidad, de un liderazgo sólido, de enfoques sistémicos y sistemáticos, de recursos humanos, de datos sólidos, del intercambio de prácticas óptimas, del aprendizaje mutuo, de la confianza y de la rendición de cuentas, de aspectos que pueden fortalecerse, según proceda, mediante la cooperación y la colaboración internacionales”, agrega la institución sanitaria mundial.
Datos significativos
En definitiva, una cultura de seguridad del paciente favorece una disminución en los eventos adversos; y esto solo se logra con estrategias eficaces de prevención, mitigación y comunicación, con políticas mejoradas, con sistemas de datos, con formación del profesional sanitario, además de con una mejor cultura institucional y teniendo en cuenta que el valor de la prevención sobrepasa el costo de la atención.
De hecho, una atención sanitaria poco segura causa un nivel significativo de daños evitables a los pacientes y de sufrimiento humano. “La carga de lesiones y de otros daños a los pacientes por eventos adversos es probablemente una de las 10 principales causas de muerte y de discapacidad en el mundo, comparable a la de la tuberculosis y a la del paludismo”, según advierte la OMS.
Se estima, por otro lado, que en los países de ingresos altos, un 10 por ciento de pacientes sufre daños mientras recibe atención hospitalaria. Estos pueden ser causados por una serie de eventos adversos, de los cuales casi el 50 % son prevenibles. Además, a nivel mundial, un 40 % de pacientes sufren daños en la atención sanitaria primaria y ambulatoria. La OMS defiende en este sentido que hasta el 80 % de los daños se pueden prevenir.
Subraya que los errores más perjudiciales están relacionados con el diagnóstico, con la prescripción, así como con el uso de medicamentos. Es más, mantiene que en los países de la OCDE el 15 % del total de la actividad y el gasto hospitalario es un resultado directo de eventos adversos.
La cultura de seguridad del paciente en España
En nuestro país, el Ministerio de Sanidad impulsa y promueve la Estrategia de Seguridad del Paciente del Sistema Nacional de Salud (SNS) desde el año 2005, fruto de la Ley de cohesión y calidad del año 2003. Se actualiza cada cinco años, en colaboración con las comunidades autónomas, las sociedades científicas, los pacientes y otros expertos del mundo académico.
Tiene por objetivos mejorar la cultura de la seguridad en las organizaciones sanitarias; incorporar la gestión del riesgo sanitario; formar a los profesionales y a los pacientes en aspectos básicos de seguridad del paciente; así como implementar prácticas seguras e implicar a pacientes y ciudadanos.
Según se desprende de la Ley General de Sanidad, la mejora de la calidad asistencial ha sido siempre inherente a los principios del Sistema Nacional de Salud. En su Título I incluye como una de las actuaciones a desarrollar por las administraciones sanitarias la de controlar y mejorar la calidad de la asistencia sanitaria en todos sus niveles.
- Gestión Sanitaria