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Conducta y comportamiento son dos conceptos que suelen confundirse, pero que no son sinónimos. Estas son sus principales diferencias en el ámbito psicológico.
“¡Tu conducta no ha sido la adecuada!” o “¡has tenido un comportamiento inapropiado!” son solo dos ejemplos sobre cómo solemos utilizar habitualmente los términos de conducta y comportamiento. En la mayoría de las ocasiones, lo hacemos como si fueran sinónimos. Una realidad que también ocurre en el ámbito de la psicología o la psiquiatría. Sin embargo, pese a sus notables similitudes hay diferencia entre conducta y comportamiento, dos partes esenciales de cada persona sobre las que influye el entorno social y cultural.
En primer lugar, el comportamiento se puede entender como una supra-categoría que engloba diferentes grupos de conductas.
En segundo lugar, hay que apuntar que la conducta es una respuesta a una motivación, y se refleja en la personalidad y en el trato que damos a los demás, mientras que el comportamiento lo hace en situaciones o momentos concretos.
Otra diferencia entre conducta y comportamiento reside en el grado de consciencia. Se considera que la conducta es siempre consciente, pero el comportamiento puede ser también inconsciente. Algo similar ocurre con la voluntariedad. El comportamiento puede ser voluntario o involuntario, mientras que la conducta es voluntaria.
¿Qué es la conducta?
La palabra conducta procede del término latín conductus, cuyo significado es “acción de dirigir a algo o a alguien”. En un sentido muy estricto, podemos considerar que todo lo que hacemos es conducta: si nos levantamos de la silla, si cogemos un objeto, si caminamos, si hablamos…. Es más, incluso estando quietos tenemos conductas mentales, como pueden ser pensar, imaginar o soñar. No es posible la ausencia de conducta.
No obstante, es importante delimitar el concepto. Así, la conducta es una actividad consciente del sujeto que implica una serie de acciones en correspondencia con otras personas y dentro del entorno de cada persona. Además, es un indicador observable de los procesos internos.
Son muchos los tipos de conducta que existen. Podemos hablar de:
- Conducta innata: aquella con la que nacemos y deriva de nuestra genética.
- Conducta observable: la que se puede ver desde el exterior
- Conducta voluntaria: el sujeto la realiza de manera consciente.
- Conducta consumatoria: tiene un propósito.
- Conducta desadaptativa: dificulta la adaptación de la persona a su medio.
- Conducta encubierta: son los pensamientos o emociones.
¿Qué es el comportamiento?
El comportamiento, por su parte, procede del término latín comportare, que significa “resultado de llevar o cargar algo en compañía de alguien”. Puede ser consciente o inconsciente, voluntario o involuntario y consiste en el conjunto de respuestas que ofrece una persona en su relación con el entorno. Es la forma de actuar de cada persona. En cierto modo, el comportamiento es una categoría superior que representa una forma de clasificar las conductas de un individuo.
Existen cuestiones psicológicas, genéticas, culturales o económicas que pueden influir sobre el comportamiento. Estas cuestiones son las que provocan que una misma persona presente un comportamiento muy diferente según la situación o el entorno en el que esté. Puede ocurrir que, por ejemplo, el comportamiento sea muy diferente en el contexto laboral y en la vida familiar.
Queda claro que hay diferencia entre conducta y comportamiento: no son términos sinónimos. Las personas podemos adoptar una amplia variedad de conductas, mientras que el comportamiento hace referencia a algo mucho más concreto que está acotado a un fin, un estímulo, un momento y espacio determinado.